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El año que lo cambió todo en el Atlético de Pinto

Raúl Martos Martínez Lunes, 21 de Junio de 2021 Tiempo de lectura:

El descenso a Preferente del Atlético de Pinto es la culminación de un año en el que el club se ha visto envuelto en una y mil polémicas. Desvelamos todos los detalles de cómo el club ha caído en la mayor crisis de su historia.

‘Dos íntimos amigos deciden tomar las riendas de un histórico club de fútbol para alcanzar la gloria deportiva. Una traición hará estallar su relación por los aires dando paso a una guerra sin cuartel en la que los procesos judiciales, extraños robos y un golpe de estado mantendrán en vilo a todo un pueblo’. Esta, que bien podría ser la sinopsis de una película de televisión de un sábado por la tarde, es desgraciadamente la actualidad en la que está inmerso el Atlético de Pinto desde hace un año.

 

Sucesos lamentables que han manchado la trayectoria de un club con 58 años de historia y que, sin duda, es uno de los más importantes de la Comunidad de Madrid. Hablamos con los actores de este telefilm que, parece, empieza a encarar su último acto.

 

Quién es quién

 

Arcadio Fenoll.Esta historia tiene dos protagonistas. Uno es Arcadio Fenoll (Murcia, 1958), actualmente jubilado después de haber ejercido durante 40 años como profesor de inglés en varios colegios. Su aterrizaje en el Atlético de Pinto llegó de la mano de conocidos exfutbolistas de Primera División, como son su yerno Francisco Medina Luna ‘Piti’ (Zaragoza, Rayo Vallecano y Granada) y Gabi Moya (Atlético de Madrid, Sevilla, Mallorca e internacional con España). En el barco también estaba Pablo Acosta, hermano del exentrenador del Atlético de Pinto y también exfutbolista Antonio Acosta (Atlético de Madrid, Logroñés y Getafe).

 

Su antagonista es José María Garzón (Madrid, 1968), que no ha querido participar en este reportaje. Garzón es un conocido abogado que tiene en su historial haber representado a las familias de Sandra Palo, Rocío Wanninkhof y las niñas de Alcásser, entre otros casos mediáticos. Aunque no está reconocido por la Comunidad de Madrid, dirige actualmente el Atlético de Pinto y tiene a su lado a otros dos abogados, su hijo Eduardo y su hermano Jesús. Este último, además, está de actualidad por ser el representante legal de Antonio David Flores, acusado recientemente de maltrato por su exmujer Rocío Carrasco.

 

José María Garzón, actual presidente del Atlético de Pinto.En 2016, el Colegio de Abogados de Madrid inhabilitó temporalmente a José María Garzón por falta de información a una de sus clientas. Ese mismo año también fue denunciado junto con su hermano Jesús por catorce personas -entre ellas los padres de Sandra Palo y Rocío Wanninkhof o la modelo Vania Millán- por estafa, apropiación indebida, deslealtad profesional y falsedad documental. Todas ellas afirmaron que los abogados prometieron llevar su caso gratis, pero acabaron encontrándose con minutas millonarias porque, en un modus operandi similar al que denuncia Arcadio Fenoll, su firma fue falsificada.

 

'Piti' posa con la camiseta del Atlético de Pinto.Algunos denunciantes declararon que al intentar reclamar el dinero recibieron “llamadas amenazantes del abogado” José María Garzón quien, además, “les citó a su despacho mostrándoles su pistola o dejándola encima de la mesa al inicio de la reunión”. La Fiscalía, sin embargo, acabó archivando la causa por falta de pruebas: “Estaba seguro de que se iba a producir el archivo de la denuncia […]. Lo que lamento es el circo mediático que se ha montado en torno a esta denuncia, en la que se me ha acusado de delitos muy graves, y se me ha hecho un daño irreparable”, declaró a Confilegal el propio Garzón.

 

Toma de control

 

La relación entre Fenoll y Garzón comenzó, curiosamente, en el colegio. “Le di clases cuando estaba en 8º de EGB en el Colegio Sagrado Corazón Capuchinos y en un grupo avanzado de la Escuela Oficial de Idiomas -recuerda Arcadio-. No era el mejor, pero estaba ahí”. Después de reencontrarse en una reunión de antiguos alumnos, Garzón comenzó a llevar algunos temas personales de Fenoll. Fue el inicio de una amistad que perduró durante 40 años: “Entró de mi mano, la confianza que tenía en él le permitió entrar hasta la cocina porque para mí era como un hermano”.

 

Óscar Garvín, expresidente del Atlético de Pinto.Fue precisamente Garzón quien propuso tomar las riendas del Atlético de Pinto. “Es una idea que me plantea cuando le presento a mi yerno, ‘Piti’. Estudió varias opciones como Villaverde o Alcalá de Henares, pero al final se decantó por el Pinto después de hablar con Óscar Garvín”, recuerda Fenoll. La idea era crear un proyecto en el que las caras visibles fuesen los futbolistas y Arcadio Fenoll actuase como presidente de paja. “Un día me dijo: ‘Dame tu DNI que vas a ser presidente de un equipo de fútbol’. Le dije que quería tranquilidad y me contestó que no me preocupase, y ya no supe nada más hasta que estuvo todo cerrado”. 

 

Óscar Garvín, presidente del Atlético de Pinto entre los años 2009 y 2020, recuerda aquellas conversaciones con José María Garzón. “Era una buena oportunidad, se trataba de la llegada de unos futbolistas que podían invertir y dar al Atlético de Pinto un impulso económico”, defiende. Aun considerando positiva su llegada, a Garvín parece pesarle todavía su decisión: “¿Por qué lo hago? Porque me veo solo. No solo a nivel junta, socios o patrocinadores, me veo solo a nivel institucional”.

 

Ambas partes llegaron rápido a un acuerdo. La empresa de ‘Piti’, Elite 10 Promises, tomó el control del club a cambio de abonar a Óscar Garvín 235.000 euros en concepto de “aportaciones realizadas” al Atlético de Pinto y asumir la deuda de la entidad, que en ese momento era de unos 136.000 euros. Por la firma, además, el bufete de abogados de Garzón debía de cobrar una prima de 6.000 euros.

 

“Hice una transmisión de junta directiva en mi mandato para, cuando venza, celebrar unas elecciones”, afirma Garvín. Pero lo cierto es que ningún presidente del Atlético de Pinto está obligado a rendir cuentas ante su masa social. Porque los socios -que solo tienen la categoría de abonados, según los propios estatutos del club- pueden llegar a tener voz, pero nunca voto.

 

¿Quién manda en el Pinto?

 

En 2018 la asamblea del Atlético de Pinto acordó crear la figura del socio protector, los únicos con voz y voto dentro de la entidad, para tratar de aumentar los ingresos económicos. “Conseguí más de 100.000 euros en inversiones extranjeras gracias a la figura del socio protector, también la tienen el Real Madrid y el Atlético de Madrid”, defiende el expresidente. Aunque como dice Garvín “nadie te puede impedir hacerte socio protector”, la actual cuota de 1.000 euros sí que excluye a la mayoría de aficionados. “La vida no es gratis”, se limita a señalar.

 

Fue el primer paso que dieron Fenoll y su equipo para tomar las riendas del club. Los distintos borradores del acuerdo muestran cómo la intención del grupo era que ‘Piti’, Gabi Moya, Antonio Acosta, el empresario Jesús Garrido y Arcadio Fenoll fuesen los nuevos cinco socios protectores del Pinto. Pero “a través de una maniobra desleal del bufete de Garzón” el documento final, refrendado el 26 de junio con la rúbrica de la directiva saliente, se estableció que los nuevos socios protectores serían José María, Jesús y Eduardo Garzón junto con Ana Medina -hija de ‘Piti’ y ajena al proyecto- y Fenoll.

 

Es el inicio de la “estafa” de la que hacen directamente responsable al que era su abogado. “Le he preguntado varias veces a Óscar cómo se le pudo pasar por alto que había cambiado el nombre de los socios protectores, porque el mal de todo surge de ahí”, se lamenta Arcadio Fenoll.

 

Enfrentamiento con el Ayuntamiento

 

Sin percatarse del “cambiazo”, la nueva directiva comenzó a ejercer al frente del Atlético de Pinto. Nada más aterrizar, sin embargo, se toparon con el primer bache en el camino.

 

“Lo único que hice fue exponer la situación del club, que era que debía dinero al Ayuntamiento de Pinto y que el Campo Municipal Amelia del Castillo iba a salir en un proceso demanial, por lo que no podrían usar el estadio como hasta ese momento”, explica la concejala de Deportes del Ayuntamiento de Pinto, Lidia Rupérez. A pesar de todo, la entidad consiguió la autorización para utilizar el estadio en exclusiva al no presentarse ninguna otra solicitud.

 

“Salí un poco desmoralizado de aquella reunión, entendimos que íbamos a ser como el Ciudad de Pinto y que este chollo que habían tenido los anteriores presidentes se había acabado”, recuerda Fenoll. Aunque la intención de la directiva era “ir de la mano del Ayuntamiento de Pinto”, todos coinciden en que fue la excusa perfecta para Garzón, que ya estaba urdiendo el siguiente capítulo de la trama. “Un día me pidió que preguntase por el inventario de inmuebles del Ayuntamiento y si existía algo del Amelia”, rememora Arcadio sobre el interés de su exabogado en el campo municipal. Garzón hizo la misma consulta a Óscar Garvín, que cuenta cómo “en los últimos días antes de desvincularme del club me preguntó por la finca catastral del campo”.

 

La directiva del Atlético de Pinto durante el intento de desalojo del estadio en 2020.Un incidente a finales de junio de 2020 en el estadio municipal -cerrado por el Ayuntamiento de Pinto como medida sanitaria por la pandemia- desencadenó el conflicto. La directiva usó el campo para realizar una entrevista, ante lo que el Gobierno intentó cambiar las cerraduras del ‘Amelia del Castillo’. Como respuesta, el Atlético de Pinto denunció a los concejales de Hacienda y Deportes, Federico Sánchez y Lidia Rupérez, por prevaricación administrativa y coacción y reclamó la propiedad del estadio por usucapión -la manera de adquirir un bien por el uso continuado del mismo. “Después de la denuncia, más que de la mano del Ayuntamiento vamos a ir escoltados”, pensó en ese momento Fenoll, que atribuye a Garzón el conflicto legal abierto con el Gobierno.

 

El Ayuntamiento de Pinto también respondió a su ofensiva. Para llevar a cabo el desahucio administrativo del Atlético de Pinto del ‘Amelia del Castillo’ el Gobierno dio por extinguidos los dos únicos convenios de cesión de uso de las instalaciones, firmados en 2009 y 2010. El Consistorio recuerda que el club “ha venido utilizando el campo por mera tolerancia administrativa”, y considera que “son los propios actos del interesado, cuando firma esos convenios aceptando que se los cede el Ayuntamiento, los que ponen de manifiesto que no hay otro propietario que el Ayuntamiento de Pinto”.

 

Aunque todo el proceso supuso la cancelación de la autorización demanial, el Atlético de Pinto ha usado el campo en este tiempo como si fuera su legítimo propietario. A día de hoy las denuncias contra los concejales han sido sobreseídas libremente, aunque todavía cabe la posibilidad de que sean recurridas. En cuanto al intento de usucapión, Lidia Rupérez explica que “queda un último paso que confío en que pronto se resolverá favorablemente”.

 

El Atlético de Pinto, además, ha dejado de abonar la subvención reintegrable de 55.000 euros que recibió en 2014 por parte del Ayuntamiento de Pinto. Una decisión que impide a la entidad poder acceder a la convocatoria de subvenciones municipales y a las ayudas extraordinarias concedidas a los clubes con representación en categorías nacionales, que este año se repartirán 75.000 euros.

 

El golpe

 

Entre tanto, el Atlético de Pinto ha vivido un auténtico terremoto institucional que lo ha puesto patas arriba. La relación entre el equipo de Fenoll y José María Garzón comenzó a deteriorarse con el paso de los meses hasta que llegó a un punto de no retorno en noviembre de 2020. “Empezó a meterse en temas de contratos, intentar fichar jugadores, presionar para que jugase otro de sus hijos en el juvenil…”, recuerda la antigua directiva.

 

Una vez desvinculado el abogado de la entidad, el viernes 13 de noviembre Arcadio Fenoll trató de revocar los poderes de representación que todavía conservaba José María Garzón. El documento, sin embargo, estaba certificado por él mismo y no -como establece la Ley- por el secretario del club, que en ese momento era Pablo Acosta. La revocación se pospuso hasta el lunes siguiente, tiempo suficiente para armar la que denominan “junta golpista”.

 

Ese 16 de noviembre, y prácticamente al mismo tiempo, Fenoll se encontraba revocando los poderes de representación de su exabogado mientras tenía lugar una junta del Atlético de Pinto supuestamente convocada por él mismo. ¿El orden del día? Cese del anterior equipo directivo en base a la “debacle deportiva y económica del equipo”. La reunión se celebró con la única presencia de tres de los cinco socios protectores: José María, Eduardo y Jesús Garzón.

 

De esta forma, José María Garzón se erigió presidente del Atlético de Pinto con su hermano Jesús como tesorero y su hijo haciendo las veces de secretario. También modificaron los estatutos para establecer dos requisitos: que los nuevos socios protectores del club deban de contar con el aval de tres socios en activo, y que para formar parte de la Comisión de Ética y Disciplina de la entidad sea necesario tener la licenciatura o el grado en Derecho.

 

Desde entonces existe una guerra abierta entre las dos directivas. “Ahí fue cuando empezamos a hilarlo todo, no me lo podía creer”, lamenta ‘Piti’, que asegura haber invertido más de 300.000 euros en el club. Aunque la Justicia ha rechazado las medidas cautelares solicitadas por Arcadio Fenoll y su equipo para recuperar la dirección del Atlético de Pinto porque no concurren razones de urgencia, la Comunidad de Madrid ha dejado de reconocer a la actual junta directiva. La Federación de Fútbol de Madrid ha pedido que una gestora se haga cargo del equipo mientras se resuelve la vía judicial, pero de momento no se ha producido ningún movimiento al respecto.

 

Una situación que podría poner en riesgo la continuidad de los diferentes equipos del Atlético de Pinto. Como explica la propia Federación, “un club que no tenga una junta directiva no puede tramitar ninguna renovación ni tramitación de licencias”.

 

Vergüenza nacional

 

Imágenes del robo en las oficinas del Atlético de Pinto.En este año de rifirrafes, el Atlético de Pinto ha saltado de bochorno en bochorno. Uno de los más sonados fue el robo acaecido en septiembre del año pasado en las oficinas del estadio y por el que el expresidente Óscar Garvín ha sido acusado de ser su autor intelectual. “Mi madre me ha llamado y me ha preguntado si estaba en la cárcel. Eso me ha pasado a mí y me lo ha hecho Pinto”, se queja Garvín, que aunque no quiere ahondar en el tema sigue defiendo su inocencia.

 

Amelia del Castillo, frente al campo que lleva su nombre tras impedírsele la entrada al mismo.El último lace tuvo lugar el pasado 5 de mayo cuando el Atlético de Pinto impidió el acceso al campo a la propia Amelia del Castillo. “Son tipos que pasan de Pinto, del Pinto y de sus socios y que han hecho llorar a mi madre”, llegó criticar la familia, que asegura que el único interés de la directiva es hacer negocio con el estadio. El Ayuntamiento de Pinto ha emitido una declaración institucional en la que ha defendido que “nuestro estadio municipal es y será siempre su casa. Lleva su nombre porque ella representa los más altos valores a los que aspira la sociedad pinteña, no solo para el deporte, también para la convivencia en nuestra ciudad”.

 

La sombra de lo que fue

 

Una de las imágenes aportadas por los aficionados sobre el estado del campo Amelia del Castillo.Los propios aficionados también han querido denunciar la coyuntura en la que se encuentra inmerso el club. “Este es el vertedero municipal del Amelia del Castillo”, comentó recientemente en un vídeo que rápidamente se hizo viral Jorge Gordillo, socio del Atlético de Pinto desde 1997. En las imágenes podía apreciarse el lamentable estado en el que se encuentra el campo, con gradas llenas de excrementos y suciedad.

 

Una situación que ha terminado por rematar a la masa social de la entidad. “El otro día, contra el San Fernando, no pasábamos de los 50 espectadores”, lamenta Gordillo, que recuerda las dos veces en las que la afición del Atlético de Pinto fue elegida la mejor de Tercera División. En su opinión, el club “ha ido progresivamente a menos” hasta alcanzar una situación que “no se puede tolerar que siga así, es lamentable”.

 

Ya ni siquiera acompaña el rendimiento deportivo. El primer equipo ha consumado su descenso a Preferente poniendo fin a 22 temporadas consecutivas compitiendo en Tercera División, una cifra que solo superan seis entidades madrileñas. La salida de jugadores, cambio de entrenadores y, especialmente, los vaivenes de la junta directiva han hecho mella en la plantilla. Solo un milagro -que los rojinegros ocupen la plaza de Villanueva del Pardillo, que es filial de Las Rozas y se vería obligado a descender para no compartir categoría- podría evitar el desastre.

 

Un futuro incierto

 

El desánimo parece haber calado hondo entre los aficionados. “No tengo esperanzas en absoluto, cualquier día nos dicen que este es el último partido”, reconoce Gordillo. El equipo de Arcadio Fenoll también pide a los aficionados que “tengan tranquilidad y paciencia a la hora de abonar cualquier cantidad de dinero al Atlético de Pinto”, pero se muestran convencidos de su vuelta. “Le diría a los aficionados que no pierdan la confianza, que vamos a seguir luchando por recuperar el proyecto original”, asegura ‘Piti’. Aseguran, además, que retirarán todas las causas abiertas contra el Ayuntamiento de Pinto y que retomarán la vía del diálogo.

 

También se muestra abierta a colaborar la concejala de Deportes. “Independientemente del daño que se haya causado sobre mi persona y mi imagen pública, lo que me interesa es que sea una entidad sana”. Aunque la edil reconoce que “no hay un movimiento social grande” respecto al Atlético de Pinto y que “probablemente sea de una de las entidades que menos gente tiene del municipio”, Lidia Rupérez apuesta por que “la situación se va a normalizar”.

 

Pero más allá de las buenas intenciones, solo los dirigentes del Atlético de Pinto tienen en la mano escribir una nueva historia o dar luz verde a una segunda parte de esta película de serie b.

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