
Iniciado el siglo XX, Aranjuez se convertirá en el líder indiscutible de la prensa en el sur de Madrid con la edición de seis cabeceras entre 1905 y 1928. Le seguirán Getafe, con dos, y Pinto, con una.
Tras El Tío Claridades (1880), La Voz de la Verdad (1897) y La Crónica de los Carabancheles (1897), de las que hemos hablado en números anteriores, las dos últimas publicaciones locales decimonónicas del sur de Madrid fueron Los Sábados de Jetafe (así, con “j”, 1897) y La Voz de Carabanchel (1898), dos impresos efímeros.
Los Sábados empezó a publicarse en noviembre de 1897, constaba de cuatro páginas y tenía periodicidad semanal. Dejó de publicarse en los primeros meses de 1898. En cuanto a La Voz de Carabanchel su existencia fue aún más breve, surgió tras el cierre de La Crónica y no llegó a culminar el año 1898.
La prensa del sur de Madrid en el primer tercio del siglo XX
Iniciado el siglo XX, serán Aranjuez y Getafe los municipios del sur que liderarán la edición de prensa. Aranjuez, que superaba ampliamente los 10.000 habitantes y doblaba en población a Getafe, se erigirá en el líder indiscutible con la edición de seis cabeceras entre 1905 y 1928, le seguirá Getafe con dos (1913 y 1918) y Pinto con una (1922). No hay constancia de que haya existido prensa local en los restantes pueblos del Madrid meridional hasta avanzada la segunda mitad del siglo XX.
En lo que respecta a Pinto, además de la publicación propia Entre Pinto y Valdemoro (1922-ca.1924), los dos periódicos que se editaron en Getafe, La Región (1913-1918) y El Eco de Getafe (1918-1919), tenían un ámbito de información y distribución comarcal, con corresponsales en varios municipios del partido judicial, entre ellos Pinto, por lo que también forman parte de la historia de la prensa de este pueblo.
El ‘boom’ de la prensa local arancetana
Las seis cabeceras de Aranjuez se editaban para el municipio ribereño y su área de influencia geográfica, determinada por la confluencia de los ríos Tajo y Jarama.
Situado en el extremo sur de la provincia de Madrid, la población de Aranjuez entre 1850 y 1900 pasó de 10.000 a algo más de 12.000 habitantes y desde 1900 a 1925 a más de 15.000, siendo en esos años el municipio más poblado de la provincia, a excepción de la capital. También, tras la capital, era entonces y sigue siendo hoy, el municipio más extenso de la provincia, con 201,11 kilómetros cuadrados.
Conocido como Real Sitio, en el año 1489 el municipio pasó con los Reyes Católicos a depender de la Corona, que lo utilizó como lugar de descanso para la monarquía, impidiendo que residieran en él personas ajenas a la Corte. Hasta que, a mediados del siglo XVIII, Fernando VI derogó estas restricciones y la población empezó a crecer y desarrollarse. Una prueba de ello es que a principios del siglo XX llegaron a convivir en Aranjuez al mismo tiempo tres cabeceras distintas.
Los seis periódicos arancetanos del primer tercio del siglo XX fueron semanarios, es decir, tuvieron periodicidad semanal. También fue común a todos ellos su estructura de cuatro páginas, que se vendían por suscripción y que se declaraban “independientes”.
El que tuvo mayor influencia y aceptación por parte de la población fue Heraldo de Aranjuez y su sucesor, Nuevo Heraldo. A continuación, describimos brevemente, por orden cronológico, cada uno de ellos.
- El Heraldo de la Ribera (1905)
Creado en 1905, fue el primer periódico de Aranjuez. No se conserva ningún ejemplar. Se sabe de su existencia por testimonios orales que también cuentan que el periódico “no tuvo mucho éxito y desapareció poco tiempo después”.
- Heraldo de Aranjuez (1907-1913)
Al contrario que su predecesor, este periódico tuvo buena acogida. Nació el 4 de mayo de 1907 y tuvo una larga vida durante su primera época, que duró hasta 1913. Al poco tiempo, renació de sus cenizas con el nombre de Nuevo Heraldo y perduró hasta finales de la década de los veinte, una permanencia excepcional para un periódico de esa época.
De la proclamada independencia era responsable su director, el reputado periodista e impresor Félix de León y Olalla, autor de varias novelas, cuentos y piezas teatrales, la mayoría en colaboración con Juan Bautista de Samaniego. Militante monárquico, dedicó una “Corona poética” al rey Alfonso XII y un libro de poemas a la esposa del rey, Mª de las Mercedes. Félix de León, que también dirigió un colegio de segunda enseñanza en Aranjuez, era colaborador de distintos periódicos y revistas nacionales.
“Heraldo en sus crónicas será exacto —decía en su primer editorial—, sincero en sus revistas, justo en sus apreciaciones y en todo respetuoso y delicado”. Y finalizaba: “Esto es todo lo que se propone, esto es todo lo que se cumplirá”.
Lo cierto es que el Heraldo tenía el respeto de sus colegas. Así, cuando apareció La Verdad, publicó en su primer editorial: “Hacemos extensivo nuestro saludo muy particularmente a nuestro querido colega Heraldo de Aranjuez”. Y similar pleitesía le otorgó en su primer editorial el otro periódico contemporáneo, El Escarpelo: “Un saludo muy cariñoso y cortés a Heraldo de Aranjuez empezando por respetarle para que nos respete, excitándole para que nos enseñe y que su experiencia nos sirva de faro”.
El periódico, que tenía la redacción en la calle San Antonio, 20 y la imprenta en la calle Almíbar, 20, se vendía por suscripción, 0,50 pesetas al mes (4 números) en Aranjuez y 1,75 ptas al trimestre (12 números) fuera de Aranjuez. Tenía 4 páginas de gran formato, se componía a tres columnas y no tenía imágenes. Los titulares eran breves pues solo ocupan el ancho de una columna. Se imprimía en blanco y negro. La última página se reservaba íntegramente para anuncios publicitarios, tanto comerciales como institucionales, todos de Aranjuez.
- La Verdad (1909)
Dirigido por José María de Lerma, nació el 7 de abril de 1909 y tuvo una corta vida. Semanario independiente, salía los miércoles. Tenía la redacción en la calle Real, 5. Constaba de cuatro páginas en formato de doble folio impresas en blanco y negro y compuestas a tres columnas. La novedad de La Verdad fue que introdujo imágenes, algo no frecuente en la prensa local de entonces y excepcional en Aranjuez, pues los otros cinco periódicos arancetanos no publicaron fotos.
Se vendía por suscripción a 0,50 pesetas/mes (cuatro números), 1,75 pesetas/ trimestre (12 números) para provincias y 2,25 pesetas para el extranjero. El número suelto costaba diez céntimos.
En el primer editorial dicen que “nuestro lema” es “reflejar fielmente la opinión y saber lo que pide [el pueblo]: más pan, más moralidad, más instrucción y más cultura”.
- El Escarpelo (1911)
Al igual que La Verdad, El Escarpelo, que surgió el 2 de febrero de 1911, fue otro semanario —por supuesto, “independiente”—de vida efímera. Dirigido por Aureliano Fayula y López-Bago, autor de piezas cómicas teatrales como ‘¡Por seductor!’ o zarzuelas como ‘El milagro de San Roque’, ésta en colaboración con Emilio López del Toro, tenía la redacción en la calle Capitán, 16, bajo.
Como los demás periódicos, tenía 4 páginas de gran formato y se imprimía en blanco y negro sin imágenes. Se componía a cuatro columnas con titulares cortos que no sobrepasaban en ancho de columna. El número suelto se vendía a 15 céntimos, la suscripción mensual a 0,50 pesetas y la trimestral a 1,75 pesetas para poblaciones fuera de Aranjuez.
En su primer editorial dice que “el campo de nuestra acción [será] lo que tenga carácter público por el lugar donde suceda o por la persona que lo califique, no penetrando, ni por un momento, en el santuario de la vida privada”.
- Nuevo Heraldo (1914-1927)
Tras cerrar Heraldo de Aranjuez, su propietario y director, Félix de León, reinició la actividad periodística local creando el Nuevo Heraldo, que, con 13 años de vida —20 si contamos la existencia de su primera experiencia— será la publicación más duradera de todas las que se crearon en el sur de Madrid hasta los años ochenta. Fue el periódico más importante de Aranjuez y el de mayor aceptación por la ciudadanía.
Como su antecesor, constaba de cuatro páginas impresas en blanco y negro, sin fotos. Se componía a tres columnas con texto corrido, por lo que los titulares eran muy breves al no superar el ancho de columna.
Como los demás periódicos, tenía periodicidad semanal y se declaraba “independiente”. Salía los días 7, 14, 21 y 28 de cada mes y se vendía por suscripción al precio de 0,50 pesetas /mes (cuatro números) para toda España. El número suelto costaba quince céntimos.
El éxito de Nuevo Heraldo, que dedicaba la última página para anuncios publicitarios, le llevó a insertar anuncios en las demás páginas del periódico, incluso en la portada, en la que la publicidad comercial e institucional ocupaba más de la mitad de la página.
Dejó de publicarse en 1927 y acabando el siglo, el 4 de octubre de 1996, volvió a editarse como semanario gratuito de 24 páginas con el nombre de Nuevo Heraldo de Aranjuez (2ª época), editado y dirigido por Manuel Jesús Martín. Dejó de publicarse en papel definitivamente en el año 2000.
- El Eco Regional1 (1924-1928)
El Eco nació el 15 de noviembre de 1924 dirigido por Florencio Rodríguez. La primera mitad de su existencia tuvo la redacción en la calle Postas, 23 para luego cambiar a Infantas, 10. El precio de la suscripción “para toda España” era de 0,75 pesetas/mes y el número suelto costaba 15 céntimos.
Publicó 207 números hasta el 29 de septiembre de 1928. Constaba de cuatro páginas en formato de doble folio, se imprimía a un color en la Editorial Católica de Toledo y se componía a cuatro columnas con texto corrido, sin fotos ni gráficos. La contraportada (pág. 4) se destinaba a anuncios publicitarios, que también se insertaban en otras páginas, pues la publicación tenía abundante publicidad institucional y comercial, toda ella de Aranjuez.
Subtitulado “periódico semanal literario independiente”, proclamaba que tenía “corresponsales en toda la comarca”, pero sus contenidos se ceñían casi exclusivamente a la ciudad de Aranjuez. Cierto que de vez en cuando aparecían breves noticias de ‘sociedad’ —de tres a seis líneas como máximo— de otros pueblos, entre ellos Pinto, pero nada sustancial añadían a la información de estos municipios.
Por su coincidencia con la dictadura del general Primo de Rivera, quien instauró la censura previa en la prensa, El Eco anunciaba en su portada que se publicaba “con censura militar”.
Una vez desaparecido Nuevo Heraldo, con el que El Eco coincidió en el tiempo durante tres años, promocionó el eslogan “lea usted el único periódico de la comarca”. Y, ciertamente, El Eco no sólo fue el único sino el último periódico de Aranjuez. Desde entonces y hasta el último tercio del siglo XX, la capital riverense no volvió a tener prensa local.
(1). El Eco Regional puede consultarse en la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, del Ministerio de Cultura: https://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/registro.do?control=BVPH20210000317
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