Aprender la lección
Ha costado mucho llegar hasta aquí, pero el nuevo modelo de limpieza de Pinto ya es una realidad. La UTE Valoriza-Gestyona ha dejado de prestar los servicios de limpieza viaria, zonas verdes y recogida de basura de los que se ha encargado en los últimos 11 años, durante los que ha pasado de todo.
Despidos de trabajadores desde el primer mes, supuesto uso indebido de maquinaria, robo de información confidencial, sanciones que no llegaron a ningún lado, denuncias que tampoco acabaron en nada… Un clima belicista que redundó en un más que mejorable estado de limpieza del municipio propiciado también por las lagunas que había en el contrato.
¿Estaba Pinto más limpio cuando los servicios estaban gestionados por Aserpinto? Sin ninguna duda, pero en buena parte por el dinero a espuertas que entraba gracias al boom del ladrillo. Cuando ese río dejó de fluir comenzaron a verse las costuras de una empresa pública en la que los directivos enchufados estaban a la orden del día y en la que el absentismo se encontraba por las nubes. Había que hacer algo, pero tampoco se logró dar con la tecla.
La lección que se puede y debe extraer de estos últimos 30 años es que sólo una correcta gestión garantiza un buen servicio. Sobre el papel, la vuelta del cuidado de jardines a Aserpinto y las mejoras del nuevo contrato con Valoriza y FCC, que se harán cargo de los servicios de limpieza viaria y parques y jardines, parecen una buena noticia. Pero sin una correcta planificación y control, la inversión millonaria del Ayuntamiento de Pinto quedará otra vez en agua de borrajas.
A nadie sorprende que no haya existido el mínimo consenso de la corporación municipal para sacar adelante el contrato más importante de la historia del Ayuntamiento de Pinto. Todo a pesar de que este resultado sea fruto del fracaso de la clase política. De hecho, prácticamente ninguno de los partidos apostaba ni siquiera por este final.
Los partidos de izquierda olvidan que gobernaron durante 8 años en los que prometieron rescindir el anterior contrato antes de tiempo y enarbolaron la bandera de la municipalización, garantizando que llegarían a 2024 con los deberes hechos. La realidad fue radicalmente distinta por lo que, habiendo sido incapaces de hacer realidad en dos mandatos compromisos como el edificio de seguridad, el nuevo centro deportivo de La Tenería o el puente de la calle Isaac Albéniz, es un chiste pensar que en seis meses resolverían todos los flecos pendientes.
Pero Partido Popular y Pinto Avanza también han incumplido su palabra. Las últimas declaraciones del alcalde al respecto son una oda a los cantos de sirena que cada cuatro años encontramos en los programas electorales: “Es cierto que el compromiso adquirido en el acuerdo de gobierno planteaba la internalización de los servicios, pero a nadie se le escapa que esa internalización debe ser siempre jurídica, técnica y económicamente viable”.
Ojalá esta sea la última vez en la que sea necesario mirar atrás y, por fin, Pinto pueda disfrutar del estado de limpieza que merecen los pinteños.
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