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Las horas decisivas que precipitaron el acuerdo de gobierno entre Partido Popular y Pinto Avanza

Raúl Martos Martínez Ver comentarios 1 Jueves, 15 de Junio de 2023 Tiempo de lectura:

Este es relato de cómo se gestionaron las negociaciones para cerrar el próximo gobierno de Pinto.

Salomón Aguado será investido alcalde de Pinto y Partido Popular y Pinto Avanza gobernarán juntos durante los próximos cuatro años. Es el final de una historia que se concretará en el pleno de investidura del sábado, 17 de junio, y para la que sus protagonistas han tenido que sortear numerosos obstáculos. El primero, y más importante, el de la desconfianza mutua que se guardan los candidatos.

 

Las desavenencias entre Salomón Aguado y el hoy líder de Pinto Avanza, Fernando González, se remontan al último gobierno del PP en Pinto que acabó en 2015 y del que ambos formaban parte. Fueron cuatro años marcados fundamentalmente por la externalización de los principales servicios de Aserpinto, pero también por el férreo control económico del Ayuntamiento y el despido de cuatro trabajadores municipales en los que Aguado jugó un papel fundamental. Las razones difieren, si bien lo único cierto es que en ese tiempo se abrió una brecha que todavía hoy sigue abierta.

 

Fernando González, que había gestionado las áreas de Educación, Formación y Empleo entre 2007 y 2008 y de 2011 a 2015, pasó a ocupar un segundo plano dentro del partido. Del puesto número 7 que ocupó en la candidatura popular de 2011 fue relegado al 9 en 2015, con lo que quedó fuera de la representación del grupo en la corporación. Dos años después intentaría hacerse con la presidencia del PP, pero acabó llegando a un acuerdo con la exalcaldesa Miriam Rabaneda y se retiró de la carrera.

 

Tras no figurar en la lista popular de 2019, el año siguiente acabó abandonado el partido. Su vuelta pudo producirse en 2022 ya que González asegura que, sólo un mes después de anunciar su intención de presentarse a estas elecciones con Pinto Avanza, el PP le ofreció “un puesto” si retiraba su candidatura. “No estoy dispuesto a recibir ni un céntimo de euro de quien ha traicionado a Pinto y a quienes aquí vivimos”, declaró entonces. Todas estas rencillas, junto con una supuesta comida entre González y el candidato socialista, Diego Ortiz, hacían temer lo peor entre las filas populares.

 

Pero lo cierto es que en el PSOE tampoco fueron nunca optimistas sobre un posible acuerdo con Pinto Avanza. Al pasado del PP de su candidato, sus opiniones sobre el gobierno tripartito pinteño en ZIGZAG y su enfrentamiento público con la nº2 del partido, Lola Rodrígez, se unió su primera respuesta informal sobre un posible gobierno con los partidos de izquierda: “Aquí el que ha ganado es el Partido Popular”. Todo ello hizo que se instalara el pesimismo en el PSOE como se ha podido ver estos días en las declaraciones de sus concejales en redes sociales y sesiones institucionales.

 

Primer asalto

 

La ronda inicial de negociaciones no se desarrolló en los despachos, sino en la vía pública. González puso como condición indispensable para negociar con los populares que negasen su supuesto encuentro con el PSOE. Y así lo hicieron: “Ante las comunicaciones que señalaban al Partido Popular como origen de las informaciones en relación a una reunión entre los candidatos del PSOE y Pinto Avanza con el objetivo de pactar un gobierno de coalición, desde nuestra formación no nos consta que se produjera el mencionado encuentro durante la campaña electoral para negociar ese acuerdo”.

 

Acto seguido, llegó el primer órdago de Pinto Avanza: que PP y PSOE se pronunciasen sobre su disposición a gobernar dos años cada uno durante el próximo mandato. Sólo contestó el jefe de los socialistas madrileños, Juan Lobato, que rechazó de inmediato la propuesta. El PSOE de Pinto replicó ofreciendo públicamente un gobierno a cuatro de su partido junto con Pinto Avanza y sus compañeros de izquierda, Más Madrid y Unidas Pinto-Podemos. La respuesta fue una nueva negativa, en este caso por parte del partido local, que además dijo no estar dispuesto a gobernar con formaciones “extremas”. Es decir, cualquier partido que no sea PP o PSOE.

 

Dos de esos partidos dieron entonces un paso adelante. Más Madrid se mostró conciliador y pidió a Pinto Avanza reconsiderar su posición y sentarse en busca de puntos de encuentro. Unidas Pinto-Podemos, en cambio, expulsó de la ecuación a los de Fernando González y rebajó su presencia a un mero “apoyo externo” que hiciese posible revalidar el gobierno de izquierdas.

 

¿Y qué ha sido de Vox en estas tres semanas? “Contaréis con nuestro apoyo tanto para gobernar juntos como para un simple acuerdo de investidura”, garantizó al PP su candidato, Miguel Maldonado, en el primer encuentro entre ambos. Dado que sus votos nunca han sido decisivos para hacer alcalde a Salomón Aguado -parece impensable que pueda aliarse con el bloque de izquierdas, como sí podría haberlo hecho Pinto Avanza-, la entrada de Vox en el gobierno nunca ha estado encima de la mesa. Sin embargo, jugará un papel clave a partir del 17 de junio cuando sus votos sean imprescindible para sacar adelante la acción de gobierno.

 

El día que lo decidió todo

 

Las primeras reuniones no fueron más que el inicio de una partida de ajedrez en el que cada bando dispone sus fichas. Pinto Avanza sabía que jugaba con blancas, y llevó la iniciativa en todo momento. Con esa confianza de tener la sartén por el mango, avivada por un pique cocido a fuego lento durante más de diez años, Fernando González llegó en una nube a su primer encuentro con el Partido Popular. “Se podía cortar la tensión con un cuchillo”, reconocen ambas partes.

 

Tras los reproches, miradas altivas y palabras subidas de tono, Pinto Avanza marcó sus dos líneas rojas: la recuperación de los servicios privatizados de Aserpinto y una importante inversión en materia sanitaria por parte de la Comunidad de Madrid. Los de Salomón Aguado defendían estar en el mismo barco, pero el partido local exigió un compromiso por escrito. Sin problemas en cuanto a la remunicipalización de la limpieza, la presencia en la reunión del pasado día 13 por parte del secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano, allanó el resto del camino. Al día siguiente, la Consejería de Sanidad confirmó la futura construcción del tercer centro de salud y la vuelta de las urgencias con médico.

 

En paralelo, PSOE y Pinto Avanza negociaban una posible vía alternativa. Sin posibilidad alguna de influir en las decisiones de la Comunidad de Madrid y con la credibilidad absoluta de su apuesta por recuperar los antiguos servicios de Aserpinto, los socialistas sólo tenían una cosa que ofrecer. Poder. Así, la única posibilidad de acuerdo pasaba por que el PSOE aceptase un gobierno alterno con Pinto Avanza en el que Fernando González fuese alcalde durante los dos primeros años.

 

Los socialistas nunca se abrieron a esa posibilidad, pero tampoco la cerraron. Incluso aceptaron negociar el necesario apoyo de Más Madrid y Unidas Pinto-Podemos en la investidura. Sin embargo, dos factores dinamitaron las conversaciones entre ambos ayer, 14 de junio. El primero, y más importante, que el candidato de UP, Carlos Gutiérrez, no estaba al tanto de las negociaciones. La segunda razón fue la rueda de prensa sorpresa del PSOE convocada para la mañana siguiente y en la que pretendía “abordar la situación actual” ante los medios.

 

Esa misma tarde, PP y Pinto Avanza afrontaron su reunión decisiva. Todos los detalles programáticos estaban claros, aunque faltaba concretar el reparto de concejalías y puestos dentro del próximo gobierno. Las posturas estaban alejadas: los populares rechazaban la propuesta, pero temían que los socialistas aceptasen la disparatada idea de un gobierno alterno que también se les había planteado a ellos.

 

A las 23.10 horas, en plena reunión, el PSOE comunicó a los medios que posponía su rueda de prensa al viernes “por motivos sobrevenidos”. El anuncio, sin quererlo, precipitó el acuerdo y todos los flecos quedaron cerrados a falta de confirmarse por escrito oficialmente. Era la 1 de la mañana y, por fin, había un acuerdo de gobierno para Pinto.

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