
La exnovia del tatuador, acusada por la familia de la víctima de encubrir el crimen, ha sido absuelta por el jurado. La magistrada de la Audiencia Provincial de Madrid debe decidir ahora la pena para Leonardo.
Culpable. El jurado popular ha dictaminado por unanimidad que Leonardo V., conocido como el descuartizador de Valdemoro, mató con alevosía y profanó el cuerpo de la joven de 18 años a la que invitó a su casa la noche del 15 de octubre de 2019. La exnovia del tatuador, para quien las acusaciones particulares pedían tres años de prisión al atribuirle el encubrimiento del crimen, ha sido absuelta.
La Guardia Civil sitúa el final de la vida de la joven entre la una y cuarto de la madrugada y su última conexión de Whatsapp que, según señaló la madre en sus declaraciones ante la jueza, era más o menos a las dos de la mañana. Lo último que hizo fue mandar una fotografía a su novio en la que salía con una pastilla en la boca. Los investigadores sospechan que es Rivotril, un sedante que después localizaron en el domicilio del tatuador.
En su repaso de la noche del crimen, Leonardo aseguró que la joven había acudido a su casa “porque estaba triste” y que, tras un rato “jugando” sin mantener relaciones sexuales “con penetración”, le ató al cuello una máscara “para tontear” y se la apretó cuando ella le indicó que estaba “demasiado floja”. “No sé qué presión introduje. Bajé a por bebida, no sé cuánto tiempo pasó, y al volver le di un cachete en la nalga y no respondía”, declaró el acusado.
Su abogado, Marcos García Montes, ya había asegurado el primer día del juicio que el crimen fue “consecuencia de una satisfacción sexual, sin que tuviera ánimo de causar la muerte” y que ambos jóvenes habían quedado tras conocerse “en una red social especializada en sadomasoquismo y otras prácticas sexuales extremas”. El letrado argumentó que la adicción a las drogas y el pasado traumático de su cliente habían motivado sus actos, pero el jurado popular no ha considerado probado que Leonardo estuviese bajo el influjo de los estupefacientes en el momento del crimen.
Lo que resta ahora es que la magistrada de la Audiencia Provincial de Madrid decida y comunique la pena que debe cumplir Leonardo. La Fiscalía solicita 25 años y cinco meses de prision por asesinato y profanación de cadaver, la defensa reduce la condena a tres años de cárcel al solicitar que se le juzgue como autor de un delito de homicidio imprudente, y las acusaciones particulares piden que se tenga en cuenta la “especial vulnerabilidad” de la víctima y se aplique la prisión permanente revisable.
Las circunstancias relativas al pasado de la joven, víctima de pornografía familiar y de violencia intrafamiliar, no han sido suficientes para que el jurado popular considere que fue una víctima especialmente vulnerable, con lo que la pena máxima queda descartada.
Según ha informado El País, Leonardo ha escuchado el veredicto con atención, negando en algunos momentos con la cabeza e intercambiando comentarios con su abogado defensor. Antes de dar por concluido el juicio, quiso hacer uso de su derecho a la última palabra: “Por muchos años de cárcel, nunca podré reparar el daño que he hecho. Sé que la madre nunca podrá recuperar a Emi. Le pido perdón y sé que no lo recibo porque no sana la herida”.
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