¿Esvásticas u hoces y martillos? Radiografía de las pintadas vandálicas de Valdemoro

Hace un mes, Santi Fernández e Inés López, vecinos de Valdemoro, denunciaron una pintada homófoba que custodió durante meses la acera de la calle Mercurio: “No al adoctrinamiento LGTB”, se podía leer. Gracias a la denuncia ciudadana, finalmente el graffiti fue limpiado por el Ayuntamiento.

Esta pintada no ha sido el único mensaje de odio contra el colectivo que se ha encontrado en el municipio. En 2017, el Ayuntamiento pintó varios bancos y pasos de cebra con los colores de la bandera LGTB y algunos vecinos decidieron vandalizarlos manifestando abiertamente su transfobia y homofobia —en uno de ellos escribieron “stop enfermos”—.

Los colores de la bandera LGTB, que representan, entre otras cosas, la diversidad y la lucha de esta comunidad por alcanzar la igualdad efectiva de derechos, no han sido el único motivo que ha despertado la vena grafitera de algunos vecinos. “En 2017, hubo una pintada en la calle de las Vacas que rezaba ‘Visca Catalunya Lliure’. Esto despertó una rapidísima indignación y el PP se encargó de quitarla a los tres días”, argumenta Santi, criticando “la doble vara de medir” con la que los políticos valdemoreños perciben estas pintadas.

Unos días después de que Santi e Inés denunciaran el mensaje de la calle Mercurio, el portavoz de los populares en Valdemoro, David Conde, publicaba en las redes sociales un vídeo exigiendo la retirada de otra pintada, esta vez, “1312” —números bajo los que se quiere decir la frase  “Todos los policías son bastardos”—. “Esto no es solo incivismo, es un delito de odio contra las fuerzas de seguridad del Estado y muchos de nuestros vecinos”, comentaba Conde en el vídeo.

Fue a raíz de la publicación del PP por lo que Inés y Santi decidieron a llevar a cabo una investigación de las “pintadas políticas” de Valdemoro. El objetivo de ambos vecinos es realizar un análisis cuantitativo, para el que contarán y fotografiarán “cuántas pintadas con simbología nazi, anarquista o comunista hay”.  De momento, en la inacabada radiografía de las paredes valdemoreñas se puede detectar el doble de pintadas de carácter fascista, islamófobo o LGTBIfóbico que de naturaleza comunista o anarquista. “Hemos comenzado por el barrio de El Restón y hemos visto 80 símbolos nazis y 40 de carácter comunista o anarquista. En lo que respecta a lo que les preocupa a los populares de Valdemoro – las pintadas “1312” o “ACAB”, solo hemos encontrado cuatro”, apunta Inés.

Santi tilda de “hipócrita” el comportamiento del Partido Popular con respecto a este tema: “Cuando un representante político denuncia una pintada en concreto y olvida otras nos llama la atención. Una esvástica ataca a muchos más colectivos que un “ACAB”, y, además, se está legitimando un movimiento histórico y político como es el fascismo, que ha matado a millones de personas”, considera Santi, indignado por que se equiparen ambos mensajes.

“Esvásticas siempre ha habido, pero mensajes directamente al cuello del movimiento LGTB no había visto nunca. Valdemoro es mucho más rancio que hace diez años”, expresa Inés, que, desde su punto de vista, en el municipio no solo ha aumentado la visibilidad del colectivo sino también los mensajes de odio hacia él.

“Franco vive”, “PSOE profanadores de tumbas y asesinos”, “AHTR” —“Adolph Hitler tenía razón”— “White pride” —significa “orgullo blanco” y es el lema de algunas organizaciones neonazis y supremacistas blancos— o “Fuck polis” son algunas de las frases escritas con botes de spray sobre el mobiliario urbano de Valdemoro. A estos mensajes los acompañan símbolos como el yugo y las flechas de la Falange Española, la hoz y el martillo comunistas o esvásticas, dibujadas en algunos casos al revés.

Las reacciones de los valdemoreños no se han hecho esperar: “Me parece que en Valdemoro hay muy poca memoria de la historia y de la cultura”, respondía un vecino en la publicación que Santi ha compartido en redes sociales con los primeros resultados de su estudio. “Esas pintadas serán de niños de 16 años que no entienden de ideologías y solo quieren crear enfrentamientos entre los españoles”, comentaba otro vecino a Santi añadiendo que “ni unos son tan malos ni los otros tan buenos”.

“Algunos vecinos incluso nos han llegado a contestar –refiriéndose a las esvásticas– que estaban en contra del vandalismo de la pintada, pero a favor del mensaje”, expresa sin dar crédito Santi. Por su parte, Inés considera que ese tipo de respuestas intentan desviar el asunto del debate: “El problema no son las pintadas, son los mensajes. ¿O también les molestan los grafitis que hay en torno a la calle Cantabria?”.

Santi e Inés continuarán recorriendo Valdemoro calle a calle para completar la investigación que acaban de comenzar. “Si alguien se quiere unir es bienvenido”, declaran, invitando a los vecinos que quieran colaborar a formar parte de esta radiografía de las paredes valdemoreñas.