
Compañeros del IES Villa de Valdemoro, sacaron un 13,925 y un 13,8. Han decidido cursar el Doble Grado en Ingeniería del Software y Matemáticas de la Universidad Rey Juan Carlos.
Joel Martín (2007) y Álvaro Carrasco (2007) le han cogido el gusto a eso de ganar premios juntos. Ya lo hicieron al terminar los cuatro años de Educación Secundaria, cuando recibieron uno de los 22 reconocimientos que la Comunidad de Madrid otorgó a los alumnos más destacados de su generación, y lo han vuelto a hacer ahora al sacar las dos notas más altas de Valdemoro en la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) y colocarse entre los 28 estudiantes a los que la Carlos III honró por su gran desempeño en los cuatro ejercicios del bloque obligatorio.
Como ya ocurrió con Pablo y Adrián, compañeros de clase que compartieron la mejor nota de la EvAU de Valdemoro en 2023, los dos estudiantes se enfrentaron a la temida selectividad con un diez de media en el Bachillerato de Excelencia del Instituto Villa de Valdemoro, que se caracteriza por su mayor nivel de exigencia y por sumar a las materias reglamentarias la obligación de preparar y presentar ante un tribunal un proyecto de investigación, en el que también recolectaron todos los puntos posibles. Joel intentó realizar un experimento para descubrir si las personas aplicamos la teoría de juegos en nuestras decisiones del día a día y Álvaro, por su parte, llevó a cabo un análisis de datos para ver si la energía nuclear era la mejor solución para el cambio climático.
Dado su expediente, que les fuese bien en la PAU no era de extrañar, pero ni ellos mismos esperaban llegar a acariciar con los dedos la perfección. Y es que no bajaron del sobresaliente en ninguna de las asignaturas: Joel obtuvo un 13,925 sobre 14 con dieces en Física, Matemáticas y Filosofía y un 9,5 en Inglés como nota más baja y Álvaro alcanzó el 13,8 sobre 14 con una puntuación impecable en Matemáticas y Filosofía y sus 9,5 en Lengua, Física e Inglés como peores puntuaciones.
Los jóvenes de 17 años decidieron ver estas calificaciones en la intimidad de sus hogares, sin grabar su reacción ni intentar adivinar lo que iban a sacar en cada materia como acostumbra a hacer ahora la gente de su edad. “Propusimos la idea de quedar para verlas juntos, pero al final no lo hicimos. Yo las vi con mi padre y mi primo, porque justo estábamos en su casa cuando salieron, y lo primero que hice fue llamar a mi madre”, comenta Álvaro, con una sonrisa dibujada de forma permanente en la cara. “Yo justo estaba solo en casa. Mis padres estaban trabajando y mi hermana en el instituto. Las miré y flipé”, añade Joel, asimilando aún el logro conseguido sentado a la mesa con ZIGZAG y con su eterno compañero en un bar situado a escasos metros del instituto.
Pese a tener que dejar atrás las aulas que los han visto crecer desde 1º de Educación Secundaria, el cambio no será tan grande para ellos al continuar compartiendo clase el curso que viene: ambos han puesto el Doble Grado en Ingeniería del Software y Matemáticas de la Universidad Rey Juan Carlos como primera opción en su preinscripción. “Podremos ir juntos en Cercanías y Metrosur hasta Móstoles, que es un trayecto de una hora, así que está bien hacerlo acompañado”, apuntan, felices de que sus notas y sus intereses comunes les permitan seguir formándose de la mano.
No lo decidieron a la vez, eso sí. Álvaro lleva tiempo teniéndolo claro, pero Joel no ha estado seguro hasta el último momento. El alumno con la nota más alta de Valdemoro en la PAU se presentó a la selectividad con la idea de cursar una doble titulación de Matemáticas, pero le faltaba decidir la combinación. “No sabía si hacer Matemáticas con Física o hacerla con alguna ingeniería y, al final, he optado por Software porque creo que tiene muchas salidas laborales. Me gustaría dedicarme a la investigación, pero en España es muy complicado y trabajar para una empresa como informático me parece una buena alternativa”, explica, tratando de poner en palabras su proceso mental. “La realidad es que quiere estar conmigo”, sentencia su amigo entre risas.
Su experiencia con la PAU, en YouTube
Joel y Álvaro quieren aprovechar al máximo los meses de vacaciones que tienen por delante antes de que llegue septiembre y les obligue a enfrentarse cada mañana a la línea C-3. Además de irse de viaje con sus padres y de empezar a disfrutar de los 400 euros del Bono Cultural que el Gobierno de España otorga este año a los nacidos en 2007, los jóvenes tienen la intención de crear un canal de YouTube con consejos y pautas para los estudiantes que tengan que enfrentarse el año que viene a la PAU.
En el proyecto, al que han llamado Tetra PAU, están involucrados también otros dos compañeros de su clase. “Queremos contar cómo fue la experiencia para nosotros y cómo nos preparamos, además de hacer ejercicios de exámenes anteriores. Nos parece que puede ser muy útil para los que vienen detrás”, detallan los futuros universitarios, defendiendo este recurso educativo como una forma ampliar lo visto en el instituto. “Nosotros mismos cuando no nos quedaba algo claro o queríamos profundizar en un tema, mismamente en Filosofía con los autores, buscábamos algún vídeo de YouTube”.
En el canal también tratarán de transmitir lo importante que es ser constante para llegar a alcanzar un buen resultado tanto en Bachillerato como en la selectividad. “Si lo quieren hacer bien, es importante prepararse durante todo el año y no dejarlo todo para el final. Hay que saber organizarse”, coinciden Joel y Álvaro, para quienes ha sido mucho más entretenido y rápido preparar asignaturas como Matemáticas o Física que otras más teóricas como Historia o Lengua. “Tenemos la suerte de que ya en clase nos quedamos con muchas cosas que luego, si practicas día a día, igual sólo tienes que repasar bien el día antes del examen. Con las materias más memorísticas ya era distinto y necesitábamos ponernos más tiempo”.
Otra de las claves de su buen rendimiento ha sido contar con momentos para distraerse jugando a videojuegos o viendo series —tienen en común que son “muy caseros”— y, sobre todo, para practicar deporte. Aunque no sin complicaciones por la exigencia del curso, Álvaro ha continuado poniendo a prueba su velocidad en el club Amigos del Atletismo de Valdemoro y Joel ha jugado como mediocentro en el Escuela de Fútbol de Valdemoro, despidiéndose ambos de sus respectivos equipos esta temporada, pues probarán otras actividades o aficiones en la Universidad.
La selectividad más difícil desde la pandemia
Y estas notas las consiguieron en la selectividad más exigente desde la pandemia. Tras un proceso de amplio debate, el Consejo de Ministros celebrado el 11 de junio de 2024 aprobó de forma definitiva la nueva PAU, antes conocida en la Comunidad de Madrid como EvAU.
Las principales novedades que este cambio ha traído consigo han sido la apuesta por un modelo único de examen para cada materia, reduciendo la opcionalidad, la posibilidad de perder puntos por las faltas de ortografía, así como de coherencia o corrección gramatical y léxica, y la introducción del carácter competencial al menos en la cuarta parte de las preguntas de los exámenes.
De todas estas modificaciones, la que más temían los valdemoreños era la última, la relativa al planteamiento de cuestiones menos memorísticas, en las que se busca que los alumnos relacionen saberes, lleguen a conclusiones y desarrollen ideas propias. “Era lo que más miedo nos daba porque no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar exactamente. Yo esperaba que fuera más difícil y que se saliese más de lo que habíamos trabajado”, confiesa Joel, que sólo perdió 75 décimas en los exámenes. “Le teníamos respeto al ejercicio competencial y luego en Física, por ejemplo, me parecieron más complejos otros”, declara Álvaro, quien siempre tendrá la duda de cuál fue el fallo que le restó medio punto en esta materia.
Lo que no les resultó fácil fue la prueba a la que se presentaron para optar a los Premios Extraordinarios de Bachillerato 2024/2025. Tuvo lugar el pasado 17 de junio en Collado Villalba y, al contrario de lo que ocurrió en los reconocimientos de Educación Secundaria, no hubo suerte para ninguno. “Pedían una media igual o superior a 8 en los cuatro exámenes que nos pusieron. No sé si darán alguno o se quedarán desierto, porque en los de la ESO pedían un 5 y aun así sólo dieron 22 de los 25 que había”, detalla Álvaro, al que le faltó tiempo para poder resolver bien los ejercicios y llevarse los 2.000 euros reservados a cada ganador.
Con estos ejercicios para los mejores estudiantes de Bachillerato de la Comunidad de Madrid, a los que acudieron con más compañeros del IES Villa de Valdemoro, los brillantes jóvenes se despiden de una etapa prolífica para afrontar otra que, viendo su potencial, será igual o incluso mejor.
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