
Se trata del inmueble ubicado en el número 5 de la plaza de Autos. La propiedad ha contratado a una empresa para llevar a cabo la demolición, con la previsión de que los trabajos den comienzo este fin de semana.
“Lo que pasa al final en muchos casos, y en el de la Casa de la Marquesa en concreto, es que optan por abandonarlo y esperar a que se termine cayendo”. El desenlace que Rosa Amelia González, concejala de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Valdemoro, vaticinaba en octubre para el histórico edificio en el que un día rodó Lola Flores es el que ha terminado teniendo el caserón ubicado en el número 5 de la plaza de Autos.
Los servicios técnicos municipales están tramitando un expediente para declarar la ruina del inmueble, que se espera que quede aprobado a lo largo de la jornada. Esto implica la necesaria demolición de la construcción que, según han adelantado fuentes municipales a ZIGZAG, comenzará este fin de semana. “Se ha hablado con la propiedad y los dueños han contratado a una empresa. También se ordena el desalojo de los inmuebles colindantes por seguridad durante la demolición”, han indicado desde el Ayuntamiento.
De forma preventiva, este lunes, los efectivos de Protección Civil y Policía Local han acordonado la zona para evitar el acceso a transeúntes y vehículos con el objetivo de evitar hipotéticos incidentes. El alcalde de Valdemoro, David Conde, se ha hecho eco en sus redes sociales del dispositivo de seguridad implementado en la plaza de Autos por los agentes y ha pedido a la población que “evite en lo posible” pasar por el lugar “hasta que la zona sea segura”.
Por riesgo de caída mantenemos dispositivo de seguridad en Plaza de Autos, hasta que la zona sea segura evitar en lo posible la misma. pic.twitter.com/BYJ67Yyi25
— David Conde (@David_Conde_R) March 25, 2025
El abandono de las propiedades privadas
En su momento, al ser entrevistada por ZIGZAG con motivo del derrumbe de un segmento de uno de los muros de la antigua fábrica de tomates de la Casa de la Marquesa, Rosa Amelia González manifestó que el abandono de las propiedades privadas en el casco histórico es uno de principales lastres que sufre el área de Urbanismo del Ayuntamiento.
Cualquier intervención en alguno de estos edificios precisa la aprobación de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, cuyas exigencias son muy grandes al existir siempre la obligación de rehabilitar el espacio. “Es algo mucho más caro que una obra nueva, lo que generalmente echa para atrás a los propietarios”, declaró la concejala en ese entonces, indicando que todos gozan de una protección estructural, la aplicada a aquellos elementos que, por su valor histórico o artístico, o por su calidad arquitectónica, se singularizan dentro del municipio. Si alguien los adquiere o si sus propietarios quieren transformarlos, “deben respetar las fachadas y los muros de carga interiores”.
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