
Ha sido reconocida con el Premio Malaspina por su contribución a la mejora de la relación entre ambos países a través de la gastronomía.
Ni dentro de España ni fuera de sus fronteras existía un proyecto que hablase de la diversidad de su cocina hasta que, en 2018, nació en Australia ‘Eat Spanish’, la organización sin ánimo de lucro fundada por el chef pinteño Rubén López Mesa. La asociación gastronómica, de la que forman parte en la actualidad 66 cocineros de tres generaciones distintas, nació con el propósito de acercar la diversidad de productos y recetas nacionales a los hogares del país más importante de Oceanía.
Hoy, seis años después de su nacimiento oficial, su apuesta por difundir la cultura culinaria española y crear lazos a través de ella ha sido distinguida con un Premio Malaspina. Los galardones de la Embajada de España en Australia y de la asociación de investigadores españoles en Australia (SRAP) reconocen anualmente a una persona y a una organización por su importante contribución a la mejora de la relación entre los dos países a través de la cultura, la ciencia o la tecnología. Este 2024, en su séptima edición, la distinción grupal ha sido para ‘Eat Spanish’.
“Hasta la fecha siempre habían premiado a escritores, investigadores, universidades… Es la primera vez que conceden el premio a un proyecto gastronómico. Estamos en las nubes porque es una forma increíble de motivar a todos los que formamos parte de esto, quienes al final dedicamos nuestro tiempo de forma voluntaria”, explica el chef pinteño a ZIGZAG desde su residencia en Orange, una ciudad de la turística región de Nueva Gales del Sur, con un clima perfecto para la cosecha de un producto tan propio de la cocina española como el azafrán.
Rubén cree que el impulso definitivo que los llevó a ser merecedores del premio este año, a ojos de sus organizadores, fue la puesta en marcha de eventos en colaboración con la Embajada de Australia en España. “Ya no es sólo que hagamos actividades aquí. Es que llevamos a cabo eventos en nuestra tierra fusionando lo mejor de ambas culturas, como un marinado de productos españoles con vinos australianos que tuvo lugar en Barcelona. Hemos creado un puente gastronómico entre ambos países que no existía hasta entonces”, continúa detallando el cocinero, aludiendo al gran mundo de posibilidades para la importación que esta conexión ha abierto.
La gala de entrega de los Premios Malaspina tuvo lugar el lunes 9 de diciembre en Canberra, capital de Australia. La presidenta de ‘Eat Spanish’, Ana Cortés, y la segunda secretaria, Pilar Pérez Mckay, fueron las encargadas de recoger el galardón. El reconocimiento en la categoría individual fue a parar a las manos de Alfredo Martínez-Expósito, profesor de Español de la Universidad de Melbourne.
Cocinando en la tele australiana
En paralelo al desarrollo de ‘Eat Spanish’, Rubén ha continuado trabajando en sus otros dos proyectos profesionales: las clases de cocina y eventos privados que organiza para turistas a través de su pequeña empresa, ‘Table of ten’, y el desarrollo de su marca personal como embajador gastronómico. Esta última faceta es la que le llevó a grabar la pasada primavera tres episodios de la séptima temporada de ‘The Cook Up with Adam Liaw’, el programa de entrevistas presentado por el ganador de la segunda edición de ‘Masterchef Australia’ que acerca a los espectadores las diferentes culturas a través de una charla en los fogones.
Liaw invita a reputados chefs y celebridades a que se sienten junto a él en la cocina y le guíen en la preparación de los platos que dominan, mostrando cómo hacer recetas de todo el mundo a quienes disfrutan del show del servicio de radiodifusión pública SBS (Special Broadcasting Service) desde sus casas.
En el rodaje del jueves 18 de abril, Rubén se encargó de presentar y ayudar al cocinero malasio a realizar tres elaboraciones de la cocina de aprovechamiento que tanto caracteriza a la gastronomía española: unas torrijas para reutilizar el pan, un cocido madrileño en el que hizo uso de un pollo entero y unas lentejas con chorizo. “La repercusión fue enorme. Tengo el teléfono lleno de mensajes súper bonitos de gente con raíces españolas a la que mis recetas le han recordado a los platos que les hacían sus madres”, expresa el chef, que intenta aprovechar cada altavoz que la vida pone en su camino para acabar con los estereotipos que rodean a la cocina española en las antípodas.
De su mano y de la del resto de cocineros que componen ‘Eat Spanish’, los mitos generados por el desconocimiento han ido desapareciendo. “Cuando empezamos, la gente no entendía la diferencia entre anchoa y boquerón. Ahora ya no sólo es que la anchoa esté en todos los restaurantes españoles, sino que se puede adquirir en muchos supermercados. Y ya no hablemos del jamón serrano, que lo ha conquistado todo”, celebra el pinteño, puntualizando que este año, de la mano de la Embajada de España y de ICEX España Exportación e Inversiones, tuvieron la posibilidad de presentar en Sídney un evento profesional dedicado a la puesta en valor de productos españoles como los pinchos vascos o la paella.
Aunque volvería a Pinto con los ojos cerrados, por lo mucho que echa de menos a su pueblo y a su gente, Rubén es consciente de lo complicado que es regresar al municipio después de 15 años fuera. “Mi hija tiene 11 años y se ha criado aquí. Hemos construido nuestra vida en Australia y, aunque sería un sueño vivir en España, sería muy difícil dejar todo atrás”.
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