RIP (político pinteño) por Miriam Rabaneda
La cena de Navidad de este año celebrada por el Partido Popular de Pinto me sugiere una reflexión que me parece importante reseñar para que no quede en el olvido.
Es la primera vez desde 2006 ―año en el que comenzaron las cenas anuales del PP de Pinto― que Miriam Rabaneda no preside este evento. Pero lo más significativo, lo realmente mollar, no es que la ex alcaldesa de Pinto no haya presidido la cena de este año, sino que estuviese ausente en cuerpo y alma. Es decir, ni asistió ni fue recordada ni citada por ninguno de los oradores. Algo que llama la atención tras 17 años de presidencia de un partido.
Rabaneda, que ya llevaba dos legislaturas (2015 a 2023) abandonando el trabajo en Pinto por cargos mucho mejor remunerados en el gobierno regional (de 92.000 a 76.000 €), pugnaba por seguir amarrada como una lapa a la presidencia del partido por si le iban mal dadas en la Comunidad, lo que provocó tensiones en la agrupación local. Hasta que el año pasado la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso cortó de raíz esas tensiones, apartando a Rabaneda de la lista electoral de Pinto, como ya había hecho cesándola del último cargo que ostentó en el gobierno regional, directora del Área Territorial Madrid-Sur de la Consejería de Educación. Posteriormente, los militantes locales ratificaron a Salomón Aguado como presidente del PP, dando fin al periodo político de Miriam Rabaneda en Pinto.
La caída en desgracia de Rabaneda ante Ayuso, que ni siquiera la incluyó entre los 135 nombres de la lista electoral popular a la Asamblea Regional del pasado 28 de mayo (Rabaneda fue diputada regional de 2021 a 2023), tiene mucho que ver con la tibieza inicial que mostró aquella en la guerra abierta entre Ayuso y Pablo Casado, entonces presidente del partido. Rabaneda, siempre sumisa con el que manda, dudó en escoger bando en aquella contienda. No se posicionó, a la espera de que escampase, y el equipo de Ayuso tomó nota. Cuando la pinteña rectificó y apoyó sin condiciones a la presidenta regional, ya era tarde. Su suerte estaba echada.
En todo caso, como profesional de la política, Miriam ha sabido buscarse acomodo para seguir viviendo de esta actividad. Cerrado el paso al gobierno regional y al Ayuntamiento de Pinto, recurrió a su amiga Paloma Tejero, alcaldesa de Pozuelo de Alarcón, quien precisamente había asistido a cenas del PP en Pinto presididas por Rabaneda. Y el pasado mes de septiembre Tejero le dio a Rabaneda uno de los cargos de confianza de ese rico municipio, concretamente directora general de Innovación, Administración Digital y Emprendimiento, con un sueldo de 70.294 euros.
Pero volviendo a la larga historia de Miriam con Pinto, hay que reseñar que comenzó con ilusión en 2003 para tornarse en desengaño, personalismo y pudrición tras perder la alcaldía en 2015 y abandonar Pinto por cargos mucho mejor remunerados en la Comunidad de Madrid, huida que repitió tras perder las elecciones de 2019. Desde entonces, Rabaneda fue un problema para el PP local, pues su prioridad fue no dejar que nadie dentro del partido en Pinto le hiciese sombra, lo que consiguió en 2015-2019, pero fue ya imposible en 2019-2023.
Rabaneda, que comenzó de forma brillante su actividad política en Pinto, ha acabado como los autócratas destronados. Triste final de una biografía política que hemos visto repetida tantas veces en tantos partidos.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.183