
El Gobierno anunció que las clases de marzo y abril de 2020 serían gratuitas, pero acabó cobrando las cuotas a los usuarios.
El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº32 de Madrid ha dado la razón a una de las usuarias de la Escuela Municipal de Música de Valdemoro en su reclamación contra el Ayuntamiento de Valdemoro. El magistrado ha obligado al Consistorio a devolver los 27,84 euros cobrados por los recibos de los meses de marzo y abril de 2020 además de los intereses correspondientes, todavía por determinar.
Una historia de idas y venidas
Con el inicio de la pandemia del coronavirus, el Gobierno cerró entre el 11 y el 23 de marzo la Escuela de Música. Después decidió retomar el servicio exclusivamente de manera telemática, pero sin coste alguno para los usuarios hasta recuperar la presencialidad total. “Las clases consistían en ver vídeos de unos 5 ó 6 minutos en Youtube, solo en dos o tres ocasiones un profesor dio clase en directo por Zoom -cuenta Rosario Moreno sobre las clases que recibía su hija-. Al entender que era gratuito ni nos paramos a exigir contenido, duraciones ni nada”.
Un mes más tarde, el 22 de abril, las comunicaciones de la escuela finalizaron abruptamente. “Las propias profesoras fueron las que nos informaron de que el Ayuntamiento de Valdemoro había rescindido el contrato con la empresa”, recuerda Rosario. Pero la mayor sorpresa llegó el 15 de mayo, cuando los usuarios recibieron un cargo de la Escuela de Música correspondiente a las cuotas de los dos últimos meses. “Al principio nadie sabía a qué correspondían los recibos, ni siquiera el personal del Ayuntamiento”.
Ante las quejas, el concejal de Educación, Ángel Díaz-Flores, remitió un escrito a los 900 usuarios pidiendo disculpas porque, a pesar del anuncio, las cuotas finalmente se cobrarían. “Os pido comprensión para una decisión precipitada que no buscaba otra cosa que respaldar la mejor opción para los alumnos”, rogó el edil. Las protestas de los usuarios llegaron hasta Telemadrid, donde Díaz-Flores se comprometió a devolver a las familias la parte proporcional de las clases no prestadas en marzo.
Pero, una vez más, la realidad fue completamente distinta. El Gobierno guardó un silencio sepulcral no solo con los usuarios sino también con el Defensor del Pueblo, que ha intentado sin suerte recabar información sobre todo lo sucedido. La siguiente comunicación se produjo en diciembre con una nueva reclamación por la vía de apremio a todas las familias que no habían pagado las cuotas con un recargo de 2 euros por intereses de demora. En el caso de los usuarios a los que no pudo localizar en su domicilio, el Consistorio optó por proceder al embargo de sus cuentas.
El fallo
Fue la gota que colmó el vaso para Rosario. “Estaba indignada, nos habían quitado el derecho a iniciar el procedimiento administrativo para presentar alegaciones y no pagar”, recuerda. La vía de apremio limita cualquier oposición al recurso de reposición lo que, en su opinión, dificulta cualquier reclamación: “En mi caso, como soy abogada, no tuve dudas, pero a lo mejor hay gente que no se puede permitir iniciar un procedimiento para reclamar 27 euros”. Aunque reconoce que “la cantidad puede parecer irrisoria”, explica que su intención era denunciar cómo “bajo el paraguas de la administración pública se estaba produciendo un abuso de poder”.
La sentencia, con fecha 14 de octubre y a la que ha tenido acceso ZIGZAG, coincide en que hubo “indefensión” hacia los usuarios al no haberse notificado debidamente las actuaciones del Ayuntamiento de Valdemoro. Su actuación impidió además el pago voluntario de la deuda, lo que afectó a la sustanciación de todo el procedimiento “de manera global y no meramente parcial”. Así, el magistrado ha dejado sin efecto la actuación administrativa y ha obligado a Consistorio a devolver el dinero indebidamente cobrado, si bien no lo ha condenado a pagar las costas procesales.
Aunque contra la sentencia no cabe recurso, Rosario teme que el Gobierno reinicie el procedimiento para cobrar las cuotas. “Estoy preparada y tengo los argumentos y pruebas que me pueden dar la razón para que el error lo asuma el Ayuntamiento de Valdemoro, que es quien lo cometió”, advierte. Si bien la mayoría de usuarios han optado por pagar los recibos, algunas familias como la de Rosario han optado por abandonar la Escuela de Música de Valdemoro: “Mucha gente de la que nos hemos ido seguiríamos estando si nos hubieran tratado de otra manera, pero han actuado de mala fe”, critica.
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