Los incrementos de sueldos, dietas, gastos de representación y otros estipendios de los políticos así como la colocación a dedo en las administraciones públicas de familiares, amiguetes y miembros del partido gobernante han sido una constante de nuestras administraciones públicas.
En la esfera local, a los ayuntamientos –que durante el franquismo tuvieron escasas competencias y menos medios económicos-– la democracia les sentó bien. Desde la constitución de los primeros ayuntamientos democráticos en 1979, las mejoras fueron generales y profundas. Si tras unos años de democracia resultó certera la frase de que “a España no la va a conocer ni la madre que la parió” (Alfonso Guerra), más incuestionable todavía es esta predicción aplicada a los ayuntamientos.
La normalización de los partidos políticos atrajo a la función pública a demócratas solidarios, honestos y trabajadores, pero también a trepas, golfos y demagogos de toda laya que han utilizado el poder para lucrarse de forma descarada.
Nadie puede oponerse a que los políticos reciban una retribución por su actividad. Sin embargo, cuál sea el importe de ésta y el número de personas que deban cobrarla es una cuestión polémica. Tampoco es de recibo que sean los políticos los que decidan sus propios sueldos y dietas.
Otra cuestión polémica es la utilización de los llamados cargos de confianza, personas nombradas a dedo por el alcalde de turno para desempeñar determinadas labores. Esta figura ha sido muchas veces utilizada para colocar a amiguetes del partido o a familiares cuya cualificación no se corresponde ni con el puesto desempeñado ni con el sueldo que perciben.
Sueldos en los mandatos de Izquierda Unida
La primera corporación democrática pinteña (1979-83) estableció un salario moderado para el alcalde y unas exiguas dietas para los concejales, aunque pronto se van a ir aumentado. Además empieza a surgir la figura de los cargos de confianza, personas afines nombradas a dedo por el alcalde para ocupar un puesto para el que muchas veces no estaban preparados técnica ni profesionalmente.
La primera disposición significativa sobre los sueldos de los ediles pinteños se establece en 1988 al equiparar el sueldo del alcalde con el del funcionario del Ayuntamiento que más ganaba. Y en la misma proporción se hace con los restantes cuatro concejales liberados, todos del Equipo de Gobierno que entonces estaba en manos de Izquierda Unida.
Pero las primeras decisiones sobre salarios que produjeron un fuerte rechazo popular fueron las aprobadas en 1994 y 1995, durante los dos últimos años de los gobiernos de IU y tras la inhabilitación judicial del alcalde Carlos Penit, condenado por prevaricación. IU y PP, que le prestó los votos necesarios para tener la mayoría necesaria, aprobaron en el Pleno del 15 de diciembre de 1994 subir los sueldos con carácter retroactivo desde el 1 de enero de ese año. Esta inaudita decisión supuso que los 21 ediles cobraran de ‘atrasos’ un total de 60.000 € (entonces 10 millones de pesetas).
Más estrambótica y escandalosa todavía fue la repetición de la jugada tramada por los mismos protagonistas –IU y PP–, aunque los demás partidos que votaron en contra no renunciaron a cobrar esos ‘atrasos’. En el Pleno del 22 de marzo de 1995 se decidió llevar la retroactividad de los ‘atrasos’ hasta el 1 de enero de 1989, lo que supuso otros 140.000 € (23 millones de las pesetas de entonces) que cobraron del Ayuntamiento de Pinto los 21 ediles. Una cuarta parte del total de estos insólitos ‘atrasos’ fueron cobrados por el alcalde que había sido condenado por prevaricación.
En los últimos años del gobierno de IU (1994-95), la alcaldesa Gloria Razábal cobraba 36.000 € (6 millones de pesetas), los dos tenientes de alcalde 34.500 € (5,8 millones de pesetas) y otros tres concejales liberados 29.500 € (4,9 millones de pesetas).
Además, el Ayuntamiento tenía siete cargos de confianza. El coste de los 21 miembros de la Corporación más los siete cargos de confianza en 1995 era de 400.000 € (66,4 millones de pesetas).
Sueldos en los mandatos de Antonio Fernández (PSOE)
El rechazo a la figura de Carlos Penit fraguó la investidura de Antonio Fernández como alcalde de Pinto en 1995. Para ello fue necesario un pacto entre PSOE (6 concejales), Plataforma Ciudadana (4) y Partido Independiente de Pinto (1). Una de las primeras medidas del nuevo gobierno de coalición fue derogar los sueldos establecidos por el anterior e implantar otros que en total disminuían la factura en unos escasos 6.000 € para el Ayuntamiento.
Pero esto pronto cambió. Las bases de Plataforma se sentían engañadas por Fernández y provocaron que una de sus concejalas [Margarita Guerrero] abandonase el Gobierno y pasase al Grupo Mixto, dejando a la coalición gobernante en minoría. La respuesta de Fernández (Pleno del 27 de junio de 1996) fue aliarse con los dos partidos de oposición (IU y PP) liberando a sus portavoces ¡y a sus portavoces adjuntos! (caso único en toda la Comunidad de Madrid). Hubo hasta 14 concejales liberados. El coste total de la Corporación aumentó en más de 100.000 € pero Fernández dividía a los partidos de la oposición ‘comprando’ a sus concejales liberados y asegurando así su poltrona hasta las siguientes elecciones.
Esta jugada del líder socialista era solo la antesala del despilfarro que estaba por llegar. En los años siguientes, y bajo la dirección del prócer pinteño, sueldos, dietas, gastos de representación, coches oficiales y cargos de confianza se multiplicaron. Pinto llegó a ser el municipio madrileño que más gastaba per cápita en mantener a sus políticos.
Aprovechando que entraban en el Ayuntamiento de Pinto ingentes cantidades de dinero a consecuencia del ‘boom’ del ladrillo, Fernández construyó un Ayuntamiento a su medida.
En 1997 decide subir 20.000 € a cada uno de los funcionarios municipales de más alto rango, consiguiendo de esta manera evitar informes técnicos negativos que le impidieran realizar sus proyectos urbanísticos. Ni siquiera le pusieron reparos técnicos a su turbia actuación en Pinto Argentina donde Fernández desvió de forma presuntamente fraudulenta casi tres millones de euros.
Ese mismo año el líder socialista crea la empresa pública Aserpinto, pero que a efectos de contratación utiliza como si fuese privada. Así año a año mete a dedo en la empresa municipal a cientos de personas, excluyendo cualquier tipo de control público.
Se aprueban 23 cargos de confianza que en 2003 pasan a ser 30 y en 2005 ¡¡¡40 cargos!!! Los salarios de este aluvión de cargos de confianza nombrados a dedo por Antonio Fernández oscilaron entre 47.600 € y 28.000 €. Una vez abandonado el poder, el mismo Fernández declarará cínicamente en una entrevista que de “los más de cien cargos de confianza que nombré durante mis gobiernos, apenas dos o tres valían algo”. Difícilmente se podrá encontrar una confesión más destructiva de la democracia, pero también cristalina del grado de irresponsabilidad, nepotismo y corrupción que se había alcanzado en el Ayuntamiento de Pinto. Por aquellos años –y salvando las distancias– Zigzag asemejaba la figura de Antonio Fernández con la del corrupto Jesús Gil y Gil.
En armonía con todo este deshonesto despilfarro, se aprobaron subidas de sueldos y dietas desorbitadas para los políticos: el alcalde pasó a cobrar 80.939 € (en 2007 era el tercero mejor pagado de la Comunidad, sólo superado por los alcaldes de Madrid y Alcobendas); los tenientes de alcalde y los portavoces de los partidos, 51.340 €; y los concejales liberados, 46.361 €.
Se aprobaron 40 cargos de confianza, teniendo cada partido dos y hasta tres de estos cargos. Además, en Aserpinto había varios cargos de confianza. Pinto fue conocido en estos años como el “paraíso del enchufismo”, pues la cualificación profesional y académica de la inmensa mayoría de estos cargos de confianza era escasa o inexistente.
La remuneración por cada Pleno pasó de 130 € a 531 €, las dietas se multiplicaron, así como los gastos de libre disposición, el alcalde dispuso de coche y chófer y Aserpinto siguió siendo un coladero de enchufes a dedo.
El gasto de los 21 concejales, los 40 cargos de confianza municipales y los cargos de confianza en Aserpinto rondaban los cuatro millones de euros anuales (3.826.000 €). Se aprobó un presupuesto municipal (2006) de gastos que ascendió a 79.740.518 € (récord histórico), cuando hoy, catorce años después, el gasto municipal no supera los 44 millones de euros.
Aquellos años fueron una fiesta del despilfarro y de la irresponsabilidad que contribuyó a la enorme deuda que acumuló el Ayuntamiento de Pinto cuando finiquitó el ‘boom’ inmobiliario.
Sueldos durante la crisis económica
Con la entrada de un nuevo gobierno de coalición en 2007, formado por PP y el partido local Juntos por Pinto y presidido por Miriam Rabaneda (PP), el gasto en sueldos y dietas siguió disparado. El nuevo gobierno rebajó un 10% los sueldos, pero mantuvo las dietas y el exorbitante número de 40 cargos de confianza. Aserpinto seguía siendo un coladero de enchufes a dedo, pero ahora con el PP y con JpP. Y aunque la crisis económica amenazaba con destruirlo todo, el PP siguió la misma política despilfarradora del gobierno anterior.
Rabaneda es desalojada de la alcaldía en diciembre de 2008 mediante una moción de censura de un tripartito encabezado por el socialista Juan José Martín. Estamos ya en plena crisis económica, pero el nuevo gobierno mantiene los mismos sueldos del gobierno anterior del PP y el mismo número de cargos de confianza (40), aunque reduce levemente el salario de éstos que pasan de costar un total de 1,5 millones de euros a 1,4 millones.
La crisis ya había mostrado sus terribles efectos aumentando en un año el desempleo en Pinto en más de 1.000 personas, pero el gobierno de Martín, ante la espectacular bajada de ingresos urbanísticos, no disminuyó ni los numerosos e innecesarios cargos de confianza, ni los elevados sueldos y dietas de los concejales. Para mantener todo este despilfarro recurrió al aumento creciente y alarmante del déficit municipal. De 20 millones de euros de deuda se pasó a 54 millones en 2011.
En el nº 223 (noviembre de 2009) Zigzag publicó un amplio informe comparado del coste de los concejales y cargos de confianza para los ayuntamientos del entorno. El coste de estos cargos en Pinto duplicaba el de los otros ayuntamientos. No sólo los salarios del alcalde, tenientes de alcalde y concejales liberados eran los más altos con diferencia en relación al número de habitantes, sino que las dietas que se pagaban a los concejales no liberados (¡544 € por cada pleno!, entre otras) eran sencillamente escandalosas.
Sin embargo, el Tripartito decidió subir drásticamente los impuestos (el de vehículos subió un 75% y el IBI un 16%), mientras la situación social sufría un constante deterioro y el paro desbocado provocaba cientos de dramas en otras tantas familias pinteñas.
Sueldos en el mandato del Partido Popular
En las elecciones municipales de 2011, el PP consigue mayoría absoluta y Miriam Rabaneda vuelve a ostentar la alcaldía. En el primer Pleno de este mandato (22 de junio) se aprueban los gastos de la nueva corporación y de los cargos de confianza. En total se reduce la factura municipal por estos conceptos en 200.000 € anuales, pero siguen manteniéndose demasiadas liberaciones y cargos de confianza.
El sueldo de la alcaldesa baja moderadamente hasta los 68.315 € y se libera a otros 12 ediles, tres de ellos portavoces de la oposición (aunque el representante del MIA renuncia a la liberación). También se reducen las dietas por asistencia a órganos colegiados (439 € por pleno, 137 € por comisión informativa), pero siguen siendo los más altos del entorno. Y se rebaja a 20 el número de cargos de confianza (8 de ellos nombrados por los partidos políticos, aunque el MIA y UPyD renuncian a los cargos de confianza que les corresponden), con un sueldo que oscila entre los 44.777 € y los 21.416 €. En realidad, de los 20 cargos de confianza aprobados, se ocupan 14 al no cubrir el Gobierno 4 cargos, que se suman a la renuncia de los 2 que les corresponden a MIA y UPyD.
Durante el gobierno del PP comienza la reducción de la deuda municipal. En sus cuatro años de mandato, el PP consigue reducirla de 53,3 millones de 2011 hasta los 22,8 millones en 2015. El gobierno siguiente, de Ganemos Pinto, seguirá esta tendencia y dejará la deuda en 10,1 millones de euros en su último ejercicio de 2018. Además de recortes y medidas de ahorro en servicios públicos, fue decisivo para conseguir tan drástica reducción de deuda el fuerte aumento del impuesto local más importante, el IBI, que subió un 25% en 2012 por decisión del Gobierno de la Nación, así como la aprobación del Plan de Ajuste, consecuencia del Decreto-Ley 4/2012.
Sueldos en el mandato de Ganemos Pinto
Tras las elecciones municipales de 2015, el gobierno pasó a manos de Ganemos Pinto con Rafael Sánchez de alcalde. Fue un gobierno en minoría (sólo 7 de 21 concejales) que no logró llegar a acuerdos con ningún grupo político para aprobar unos presupuestos, por lo que hasta la actualidad están vigentes los últimos aprobados por el PP en 2015.
Con Ganemos Pinto se produce una bajada en los costes de la corporación y se eliminan los cargos de confianza. Se libera a 15 ediles, los 7 del gobierno más 8 de la oposición (aunque uno de Cs, Fernando Oliver, renuncia a la liberación). El coste total de los sueldos de los 21 concejales del Ayuntamiento, incluida la seguridad social, pasa de 704.365 €/año con el PP a 682.054 € con Ganemos Pinto.
Donde la bajada es significativa fue en las dietas que percibían los seis concejales no liberados por asistencia a plenos y comisiones, que pasaron de 439 € y 137 € a 286 € y 89 €, respectivamente. Más drástica fue la bajada en lo concerniente a los cargos de confianza que, con el gobierno de Ganemos Pinto, se eliminaron. El ahorro en este sentido con respecto al anterior gobierno del PP fue de 433.006 €/año, aunque esta cifra luego se vio que no correspondía a la realidad, pues el supuesto ahorro en cargos de confianza se gastó en el pago de horas extraordinarias a trabajadores municipales que hicieron trabajos que antes se encomendaban a cargos de confianza.
Con las elecciones del pasado mes de mayo, Pinto tiene un nuevo gobierno capitaneado por el PSOE, con Juan Diego Ortiz de alcalde.
Los salarios, dietas y número de cargos de confianza han sido aprobados en el pleno de agosto, información que de forma comparada con otros municipios madrileños de similar población, damos en estos enlaces:
Sueldos de los políticos de Pinto en el contexto madrileño
¿Quién gana más? El sueldo de los alcaldes
¿Quién paga más? Coste de los políticos, presupuesto municipal y renta per cápita
Para una historia general del Pinto democrático: nº 300 de la revista ZIGZAG
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