Cargos de confianza y demagogia
El autor opina en este artículo que, en Pinto, los distintos gobiernos han abusado en su propio beneficio del nombramiento excesivo de cargos de confianza. Sin embargo, en unos pocos casos, estos cargos son necesarios para desarrollar determinadas políticas.
Se acercan las elecciones. Los partidos políticos comienzan a presentar sus propuestas para atraer el voto de los ciudadanos. Se abre el mercado persa en el que todos nos muestran sus “mercancías”. Algunas atractivas, otras, cuando menos, singulares. Si bien aún no se han presentado muchas, hay una que, personalmente, me llama la atención y sobre la que, al menos, convendría abrir un debate antes de posicionarse. Me estoy refiriendo al tema de los cargos de confianza.
Explica el candidato de “Ganemos” que una de sus propuestas será la eliminación de los cargos de confianza. Supongo que de todos, con independencia del cargo concreto. Puedo coincidir con él en que en un pueblo como Pinto el número de éstos excedió lo que la lógica dictaba. Que su existencia ha servido como oficina de colocación para personas del partido o cercanas. Que los cargos de confianza han ocupado puestos que estarían perfectamente cubiertos por el personal del Ayuntamiento. Que muchos de los cargos de confianza han tenido sueldos que nunca pensaron obtener en la empresa privada (e incluso en la pública).
Pero una vez dicho esto, convendría no generalizar ni caer en la demagogia. La acción de Gobierno y la definición de la estrategia que ha de guiar ésta, deben estar en manos, además de en las de los concejales, en las de profesionales que, en puestos muy determinados y contados, la hagan posible desde una posición de ‘militancia activa’. ¿O acaso sería posible desarrollar determinadas políticas con personal que no cree en ellas?
*Gerardo Miguel es periodista. Actualmente Consultor Senior de Estudio de Comunicación, fue redactor (1993-1996) y director adjunto (1996-99) de Zigzag.


















Benozzo Gozzoli | Lunes, 16 de Marzo de 2015 a las 17:22:19 horas
La cuestión es analizar la realidad. Los cargos de confianza en Pinto han sido lo que han sido y son lo que son todavía, aunque debido a la crisis y la falta de fondos se han reducido notablemente. Aquí ha habido despropósitos tan grandes y la lista de obscenidades es tan larga que no merece la pena ni recapitular toda esa ignominia referida a los puestos de confianza en el ayuntamiento de Pinto. De hecho el caso que relata el periodista en el que gracias a los cargos de confianza se realizan políticas que de otro modo serían imposibles de llevar a cabo es un porcentaje mínimo.
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