La capital cuenta con alguno de los centros de alto rendimiento más importantes del país. En ellos se forman las figuras del mañana, que deben de cumplir con un riguroso programa de entrenamiento para alcanzar la élite.
En 2005 entra en funcionamiento el Centro de Alto Rendimiento (CAR) madrileño, concebido como una lanzadera para deportistas españoles de élite. Este pabellón, uno de los cuatro de este tipo que existen en nuestro país y que costó nueve millones de euros, cuenta con instalaciones para practicar todo tipo de deportes. Junto a él se edificó la nueva residencia Joaquín Blume, que en 2007 sustituyó a la que durante 32 años había sido el hogar de cientos de deportistas de alto rendimiento.
Un total de 321 jóvenes han comenzado la nueva temporada deportiva en el CAR de Madrid, que presume de haber llevado a 51 deportistas a los Juegos Olímpicos de Río. Entre ellos, Carolina Marín (bádminton), el valdemoreño Jesús España (maratón) o la pinteña Sandra Aguilar (gimnasia rítmica). Pero además del CAR hay otras instalaciones que apuestan por la especialización en un deporte como el Centro Deportivo M86, construido para el Campeonato del Mundo de natación de 1986, que desde 1998 es un Centro de Tecnificación Deportiva de Natación (CTN) en sus cuatro modalidades de natación, saltos, waterpolo y natación sincronizada. Además se encuentra adscrito al IES Ortega y Gasset para facilitar a los nadadores su conciliación con los estudios.
Hablamos con tres jóvenes pinteños seleccionados para entrenar en estos centros de alto rendimiento: el karateka David García y los nadadores Francisco Arévalo y Emilio García.
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