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José Luis Gutierrez

Padres

Lunes, 21 de Octubre de 2013 Tiempo de lectura:

El año pasado, cuando por estas fechas estábamos trabajando en Bal Mandir, cinco jóvenes vinieron una mañana a visitarnos para solicitar nuestra ayuda. Los cinco se habían criado en Bal Mandir hasta que a los 11 años de edad fueron trasladados a Patchkal. Además de su orfandad y procedencia, tenían en común que, aun siendo buenos estudiantes, no podían continuar su actividad académica por falta de respaldo económico.

[Img #6916]El grupo de españoles que financiaban las becas de Bal Mandir nos había indicado que lo más prudente sería no extender la ayuda a más jóvenes para tratar de garantizar la continuidad de quienes ya estaban recibiendo apoyo. No obstante, escuchamos a los cinco jóvenes y nos sentimos conmovidos por su situación, por lo que, de acuerdo con nuestros amigos, intentamos buscar una solución para ellos. La NCO nos ofreció gratuitamente dos habitaciones de la planta superior del orfanato denominado Siphol, lo que abarataba considerablemente el coste de la ayuda. Decidimos respaldarles, e inmediatamente iniciamos todos los preparativos para que se pudieran instalar en su nuevo alojamiento lo antes posible. Según nos dijeron, con ellos habían hecho una excepción, por ser buenos estudiantes les habían permitido seguir viviendo provisionalmente en Patchkal a la espera de encontrar una solución, pero ese orfanato se encuentra a dos horas de autobús de Katmandú, lo cual hacía prácticamente imposible continuar con sus estudios, ya que los cinco habían sido admitidos en diferentes centros educativos de la capital.

Solucionado el tema del alojamiento y la manutención, todavía tuvieron que esperar varios días para recuperar la normalidad académica, porque no tenían libros ni uniforme, y acudir a clase sin ambas cosas les obligaba a dar explicaciones que preferían evitar. Creo que debido a que este año tres de ellos se han incorporado como voluntarios a nuestro grupo de trabajo, ahora afirman sentirse orgullosos de provenir de Bal Mandir, pero entonces les avergonzaba hacer pública su orfandad, y además temían ser discriminados por ello.

[Img #6915]Ram, Laxman y Netra, como otros voluntarios ex Bal Mandir que trabajan o han trabajado con nosotros, y un número cada vez mayor de internos del orfanato, a mi mujer y a mí nos llaman mamá y papá. Aunque es poco lo que nosotros podemos ofrecerles en ese sentido, y puede parecer anecdótico o carente de significado, pensamos que esta consideración debe de ser importante para ellos, y nosotros nos sentimos verdaderamente orgullosos de ser llamados de esa manera por jóvenes tan excepcionales.

Katmandú, a 20 de octubre de 2013.


José Luis Gutiérrez Muñoz es Profesor Titular del Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Residente en Pinto, es el promotor de una labor humanitaria, desde 2004, en orfanatos de India, Nepal y Ecuador. Ha publicado dos libros sobre sus experiencias, "De sol y de luna", en el que relata la adopción de sus dos hijas, y "La balsa de Quingue", relatos sobre la vida de los niños y niñas de estos orfanatos.

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