
Alberto López, lejos de rehuir el debate sobre la Atención Primaria en Pinto, aborda la problemática y expone las aristas de un problema complejo que, en su opinión, promete seguir dando de qué hablar. Pero lo que toca ahora son las fiestas y el pinteño promete no defraudar: “Va a ser un pregón diferente, nadie se lo va a esperar”.
El pregón de las Fiestas Patronales de Pinto que darán comienzo el próximo viernes, 8 de agosto, tendrán un protagonista muy especial. El pistoletazo de salida de este año correrá a cargo de Alberto López Rocha (La Palma, 1960) al que la vida le sonríe en lo personal: acaba de jubilarse y disfruta de un matrimonio feliz junto a su mujer, Esperanza Marcos, y sus dos hijos, Casandra y Leonardo. Y ahora, por si fuera poco, va a ser abuelo.
Su vida es la de una persona dedicada a cuidar de los demás. Lo tuvo claro desde bien pequeño y, tras licenciarse en Medicina en la Universidad de La Laguna, se doctoró en la Universidad Complutense de Madrid. En este tiempo ha ocupado diversos cargos de responsabilidad: fue presidente de la Sociedad Española de Médicos de Residencias Geriátricas (SEMER), estuvo ocho años en la junta directa del Colegio Oficial de Médicos de Madrid y formó parte de varios grupos de expertos del Ministerio de Sanidad entre 2012 y 2014.
Este 2025, Alberto ha puesto fin a más de 41 años de profesión en los que ha ejercido como médico rural, médico de urgencias y director médico de centro geriátrico, entre otros cargos. Su primer contacto con Pinto se produjo en el año 1987 cuando comenzó a trabajar en las urgencias del centro de salud de la ciudad, que entonces se ubicaba en la calle Emilio Zubiría. El pueblo le gustó tanto que decidió venirse a vivir siete años después y ha sido precisamente aquí donde se ha jubilado tras trabajar en sus últimos años en el Punto de Atención Continuada (PAC) del ambulatorio de Dolores Soria.
Su elección como pregonero se produce en pleno debate sobre el estado de la Atención Primaria en Pinto. A lo largo de esta entrevista Alberto, lejos de rehuir el debate, aborda la problemática y expone las aristas de un problema complejo que, en su opinión, promete seguir dando de qué hablar. Pero lo que toca ahora son las fiestas y el pinteño promete no defraudar: “Va a ser un pregón diferente, nadie se lo va a esperar”.
¿Qué fue lo que tanto le atrajo de Pinto como para venir a vivir aquí?
Me gustó su ubicación y que era un pueblo como el mío en el que se veía a la gente por la calle, podías dialogar con ellos, y no era una ciudad dormitorio como otras que había en Madrid. Recuerdo que en el Ayuntamiento había una maqueta de lo que iba a ser el municipio a lo largo de los años que se fue respetando, construyendo todo a conciencia, con limitación de altura, parques, tiendas y pabellones deportivos. Se velaba porque los vecinos los tuvieran todo para que no tuvieran que buscar otros servicios fuera.
Hay una cosa que se fue perdiendo con los años que me gustaba mucho, y es que se hacían actividades los fines de semana destinadas a los jóvenes. Pero Pinto sigue siendo una ciudad con una gran cantidad de servicios que se han ido mejorando.
Después de casi 40 años se ha ganado sobradamente el derecho a que le llamen pinteño. ¿Alguna vez se imaginó dando el pregón?
La verdad es que no. En La Palma somos muy emigrantes, por eso nos adaptamos y acogemos a las costumbres del lugar para tomarlas como nuestras. Es lo que nosotros llamamos el espíritu del palmero. El 90% de las compras las hago en Pinto pateando la ciudad de punta a punta porque es muy alegre ver a la gente por la calle, cosa que vas a otras localidades cercanas como Valdemoro, Ciempozuelos o Getafe y no se ve la vida que tiene Pinto. Así que me considero pinteño, de hecho, seguro que lo soy más que algunos jóvenes que tienen 15, 20 o 30 años.
¿Es de los que disfruta de las fiestas o escapa en agosto?
En el 80% de los casos las he disfrutado. Además, comerciantes y varias personas de mi edad e incluso mayores han coincidido conmigo en que este año ocurrirá algo similar a lo que sucedía antiguamente, que era que parte de Pinto se iba por vacaciones en el mes de julio, retornaban por las fiestas, y después se volvían a ir. Es muy bonito.
Este es el reconocimiento a una vida dedicada a la salud. ¿Volvería a dedicarse a ello?
Por supuesto. Me acuerdo cuando tenía 8 años que mi madre estaba escuchando una radionovela en la que un médico era el protagonista y ya le comenté que quería dedicarme a ello. Mi madre me advirtió que tendría que estar toda la vida estudiando, pero le contesté que lo hacía por vocación. Vocación con v, no con b que es por lo que lo hace un pequeño sector. La ética que hay en España no se puede trasladar a otros países como EEUU porque allí, a diferencia nuestra, se cobra esa ética y se gana mucho más.
Conoció Pinto por su centro de salud y ha acabado jubilándose aquí. ¿Cómo ha cambiado la sanidad pinteña en todo este tiempo?
Cuando llegué, el centro de salud estaba por detrás de la iglesia y de ahí nos trasladaron a la calle Marqués. Eran unas instalaciones modernas y futuristas, un modelo a seguir porque era un centro de salud muy amplio y espacioso y muy por encima de la población del momento. Evidentemente, cuando se incrementó la población con el transcurso de los años, ese centro de salud se quedó bastante corto y se ha intentado meter cosas, pero es una cuestión de espacio.
Por otro lado, cuando llegué éramos el enfermero, el celador y el médico, y la población era muy respetuosa. Ahí ha evolucionado negativamente en cierto modo, por ejemplo, un domingo de enero de este año a las 14.30 horas estaba comiendo y una madre no paró hasta que vi a su hija por un eccema que resultó que tenía desde hacía un mes.
Pero lo que es la calidad ha mejorado mucho. Además del PAC están las unidades de asistencia domiciliaria y Protección Civil, nosotros antes íbamos con nuestro coche y el centro se quedaba solo con el celador. Tampoco había medicina especializada. Todo es mejorable y sé la problemática que hay hoy en día no sólo en Pinto, sino en toda España y Europa. En Gran Bretaña, por ejemplo, tuvieron que dar un trato especial a los médicos tras el Brexit porque el 70% eran extranjeros.
Efectivamente hay un gran debate sobre los servicios sanitarios que se prestan en Pinto. ¿Cómo explica la problemática?
La situación de hoy en día se veía venir desde el año 2007. Cuando estaba en el Colegio de Médicos di esa alerta y me llamaron loco y exagerado, pero se está cumpliendo. Es una situación que es general, hay que ser honestos y sensatos. También faltan médicos en las urgencias de Getafe, en Valdemoro y Parla sólo tienen enfermería, se cierran centros de salud en Cataluña y Valencia, en el País Vasco casi ni piden currículums para trabajar, en las Baleares ya no es obligatorio hablar catalán… Ahora están dando incentivos económicos para que sea más tentador, incluso a los interinos de Madrid se les está comentando que si quieren que se renovar tienen que venir a estos sitios de difícil cobertura.
Falta personal, y un médico no se puede formar de un día para otro. Aparte de que la pandemia ha dejado a varios compañeros en no buenas condiciones mentales, y eso también lo resiente todo. Pero estamos todos a una. Nuestra sanidad pública es de las mejores, y profesionales y usuarios tenemos que contribuir a que siga siéndolo. Es un problema que hasta dentro de 10 o 13 años no se va a poder resolver como bien sabe el propio Ministerio de Sanidad, que es el que tiene que convocar las plazas.
¿Cómo valoraría el nivel de atención que reciben los vecinos de Pinto?
Bastante bueno, pero es debido fundamentalmente a todos los profesionales que la dispensan. Hay momentos puntuales que está muy saturado, pero la ciudadanía debe ser responsable. He estado ayudando en el centro de salud de la calle Marqués porque me pidieron que les echara una mano ante la falta de varios compañeros, y te encontrabas la desagradable sorpresa de que había personas que no acudían y ni se molestaban en llamar para cancelar la cita. No estoy hablando ni de una ni de dos, a mí me solía faltar una media de un 20% de mi lista.
Por poner una cifra de atención, diría que estamos actualmente en un 90%. Claro que es mejorable, mucho, pero los ciudadanos tenemos que ser responsables: si pides cita y no puedes acudir llama y cancélala, porque se la estás quitando a otra persona. Y los compañeros en ocasiones están trabajando por encima de sus posibilidades porque no llegan esos médicos que tienen que llegar, pero es que no llegan porque no los encuentran. Precisamente yo estaba buscando personas que vinieran a cubrir mi hueco y aparecieron dos que me dijeron que sí, y al final me dijeron que no y se ha quedado mi plaza sin cubrir. Pero no porque no esté ofertada, que lo está.
La atención de calidad al 100% no existe, pero si nos comparamos a cuando llegué a Pinto la sanidad ha mejorado considerablemente y más que tiene que hacerlo. Si construyen ese tercer centro de salud irá a favor de esa calidad, pero también pienso en cómo van a llenarlo de personal.
En lo que sí hay un consenso es que su elección es un reconocimiento merecido. ¿Le está llegando el cariño de Pinto estos días?
La verdad es que sí, es algo muy bonito. Siempre he dicho que no sé si soy buen médico, pero el escuchar al paciente y darle opciones sin poner mala cara hace bastante porque todos queremos ser escuchados. Y eso es algo que la generalidad de gente de este pueblo agradece y por lo que te transmite su cariño.
Janjan | Miércoles, 06 de Agosto de 2025 a las 10:49:38 horas
No te dejes tu pancarta el día del pregón, por la sanidad pública, la recuperación de las urgencias, por el cierre del vertedero, por la apertura del Teatro y el Centro de Cultura, por la remunicipalización de todo Aserpinto, contra el tasazo de basuras... Ellos tienen sus fotos y sus medios para sus fake news y su propaganda política poco fiel a la realidad, pero la plaza del pueblo es tuya.
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