El arreón del vago
Hay muchas formas de negligencia política. Los diferentes gobiernos municipales de Pinto han demostrado tener una gran imaginación a lo largo de la historia para invertir debidamente los recursos públicos. Millones de euros en IVA pagados indebidamente, redacción de proyectos que se quedaron en el papel, facturas desproporcionadas en fotocopias, servicios públicos con clausulas demasiado generosas… Hablamos no sólo de dinero, sino también de un mal uso de los medios humanos y materiales. Porque en un tiempo en el que tantas veces se escucha la manida excusa de los largos y tediosos tiempos de la administración pública, resulta imperdonable que la política se permita realizar disparos al aire. Tanto que en ocasiones parecen incluso deliberados.
El último Debate del Estado del Municipio reveló uno de estos casos a costa de dos importantes y necesarias dotaciones que desde hace años vienen prometiendo todas las formaciones pinteñas: el centro deportivo con piscina del barrio de La Tenería y el Edificio de Seguridad. La primera resulta imprescindible para un barrio que, a pesar de su extensión y salvo por las pistas de fútbol del paseo de Las Artes, no cuenta con una sola instalación deportiva. Por su parte, el Edificio de Seguridad, que vendría a resolver las actuales carencias de las instalaciones de Policía Local y PIMER-Protección Civil, está comprometido desde hace nada menos que 20 años.
Sabedores de su importancia, el anterior Gobierno de coalición de PSOE, Unidas Pinto y Podemos intentó salvar los muebles a última hora. Como medida estrella antes de las elecciones, anunció su próxima construcción a través del Plan de Inversión Regional (PIR) de la Comunidad de Madrid. El problema es que no fue más que el arreón del vago, como pasó con otros frentes como la municipalización de la limpieza o las obras de asfalto.
En abril de 2023, el Ejecutivo solicitó la inclusión en el PIR de un complejo formado por un pabellón y dos edificios con cuatro salas colectivas y dos piscinas cubiertas por 4 millones de euros. En este punto merece la pena recordar que el precio del pabellón Príncipes de Asturias ascendió a 16 millones de euros. También pidió financiación para levantar el Edificio de Seguridad, en este caso por un presupuesto de 2 millones de euros. Como no podía ser de otra manera, la Comunidad de Madrid acabó desechando ambos proyectos porque su coste real haría necesario invertir casi 20 millones de euros más.
Los propios técnicos municipales ponen palabras a lo que resulta obvio. “Presentar precipitadamente en abril la solicitud […] fue un error, como ya les advertimos, y era evidente que iba a tener las consecuencias que hemos visto”. Incluso señalan que, lejos de seguir criterios técnicos, “el reparto de la cantidad disponible se hizo desde el equipo de gobierno”. PSOE, Unidas Pinto y Podemos eran más que conscientes de que esos proyectos no podrían hacerse realidad, pero antepusieron un titular, aunque ello significase poner en riesgo los fondos municipales del PIR que acaba el próximo año 2026.
Sirva todo ello, una vez más, como advertencia para los gobernantes actuales y venideros. Los anuncios vacíos no siempre sirven para ganar elecciones, como tampoco acaban pasando desapercibidos.
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