
El municipio madrileño recibió la visita de una delegación académica de la China Society for Human Rights.
Valdemoro recibió este miércoles la visita de una delegación académica de la China Society for Human Rights, una de las principales organizaciones del país asiático dedicadas a la defensa de los derechos humanos. Los representantes de la entidad acudieron al municipio, vía invitación de la Asociación Hispánica de Estudios de China, para conocer la localidad de origen del misionero jesuita Diego de Pantoja, el primer occidental que tuvo el honor de pasear por la Ciudad Prohibida de China a principios del siglo XVII.
Allí fueron recibidos por el alcalde, David Conde, que les expresó el “honor” que significaba para Valdemoro “recibir a esta delegación académica de tanto prestigio” y valoró muy positivamente la colaboración del municipio con las instituciones académicas chinas por todo lo que puede aportar tanto en el ámbito cultural como en el económico, al ofrecer la posibilidad ya no sólo de realizar este tipo de intercambios, sino también de organizar encuentros con empresas chinas dispuestas a explorar las oportunidades que la localidad puede ofrecer.
La celebración de este acto sirvió para formalizar la voluntad de la Asociación Hispánica de Estudios de China de convertir a Valdemoro en la sede estratégica de sus actividades y eventos, después de que se inscribiese recientemente en el registro de asociaciones del municipio.
A lo largo de la visita, que tuvo como epicentro la rotonda dedicada a Diego de Pantoja, se abordaron varios temas como el impacto de la inteligencia artificial en los cambios culturales, el reciente interés del alumnado chino por los estudios de lengua española, la necesaria defensa de los derechos de los jóvenes y las mujeres o la figura del jesuíta valdemoreño como puente entre Oriente y Occidente.
Valdemoro es una de las paradas de la China Society for Human Rights en su viaje por España, que tiene como objetivo participar en varios actos universitarios y en eventos como el X Seminario Internacional ‘Derechos Humanos en la Era Digital e Inteligente’, celebrado este miércoles en Madrid.
¿Cuál es el legado de Pantoja?
Diego de Pantoja cruzó la frontera china en 1601 para asentarse en Pekín junto al italiano Mateo Ricci, con el objetivo de predicar el cristianismo en el sur asiático. Sus experiencias en sus años de estancia en Pekín se encuentran recogidas en varios de sus escritos, como su carta de 1602 al provincial de la orden en Toledo, Luis de Guzmán, en la que acerca al mundo occidental la geografía, la historia, la cultura y los sistemas de gobierno chinos.
La política de inculturación, basada en la armonización entre el cristianismo y las costumbres ya presentes en los pueblos a evangelizar, propició su aceptación junto al resto de jesuitas en un imperio cerrado a extranjeros. Siguiendo esta línea de pensamiento y actuación, ayudados por una serie de regalos —relojes antiguos y un clavicordio— que le hicieron al emperador Wanli en su viaje a Pekín, consiguieron que se abrieran para ellos las puertas a la Ciudad Prohibida y se convirtieron así en los primeros occidentales en caminar por el lugar, en el que Pantoja enseñó a los eunucos a tocar los instrumentos obsequiados.
La pérdida de Ricci provocó que su sucesor, Nicolás Longobardi, virase hacia una evangelización intransigente con las doctrinas chinas. El cambio de pensamiento impulsó la expulsión final de los jesuitas en 1616. En su viaje a la colonia portuguesa de Macao, Diego Pantoja enfermó para acabar muriendo en esta ciudad en 1618.
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