
Ambas estudiantes del Mirasur School obtuvieron más de un 13,7 sobre 14 en la selectividad.
Si algo tienen en común Alejandra Quero (Parla, 2007) y Anais Chander (Pinto, 2007), además de haber cursado Bachillerato en el Colegio Mirasur de Pinto, es que ninguna esperaba obtener tan buenas notas en los exámenes de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) 2025, la más exigente desde la pandemia. Ambas sacaron al menos un nueve en todas las materias empleadas para calcular su nota de selectividad, obteniendo más de un 13,7 en la calificación definitiva.
Alejandra (13,739) aventajó a Anais (13,728) en una centésima en la puntuación sobre 14, pero la pinteña de nacimiento fue ligeramente superior a la joven de Parla en los cuatro exámenes de la fase obligatoria, donde obtuvieron una media de 9,75 y 9,687, respectivamente. Las dos forman parte del selecto grupo de 28 jóvenes al que la Universidad Carlos III de Madrid ha reconocido este lunes, 23 de junio, por su gran desempeño en los cuatro ejercicios de esta parte, sin contar la media de Bachillerato ni las materias específicas.
Las jóvenes disfrutan ahora de su merecido descanso con la satisfacción de tener los deberes hechos y de haber cerrado por todo lo alto un curso al que ya miran con cierta nostalgia, pese a que en ocasiones no ha sido fácil verse en la tesitura de tener que renunciar a planes y actividades por el estudio. La clave para ambas ha sido llevar todo al día y ser muy constantes, motivo por el que aconsejan a los pinteños que vienen detrás que no caigan en la tentación de dejarlo todo para el último día y presten atención en las clases. “Sólo con eso y con las dudas que resuelven los profesores, a los que no hay que temer preguntar cualquier cosa, ya se adelanta mucho a la hora de estudiar”.
Alejandra Quero, una CEO en ciernes
Alejandra llegó a las aulas del Colegio Mirasur en 3º de Educación Secundaria, cuando tomó la decisión, asesorada por sus padres, de cambiarse de centro a mitad de curso en busca de un mejor clima en el aula. Finalizó la ESO en el centro privado de Pinto y optó por el itinerario de Ciencia Sociales en Bachillerato después de enamorarse de la asignatura de Economía. “Se convirtió en una de mis materias favoritas desde que empezamos a cursarla en 4º. Mi padre se dedica a los negocios y siempre me pone casos prácticos para todo lo que voy aprendiendo, lo que hace que los contenidos sean más atractivos”, explica la joven a ZIGZAG, indicando que su progenitor, José Luis Quero, fue CEO de Ford Trucks durante cinco años. “Mi madre es directora de producto en una agencia de viajes”.
A partir de septiembre, cambiará los pasillos del Mirasur por los de la Universidad CEU San Pablo, en cuyas instalaciones estudiará el Doble Grado de Relaciones Internacionales y Economía buscando dedicarse a los negocios internacionales, sin descartar la posibilidad de emprender la Carrera Diplomática. “Es una doble titulación que no conocía como tal hasta que me puse a mirar opciones el verano pasado. Mi madre me comentó que por qué no estudiaba Relaciones y estuve mirando el programa formativo y la verdad es que me gustó. Tengo también amigas que la están cursando ya con Economía o con otras carreras y están muy contentas”, apunta la estudiante preuniversitaria, a la que le servía con aprobar la selectividad para ingresar en el centro universitario en el que estará el curso que viene.
Al tratarse de una institución privada, los requisitos para entrar son distintos a los de las universidades públicas, donde estar dentro o fuera depende de la calificación obtenida en la PAU. Alejandra necesitaba tener una buena media de Bachillerato, superar los exámenes de la selectividad y dar una buena impresión a los reclutadores en la entrevista personal que realizan para conocer a los candidatos. “Ya tengo asegurada la plaza y, además, con una beca de excelencia por mi expediente. La CEU tiene programas que me parecen muy chulos y la ventaja de que la carrera de Economía te permite optar por una mención en Negocios Internacionales, que ahora mismo es lo que más me interesa”, señala la joven de Parla, quien también ha solicitado plaza en las públicas, optando por la Carlos III como primera opción, por si acaso.
Atrás ha dejado ya su rutina de los días de colegio, que comenzaba a las 6.30 horas de la mañana con el sonido del despertador y un trayecto en coche entre Parla y Pinto y terminaba por la noche, una vez cenaba y se iba a la cama con todo preparado para el día siguiente. “He tenido la fortuna de que mis padres siempre se las arreglaban para llevarme y recogerme, por lo que me ahorraba bastante tiempo. Lo que no he llevado del todo bien, sobre todo al principio, ha sido la gestión de mis tardes: el entender que a veces es necesario priorizar el descanso para después poder rendir”, comenta Alejandra, para la que vivir fuera de Pinto ha sido en ocasiones un reto en la organización de sus tardes de estudio.
La estudiante con la mejor nota del municipio en la PAU se define a sí misma como una persona “muy autoexigente” a la que no le vale nada, una forma de ser que ha hecho que este curso lo haya pasado “un poco regular” y que haya tenido que renunciar a aficiones como el fútbol sala. “A la hora de prepararme los exámenes me he sentido muchas veces mal por no estar estudiando. Practicar fútbol por semana, aunque terminé echándolo en falta, me agobiaba y fue lo que me llevó a hablar con mis compañeras y comunicarles que iba a dejar de entrenar en el segundo trimestre”, relata, rememorando un momento en el que se dio cuenta del agobio que le estaba generando cumplir con el compromiso de estar en el equipo senior femenino del FS Diagonal.
Lo que sí la ayudaba a relajarse y olvidar por unos minutos que era una estudiante de 2º de Bachillerato era la compañía de su perrita Kyara, las tardes de los viernes y sábados reservadas a salir con sus amigos y los ratos del día en los que ponía el freno de mano y se paraba a escuchar música “de todo tipo”, sobre todo canciones de pop en inglés interpretadas por artistas como Shawn Mendes. “Que en ocasiones me sintiese mal cuando no estaba en mi cuarto estudiando no significa que haya empollado como una loca. Soy muy trabajadora y considero que el fruto de mi éxito ha sido más el trabajo diario que un esfuerzo sobrenatural en el último momento”.
Sea como fuere, su método de trabajo dio sus frutos y Alejandra se convirtió en la alumna de Pinto con la nota más alta en la PAU 2025. La joven descubrió lo bien que le había salido la selectividad en un entorno tan privilegiado y mágico como Disneyland París, al que viajó con su madre a mediados de junio como regalo de fin de curso. Sumándose a la moda de grabarse reaccionando a las calificaciones, colocó su móvil en la mesa de un establecimiento del parque e hizo que su madre le fuese diciendo lo que había sacado en cada una de las materias, pecando en casi todas de modesta.
El vídeo de su reacción acumula más de medio millón de visualizaciones en TikTok y una mayoría de comentarios de enhorabuena. “Hay alguno que se mete conmigo por decir que voy a sacar un 7 en Lengua y tener un 10, pero es que yo había puesto que el texto era un ensayo y vi a mucha gente en redes sociales diciendo que era un artículo de opinión. Ahí pensaba que había perdido dos puntos ya”, aclara la parleña, que también obtuvo una calificación perfecta en Matemáticas.
Economía, su asignatura favorita, fue paradójicamente en la que sacó su peor nota: un 7,5 que terminó descartando, al poder utilizar Matemáticas tanto en la parte obligatoria como en la específica. “Me sumó el punto del 40% de la general y los dos de la específica. Sabía que podía hacer esto, pero decidí presentarme tanto a Geografía como a Economía por si las moscas y menos mal que lo hice porque, de haber hecho solo una, hubiese optado por Economía”, declara la estudiante, confesando que la ciencia que estudia la Tierra nunca ha sido su fuerte.
Antes de convertirse en estudiante de la CEU, Alejandra disfrutará de un verano al que no le faltan planes. A los viajes realizados a Disney y Covadonga (Asturias), lugar al que acudió el pasado fin de semana a celebrar las bodas de oro de sus abuelos, se sumarán un campamento en los Picos de Europa junto a los jóvenes de su parroquia, los días que prevé pasar en Guardamar del Segura (Alicante), donde su familia tiene una casa, y algún que otro plan improvisado con sus padres. “Me gustan mucho los parques de atracciones, así que igual nos escapamos a PortAventura”, comenta la prometedora joven, que también pretende aprovechar su tiempo libre para ponerse al día con lecturas pendientes como ‘Padre rico, padre pobre’ de Robert Kiyosaki y Sharon Lechter, una recomendación de su progenitor.
Anais Chander, entre Física y Matemáticas
Matricularse en Física, en Matemáticas o en ambas. Anais Chander se debate entre estas tres posibilidades para su futuro académico, que quiere que tenga como escenario la Universidad Complutense de Madrid. Esta es la institución en la que le gustaría continuar una formación que, hasta la fecha, ha dependido del profesorado del Colegio Mirasur, centro en el que siempre ha demostrado que es una alumna brillante, recibiendo tres años consecutivos la Beca de Excelencia por sus notas en 3º y 4º de la ESO y 1º de Bachillerato.
El Doble Grado de Matemáticas y Física de la Complutense lleva años siendo una de las opciones con la nota de corte más alta en la Comunidad de Madrid, alcanzando un 13,736 sobre 14 en la Complutense en 2024. Si nada cambia este año, en el que se prevé que las calificaciones bajen, Anais se quedaría fuera por centésimas. “Estoy mirando aún todas las posibilidades, pero si optó por el doble y no entro, no tendré problema en conseguir plaza en Física”, explica la pinteña, quien siempre ha tenido claro que iba a dedicarse a alguna profesión relacionada con las ciencias, evitando la informática y la programación.
Aunque no compartió clase con Alejandra al cursar el Bachillerato de Ciencias con Física y Dibujo Técnico, su forma de entender el estudio es muy similar a la de la joven de Parla: tener unos apuntes bien organizados, dedicar tiempo a desconectar con su familia —tiene un hermano pequeño que también es alumno del Mirasur— y amigos, llevar las materias al día e ir haciendo todos los deberes que los profesores mandan para poner en práctica en casa lo aprendido en el aula. “Si haces todos los ejercicios es una señal de que vas bien, sobre todo en asignaturas como Física o Matemáticas en las que lo importante es entender los conceptos y no tanto memorizar”.
Ni Anais ni sus compañeros sabían qué se iban a encontrar cuando se sentasen en el pupitre frente a los exámenes al ser los primeros en afrontar la nueva prueba, la primera sin la opcionalidad de la pandemia. Pero la constancia de la joven en el estudio y los consejos de todos sus maestros hicieron que la PAU le resultase, en líneas generales, más fácil de lo que esperaba. “No sabíamos cómo nos iban a evaluar, sobre todo en los ejercicios competenciales y en algunas novedades como la comparación de autores de Filosofía, pero nuestros profesores nos prepararon muy bien”, apunta la pinteña, indicando que para ella fueron más duros los finales de cada trimestre que la selectividad. “En el Mirasur los teníamos todos en tres días, para acostumbrarnos, y luego resultó que mis cinco ejercicios de PAU los tuve en cuatro días diferentes. Fue todo más tranquilo”.
La seguridad en su preparación y haber salido con una buena sensación de los exámenes no impidió que Anais se sorprendiese con sus buenas notas. La joven decidió no grabarse porque no se veía capaz de reaccionar a las calificaciones con lo nerviosa que estaba y las consultó a la antigua usanza: entrando en la página sin miramientos, acompañada por su madre. “Me esperaba tener buena nota, pero no intuía hasta qué punto. Al final no sabes si alguna explicación no se entenderá bien o si los correctores coincidirán en tu análisis de los textos”, declara la futura universitaria, añadiendo que salió de Física, materia en la que sacó un diez, con una sensación extraña porque le pareció un examen “raro”.
También logró la perfección en Filosofía y sus respuestas fueron prácticamente impecables en todos y cada uno de sus ejercicios, pues su peor nota fue un 9,25, alcanzando la calificación final de 13,739 sobre 14. “Fue un gran alivio para mí. Necesitaba una buena nota en Matemáticas porque me contaba tanto en la obligatoria como en la específica, después de que decidiese no presentarme a Dibujo Técnico al ponderarme sólo 0,1 en las carreras que quería”, apunta Anais, que trató de enfrentarse a la PAU sin tener en mente de debía sacar una determinada nota. “A mí no me ayuda la presión y creo que no es buena en estas circunstancias. Al final, si necesitas sacar un diez y un ejercicio no te cuadra, te pones demasiado nerviosa y te termina lastrando”.
Con todas las vacaciones por delante, a la espera de ver si se convertirá en una futura matemática o física, la joven tiene planeado un viaje a Benidorm con sus amigos más cercanos y desea poder empezar a disfrutar los 400 euros del Bono Cultural que el Ministerio de Cultura otorga este 2025 a todos los nacidos en 2007. “Quiero aprovecharlo para ir al cine y comprarme libros, sobre todo”, afirma Anais, quien también necesita destinar un rato de su verano a sacarse la tarjeta de transporte de Madrid y buscar la forma más rápida de llegar a su futuro campus.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.182