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Miguel de los Santos, de entrevistar a Pablo Neruda a dar el pregón de las fiestas de Valdemoro

Graciela Díaz Cuervo Lunes, 28 de Abril de 2025 Tiempo de lectura:
Miguel de los Santos fotografiado por su hijo.Miguel de los Santos fotografiado por su hijo.

El laureado periodista será el encargado de inaugurar las celebraciones este jueves, 1 de mayo, a las 21.00 horas. Es una responsabilidad que asume “con una mezcla de nostalgia y alegría”.

Miguel de los Santos (Valdemoro, 1936) regresa a casa para cumplir con el especial cometido de dar el pistoletazo de salida a las fiestas patronales en las que un día bailó “con las amigas de la época” y disfrutó como un niño. Aunque poco tienen que ver los festejos de hoy en día, con grandes nombres como Los Secretos o la Orquesta Panorama en su programa, con los de su infancia, donde todo se resumía en “pólvora, procesión y toros”, para el laureado periodista será inevitable recordar los días de romería en los que vio por primera vez amanecer en la calle. 

 

Cuando el reloj marque las 21.00 horas del jueves 1 de mayo, Miguel saldrá al balcón de la casa consistorial para pronunciar un pregón en el que lleva trabajando desde Semana Santa, aprovechando los días de descanso que las festividades impusieron a su gira por España para promocionar su nuevo libro. Las peñas y las charangas conducirán a los vecinos hasta la plaza de la Constitución donde disfrutarán de la que fue durante años una de las voces imprescindibles de la Cadena SER, de un veterano valdemoreño que decidió ser periodista en contra de la opinión de su padre, el también locutor Gregorio de los Santos. “Cuando se lo dije me preguntó de qué iba a vivir. Tuve la suerte de que la radio me acogió muy pronto y conseguí hacerme camino”, reconoce a ZIGZAG.

 

Su largo número de reconocimientos encabezado por galardones tan importantes como el Ondas, el Premio Nacional de Radio o el Premio Iberoamericano de Periodismo, no hacen desmerecer el honor de inaugurar los festejos de su pueblo. “Dije que sí desde el primer momento con una mezcla de nostalgia y alegría. Nostalgia por los recuerdos que me trae de la infancia y alegría por la satisfacción de que hayan pensado en mí para un acontecimiento tan importante”, declara el locutor y presentador, al que el pleno municipal nombró hijo predilecto en 2022 por unanimidad. “Es el único de todos los premios que he recibido a lo largo de mi carrera que tengo colgado encima del sillón donde me siento a leer y a escribir durante horas. Es el más emotivo para mí porque sobrepasa lo profesional y todos los grupos políticos estuvieron de acuerdo en otorgármelo, que no es fácil hoy en día”. 

 

Con detalles aún por pulir y un hueco a la improvisación obligado para un profesional de la comunicación acostumbrado al gran público, Miguel ya sabe que en su pregón habrá una comparación entre lo que son ahora las fiestas y lo que eran en los años 40 y 50, cuando su padre conseguía atraer a Valdemoro a matadores de renombre como Domingo Ortega o los hermanos Bienvenida. “Era secretario del Ayuntamiento y tenía muchos amigos toreros. En aquellos tiempos el ruedo se montaba con tablones en la plaza de la Constitución”, rememora el periodista, añadiendo que estos nombres eran lo más importante de los festejos junto a los fuegos artificiales y la procesión del Cristo de la Salud desde la ermita hasta la parroquia.

 

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De pueblo a “ciudad próspera”

 

La forma de celebrar ha cambiado, como también lo ha hecho Valdemoro, pasando de ser un pueblo de unos 3.500 vecinos cuando nació el pregonero a convertirse en una localidad de 83.507 habitantes a 1 de enero de 2024. Ese “pueblecito” que era el municipio, en palabras de Miguel, se puede revisitar en las páginas de las novelas ‘El fabuloso mundo de Mateo Benavides’ (2019) y ‘Cabalgando sobre un caballo de cartón’ (2021), libros inspirados por la amistad que mantuvo con Juan Prado y Enrique Macías y los recuerdos de su abuela Carmen. 

 

Para él, ese Valdemoro “con sabor rústico a labranza, a mulas, a eras, a botijos…” se ha perdido con el paso del tiempo al convertirse “en una ciudad próspera”, pero no ha caído en el olvido. En parte gracias a personas que, como él, han contribuido a que esa historia no se borre con el aumento de las urbanizaciones e infraestructuras y la aparición de nuevos barrios.

 

“En mis novelas hablo de la casa grande y la casa chica, de las yeserías, de los almendros del cerro Libero… de lugares que va a identificar el que es de Valdemoro de toda la vida, aunque no mencione directamente al municipio”, explica el escritor, quien residió en la localidad hasta 1952, año en el que se trasladó a Madrid para continuar su formación. “Sólo pude estudiar aquí hasta quinto, con Don Primitivo, el profesor que nos enseñaba todas las asignaturas. Luego me desplacé con mi abuela a la capital, que por aquel entonces estaba conectada con Valdemoro a través del tren que salía de Aranjuez y del coche de línea que partía de la plaza una vez al día y llegaba a la calle del Doctor Drumen, junto a la glorieta de Atocha”. 

 

Es un recorrido que Miguel no olvidará jamás, pues no fueron pocas las veces en las que se vio obligado a completarlo. Luego llegaron el coche y las mejoras del transporte público y las visitas a Valdemoro, que siguió realizando para ver a su familia y amigos, se hicieron más rápidas y sencillas. “Seguí viniendo a las fiestas incluso cuando me eché novia. Además, cuando volvía de una estancia larga de Latinoamérica, me gustaba pasarme a ver a mis padres para llevarles los regalos que les había traído del viaje”, manifiesta. 

 

Un affaire con Latinoamérica

 

Tras presentar varios programas musicales y de entretenimiento desde el estudio de radio y los platós, Televisión Española le brindó la oportunidad de su vida al ofrecerle ‘Con otro acento’ (1976), formato que inauguró la etapa más feliz y fructífera de su carrera. “Estuve 50 años viajando sin parar de un continente a otro con formatos como ‘América Total’ o ‘Mundo Noche’, donde mostraba la vida nocturna de las grandes ciudades del mundo”, detalla el valdemoreño, recordando sus entrevistas a Salvador Allende, Mario Benedetti, Uslar Pietri y Pablo Neruda. “Creo que si tuviese que destacar una sería esta última por el contexto. Conseguí conversar con él en un mitin de 1969, cuando se postulaba para ser presidente. Yo era un periodista español que venía de un país en dictadura y me encontraba rodeado de grandes banderas con la hoz y el martillo mientras sonaba ‘La Internacional’ a todo trapo”. 

 

Aunque su encuentro con Neruda ha quedado marcado a fuego en su memoria, ha sido su conversación con Ernesto Cardenal la que ha inspirado su último libro, ‘Flor de Avispa’ (2025), novela que presentará el martes 20 de mayo, a las 19.00 horas, en la Biblioteca Municipal Ana María Matute de Valdemoro. En sus páginas impregnadas de realismo mágico, Miguel viaja a la Revolución Sandinista de Nicaragua para plantear una trepidante historia basada en la vida del poeta con el que terminó manteniendo una relación de amistad. 

 

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La promoción del libro es precisamente la que le va a impedir disfrutar como le gustaría de las fiestas de su infancia, pues no hay prácticamente ni un sólo día en blanco en su ajetreado calendario. La novela agotó su primera edición a los diez días del inicio de la distribución y parece tener un futuro muy prometedor, mejor si cabe que el de sus anteriores publicaciones, que se vieron afectadas por las restricciones del coronavirus. 

 

El ajetreo de estos últimos meses en la provechosa vida de un periodista que quiso ser escritor desde pequeño no hará que no goce de un pregón en el que tendrá la oportunidad de regresar, aunque sea por unos minutos, al alegre momento en el que sus padres le dieron la libertad de disfrutar de las fiestas con sus amigos de la adolescencia y volver a casa de noche cuando él creyese conveniente. Un instante que hasta alguien que ha tenido la oportunidad de charlar con Augusto Roa Bastos y Gabriel García Márquez recuerda para siempre.

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