Querer, poder y presupuesto
Poder y querer no son evidentemente lo mismo. Ahora bien, cuando llevamos ambos verbos a la política tendemos (todos) a confundir lo que concebimos que debería hacerse con aquello que puede hacerse. El cargo electo, al que denominamos “político”, responde a veces con el adverbio de negación a nuestros reclamos. Arguye para ello que tal o cual cosa “sobrepasa sus competencias, excede el marco legal que le es propio o el presupuesto”.
A menudo, a pesar de la justificada insatisfacción que este tipo de respuestas generan, las excusas responden a una verdad: la complejidad institucional y los problemas de competencias entre administraciones. Dentro de esta escala, los ayuntamientos que, se encuentran en la parte inferior de la pirámide, son los que menos capacidad legal tienen. Es decir, representan el ejemplo vivo de la contradicción entre querer y poder. De un lado, constituyen el medio más sencillo para que la ciudadanía pueda acceder a la política y, del otro, suponen la primera barrera que se levanta ante sus necesidades.
Lograr que el máximo posible de cosas que se quieren y son necesarias resulten posibles es la clave del “arte de la política”. El presupuesto representa un medio que puede ayudar a reducir la distancia entre “querer” y “poder”. Veamos tres ejemplos de aquello que es posible en Ciempozuelos y que, únicamente, depende de la voluntad política de quien gobierna.
En vivienda, el Ayuntamiento podría crear una oficina de intermediación y un sistema de garantías que facilitara conocer primero, y luego, alquilar o comprar la vivienda ya disponible. A la par, el Gobierno local debería exigir a la Comunidad de Madrid inversión en vivienda social en Ciempozuelos.
Al margen de que la tasa de basuras, aprobada en diciembre con el voto en contra de Más Madrid, está mal confeccionada y resulta injusta, hay que reducir su coste para los vecinos y para el planeta. Ello implica avanzar en reciclado, separación y compostaje. Un plan de sensibilización y explicación son básicos para ello.
Se debe constituir una oficina municipal de transición energética y trabajar para que nuestros centros de estudio sean refugios climáticos y tengan más arbolado y zonas de sombra.
Podríamos añadir más cosas que harían, de haber voluntad, de Ciempozuelos un referente en valores de igualdad, sostenibilidad o bienestar animal y, al mismo tiempo, un espacio amable y mejor para quien lo habita. Las cuentas nos darán la medida de la apuesta del equipo de gobierno por ello.
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