
La joven fue una de las titulares del equipo femenino español que brilló, el fin de semana del 24 al 25 de agosto, en el XXX Campeonato del Mundo de Pesca Deportiva en Agua Dulce.
Agosto ha sido un mes para enmarcar en la historia del deporte pinteño, que suma cada vez más nombres a una lista de honor encabezada por el ciclista Alberto Contador y la gimnasta Sandra Aguilar. El municipio afronta la vuelta a la rutina con su primer oro olímpico, conseguido por el futbolista Miguel Gutiérrez, y dos nuevos títulos mundiales entre sus haberes. El 25 de agosto, Héctor Ávila y Ana Alonso (Pinto, 1998) se subieron al primer escalón del podio como los mejores deportistas del mundo en sus respectivas disciplinas. Héctor, integrante del Club de Tiro de Pinto, lo hizo en la categoría junior de foso universal y Ana, digna sucesora de sus padres, como una de las componentes del equipo femenino que representó a España en el XXX Campeonato del Mundo de Pesca Deportiva en Agua Dulce.
Conquistando este título, más que una aspiración personal, la pinteña ha logrado cumplir un sueño familiar. Hija de dos grandes aficionados a la pesca deportiva, Ana empezó a pescar cuando aún no tenía la suficiente fuerza física para sostener la caña. Sus padres, Juan Carlos y María del Carmen, la guiaron desde el principio en sus salidas a Aranjuez o al lago de Butarque, consiguiendo poco a poco que se contagiase del amor que ellos sentían por una disciplina que nunca terminó de interesar a la mayor de sus hijas.
Después de las primeras tardes en familia llegaron las competiciones. Ana tenía unos 12 o 13 años y todavía no se tomaba demasiado en serio la pesca. Aún no había nacido en ella el ansia competitiva que la ha llevado a conquistar, una década después, su primer campeonato del mundo. “Por tema estudios y por la edad que tenía, que al final me apetecía pasar el fin de semana con mis amigos, no ocupaba un lugar principal en mi vida. Fue a raíz de la pandemia, en 2020, cuando empecé a tomármelo verdaderamente en serio”, declara la joven, que en la actualidad trabaja como trabajadora social.
La pinteña compite en pesca de agua dulce flotador damas, la categoría en la que participaba su madre y en la que es tercera de España. Esta se caracteriza por englobar a mujeres de más de 16 años que emplean una caña de 11,5 metros de longitud. “Para entrenar nos vamos a diferentes ríos o pantanos, buscando los días previos a los campeonatos el lugar que más se asemeje al que va a acoger la prueba”, explica la deportista, que representa en todas las citas a las que acude al Club Feder, del que son responsables sus padres, y a la Comunidad de Madrid, al ser la única mujer de la región que compite a nivel nacional en pesca deportiva en agua dulce.
Un baño para celebrar el mundial
Ana fue seleccionada para integrar el grupo del mundial tras brillar en las jornadas de tecnificación que las pescadoras españolas llevaron a cabo en Las Baldocas (Badajoz). “No entré directamente en el equipo porque sólo escogían a la campeona nacional de la lista general y a la primera y segunda de alta competición. Yo fui tercera en la general y quinta en alta competición”, detalla la joven, tratando de explicar la diferencia entre una posición y otra. “Es difícil de entender porque va por zonas y puntos y al final dependes de cómo lo hagan las personas que te toquen en tu sector”.
El grupo final para competir en Penacova (Portugal) lo conformaron la pinteña, dos extremeñas, dos valencianas y una andaluza, siendo Ana una de las cinco titulares de los dos días de competición. “Como lo hicimos tan bien el primer día, se tomó la decisión de mantener el mismo equipo. Estuvimos entrenando de lunes a viernes y competimos el fin de semana”, explica.
Un excelente resultado en la primera jornada les permitió respirar tranquilas el domingo y subirse al primer escalón de un podio que completaron los conjuntos de Países Bajos y Bélgica. “Ya en los entrenamientos tuvimos muy buenas sensaciones y el primer día, en el que conseguimos sacar una gran diferencia, se corroboraron. Los nervios llegaron el domingo cuando no se nos dio tan bien y, por momentos, temimos que se nos escapara el título”, confiesa Ana, volviendo momentáneamente a esos sufridos minutos de espera en los que no sabía cómo les había ido a sus compañeras. Por suerte, todo acabó con muchos gritos, abrazos y un refrescante baño en el río Mondego para celebrar el oro.
Las claves de la pesca deportiva
Para competir en pesca deportiva es necesario contar con la licencia federativa de pesca y casting y poder asumir los gastos de un deporte que, como reconoce Ana, “es desconocido y muy caro”. En la modalidad de la vecina de Pinto necesitas una caña que puede llegar a costar 4.000 euros, un panier —lugar en el que se sientan— de unos 600 o 700 euros, una bandeja de unos 200 euros… una larga lista de materiales y aparejos en la que es difícil dejar de sumar. “Yo siempre he podido practicar este deporte por mis padres, que al final ya sabían dónde me estaba metiendo. El año pasado solicité una ayuda a la Comunidad de Madrid, pero me la denegaron sin justificación alguna”.
Los campeonatos se caracterizan por tener una duración de varias jornadas, tres en el caso del nacional y dos en el del mundial, con cuatro horas de pesca en cada una. La persona que obtenga el mayor peso con todos los peces capturados al finalizar ese periodo se sitúa ese día en primera posición, sumando un punto. Al terminar la competición, gana el deportista o grupo, dependiendo de la disciplina, con el menor puntaje.
Una de las bases en las que se apoya la pesca deportiva es el cuidado y respeto de los animales, motivo por el que se apuesta por el método de captura y suelta. Todos los competidores deben contar con unos rejones especiales para que los peces no sufran y pueden llegar a ser sancionados en el caso de que prescindan de ellos o no los mantengan en las condiciones adecuadas. Tras las cuatro horas de pesca, los jueces van pasando por cada puesto para pesar el botín de cada participante antes de que los peces sean devueltos al agua.
La guinda del pastel
Ana cerrará su temporada compitiendo el fin de semana del 26 al 28 de septiembre en el Campeonato de España, que tendrá lugar en la localidad vallisoletana de Castronuño. La joven luchará por cerrar de la mejor manera el año, con el objetivo de conseguir mantenerse en el grupo de alta competición. “Con eso estoy contenta, porque es muy complicado. Un 33% tiene que perderla y, al final, todas las que vamos sabemos pescar muy bien y cualquiera puede tener un mal día”, señala, adelantando que acudirá a la cita con el amuleto de la suerte que la lleva acompañando desde que visitó Disneyland Paris en 2019: su emblemática gorra de Tiger.
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