
El primer equipo del club jugará en Primera de Aficionados la próxima temporada. Jugadores y cuerpo técnico celebraron el ascenso por todo lo alto, recorriendo el municipio en tractor junto a los compañeros del senior B y los niños de categoría benjamín.
El Real Madrid en Cibeles, el Athletic Club subido a la Gabarra y la Escuela de Fútbol de San Martín de la Vega a remolque de un tractor por las calles de su municipio. Los jugadores del club local emularon las grandes celebraciones de los equipos de Primera División el domingo 2 de junio, festejando con sus vecinos el ascenso de tres de sus conjuntos con un recorrido por el casco urbano, un discurso desde el balcón del ayuntamiento y un merecido baño en la fuente de la rotonda del Pasillo Verde.
“Fue una fiesta de todos y para todos. La suerte fue que, al ganar la liga los benjamines y quedar segundos tanto el senior A como el B, hubo representación de todas las generaciones: los niños de la cantera, la juventud y los más veteranos”. Con estas palabras resume el entrenador Alejandro Rodríguez (Leganés, 1979) lo que jugadores y cuerpo técnico vivieron en esos momentos de felicidad absoluta, que pusieron el broche de oro a una temporada en la que todo salió a pedir de boca.
El primer equipo jugará el año que viene en Primera de Aficionados cumpliendo así el ambicioso objetivo puesto sobre la mesa cuando Rodríguez, con una amplia experiencia en el banquillo como jugador y como técnico en las canteras del Getafe, del Leganés y del Atleti, asumió el papel de míster el año pasado. Tras certificar el ascenso una jornada antes de que concluyese la liga, ganando a domicilio el 26 de mayo en el campo del Amistad Alcorcón, y finalizar el año siendo derrotado en casa cuando ya no se jugaba nada, el conjunto de San Martín terminó en la segunda plaza del Grupo 7 de Segunda de Aficionados, sólo por detrás del Brunete, con 23 victorias, 5 empates y 6 derrotas.
Su gesta se unió a las ya alcanzadas por los jóvenes del senior B y los niños del benjamín A. Los primeros lograron el subcampeonato en el Grupo 6 de Tercera de Aficionados, lo que les da plaza para jugar el año que viene en la división que ahora abandona el primer equipo, y los segundos fueron homenajeados con un pasillo por sus mayores tras cerrar el año como los mejores de su liga. “Es un gran paso en el camino que nos hemos marcado para conseguir que el fútbol en San Martín crezca y ningún chico quiera irse fuera a jugar”, declara el entrenador, expresando su deseo de que el sentimiento de pertenencia en el que se ha empezado a trabajar esta temporada siga creciendo con el tiempo.
El club busca que los vecinos compartan las alegrías y las penas del primer equipo y que los niños aspiren a llegar a convertirse con los años en una pieza fundamental de la plantilla absoluta, tras crecer poco a poco en las categorías inferiores. Este sueño, que en otros sitios no es más que un imposible, es más que probable en el seno de la Escuela de Fútbol de San Martín de la Vega, donde tanto el senior A como el B están integrados de forma mayoritaria por jugadores del pueblo. “El primer equipo sí que se ha visto reforzado con deportistas procedentes de otros municipios como Ciempozuelos o Pinto, pero el B, de nueva creación, está formado prácticamente en su totalidad por sanmartineros de menos de 23 años”, detalla Rodríguez.
La creación de una afición
La Escuela de Fútbol de San Martín de la Vega ha puesto en marcha varias iniciativas a lo largo de todo el año para atraer a la gente al campo, buscando crear una afición fiel que lleve en volandas a sus equipos a ganar y haga de los domingos por la tarde una auténtica fiesta. Se ha apostado por volver al azul y al rojo de los inicios del club, por invitar a los pequeños de la cantera a que salten al campo de la mano de los jugadores del primer equipo, por celebrar sorteos y por crear un himno para que suene antes de cada encuentro.
El batería sanmartinero Micky Martínez, pregonero de las últimas fiestas patronales y músico de la banda de Pablo López, ha sido el encargado de componer la canción, que cuenta con las voces de ánimo de los niños de la cantera, con un estribillo en el que se corea el nombre del municipio y con una arenga recitada en la que se describe a ‘los coloraitos’ como un equipo que “es de otra pasta” y que, cuando salta al césped, “trabaja en silencio y deja que su grito sea el éxito”.
El futuro es femenino
La meta del primer equipo para la siguiente temporada aún está por decidirse. “Se irá viendo conforme avancen los partidos. Si te digo que es mantenernos, te estaría mintiendo porque la idea es seguir creciendo, aunque sea complicado. Hay que ver el nivel que dan los chicos que vienen detrás, los que queremos conservar y las incorporaciones que llegarán nuevas, en las que esperamos acertar”, explica Rodríguez, demostrando cautela en su ambición.
Lo que sí tiene claro el técnico es que la Escuela de Fútbol seguirá apostando por el fútbol femenino, en pleno auge desde que la selección de Alexia y Aitana se proclamase campeona del mundo en Australia. Esta temporada ha sido la primera en la que el club ha contado con un equipo, en categoría infantil, formado íntegramente por jugadoras. “El año que viene tendremos dos o incluso tres, gracias al gran trabajo de captación que se ha llevado a cabo en los últimos meses”, anuncia el técnico, contento de que las niñas amantes de este deporte tengan un sitio en el municipio en el que poder disfrutar de su pasión.
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