
La exnovia del tatuador reconoció ante la jueza que se salvó de ser ahogada gracias a que el hermano de Leonardo, que se encontraba en la vivienda, entró en la habitación. Tras lo ocurrido, decidió denunciar y él fue condenado a dos años de alejamiento.
La tercera jornada del juicio contra el descuartizador de Valdemoro, celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Madrid, estuvo protagonizada por las declaraciones de los testigos: un usuario que identificó al tatuador en una red social especializada en sadomasoquismo, los vecinos de la calle Francia, una expareja del acusado y el novio de la fallecida.
La exnovia de Leonardo confesó que el tatuador había intentado ahogarla en una ocasión con la técnica de estrangulamiento sanguíneo conocida como “mataleón”, pasándole el brazo por la espalda para intentar que perdiese el conocimiento. De acuerdo con su testimonio, del que se ha hecho eco la agencia Europa Press, no llegó a ahogarla gracias a que el hermano del tatuador, que se encontraba en la vivienda, entró en la habitación. La joven decidió denunciar y él fue condenado a dos años de alejamiento.
“Lo que manifiesta la testigo es que con ella, al menos, se produce un incidente que refleja una violencia semejante a la que pudo haberse empleado en la muerte de Emilce”, subrayó ayer ante las cámaras de Telemadrid el abogado de la acusación particular, Rafael Cabrero.
Leonardo pudo haber grabado la agresión
Con el rostro ocultado por una mascarilla, un usuario de una plataforma de temática sexual extrema manifestó que, al ver las noticias de la muerte de la joven de 18 años, reconoció a Leonardo por sus tatuajes y revisó su perfil, llamado “The Butcher”. En él vio imágenes de películas “snuff” —filmes que muestran crímenes reales—, entre otro tipo de contenido relacionado con la violencia sexual. Al percatarse de la clase de vídeos que el tatuador compartía en la red social, decidió alertar a la Guardia Civil de que podría haber grabado la agresión.
Ayer también declaró el novio de la fallecida, quien manifestó que la joven no practicaba sadomasoquismo ni consumía drogas cuando estaba con él, coincidiendo con las palabras de la madre en su testimonio del miércoles, jornada en la que la progenitora defendió que nunca había visto marcas ni lesiones propias de esta práctica en el cuerpo de su hija. Ambos desmintieron la estrategia del abogado de la defensa, que asegura que los jóvenes quedaron tras conocerse “en una red social especializada en sadomasoquismo y otras prácticas sexuales extremas” y que los hechos fueron “consecuencia de una satisfacción sexual, sin que tuviera ánimo alguno de causar la muerte”.
Finalmente, varios vecinos de la calle Francia de Valdemoro, vía en la que se ubica la vivienda en la que tuvo lugar el crimen, repasaron cuáles fueron sus conversaciones con Leonardo al percatarse del fuerte olor que provenía del patio de la casa. En un primer momento, el tatuador les dijo que se le había quemado una manta, para confesarles a las horas que en realidad habían sido “unos trozos de carne”.
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