Con la política hemos topado, Asmodeo
Resumir cuatro años de mandato resulta siempre difícil. Más si se trata de Valdemoro, que sigue lastrado por los años de corrupción del Partido Popular y la falta de entendimiento de los representantes políticos. Por si fuera poco, el municipio no ha sido ajeno a las recientes tres grandes crisis que han azotado a la Comunidad de Madrid: el coronavirus, la borrasca Filomena y la Guerra de Ucrania. Sin embargo, hay un capítulo que resume a la perfección el paso de Ciudadanos por el Ayuntamiento de Valdemoro, y ese no es otro que el de la estatua ‘Asmodeo’.
La historia de la figura con nombre del celoso demonio bíblico que asesinaba a los amantes de su enamorada se remonta un año atrás. El artista local Harold Gene-Diab, que nunca antes había vendido ni cedido una obra propia, decidió donar la estatua al Ayuntamiento de Valdemoro. Antes había sido expuesta en el Palacio de Cristal de El Retiro y cambió su nombre original de ‘El Monstruo’ por el de ‘Asmodeo’ antes de llegar a la Biblioteca Ana María Matute.
Como si fuese consciente de lo que estaba por llegar, Harold advirtió en las páginas de ZIGZAG que no se trataba de un homenaje al diablo sino de una representación del “mal que tenemos todos dentro y que es natural”. Pero no fue suficiente. El sector eclesiástico y más conservador de Valdemoro pidió su retirada y el alcalde, Sergio Parra, accedió “de manera preventiva”. ¿Pero no eran las mujeres las ‘ofendiditas’ por comentarios y actitudes sacados de contexto?
El regidor se comprometió públicamente a “hablar con el artista” para “ver exactamente el significado de esa escultura y todo lo que hay alrededor de ella y tomar una decisión acorde”. Harlod le creyó. Pero lo que no sabía es que el Ayuntamiento de Valdemoro cuenta con sus propias estatuas: los concejales del equipo de gobierno de Ciudadanos. La parálisis institucional en la que se encuentra sumido el Consistorio afectó también a esta polémica, que como tantas otras iba a ser atajada al instante y continúa dilatándose en el tiempo. Un año después, la única petición del valdemoreño es recuperar lo que suyo.
El secuestro de ‘Asmodeo’ produce vergüenza ajena y, sin duda, resultará extremadamente doloroso para su creador, pero solo es un grano en el desierto de los innumerables problemas que sufre Valdemoro como la deuda, el estado de limpieza, la construcción del crematorio o la falta de entendimiento de la corporación. Aun así, refleja a la perfección lo que ha sido otra legislatura perdida para Valdemoro por culpa de decisiones poco meditadas y sin voluntad ni capacidad de ser solucionadas.
Primero te topaste con la Iglesia, ‘Asmodeo’, pero ahora te has topado con algo peor. La puñetera política.
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