
Según los historiadores, los habitantes del Ciempozuelos de finales del siglo XIX querían que su pueblo tuviese un reloj que permitiese “marcar los ritmos de quienes residían en la villa”.
Los vecinos de Ciempozuelos que paseaban por la villa a finales de la Edad Media o inicios de la Modernidad pudieron hacerlo ya en torno a la conocida como Casa del Reloj, según revela el estudio arqueológico presentado este mes por Enrique Daza Pardo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid especializado en Historia Medieval, y la historiadora Elena Vega Rivas. Hoy, la Casa del Reloj es un emblema del municipio por su antigüedad, pero también por haber sido sede consistorial, centro de mayores, Juzgado de Paz, Registro Civil e incluso cuartel de la Policía Local.
Tras su fundación en 1457, Ciempozuelos se convirtió en villa exenta —término empleado en la Edad Media para los pueblos que, a diferencia de una aldea, eran territorialmente independientes y disponían de jurisdicción civil y criminal— en 1480. "Lo que implica que tenía una casa consistorial y entidad propia”, explican los investigadores. Este dato y el tipo de mampostería y aparejo de los muros de la fachada baja de la Casa del Reloj —propios de la primera mitad del siglo XVI —, han llevado a los arqueólogos a pensar que el edificio pudo haberse construido entre los años 1480 y 1520.
Entonces los vecinos de Ciempozuelos no tenían que mirar muy alto para divisar el final del edificio, pues en un primer momento constaba solo de una planta. La investigación llevada por estos dos expertos ha revelado que la cimentación del edificio “se realizó a base de zanjas poco profundas” y que la segunda planta y la escalera son posteriores.
En el Catastro de Ensenada de 1752 ya se describe un edificio similar al de la actualidad, a falta de que en 1874 se edificase finalmente la torre del reloj por 6.500 pesetas (entonces una cantidad importante). El reloj fue colocado por la casa Mauricio Hoefler, responsable de otros relojes históricos como el de la Bolsa de Madrid y su Universidad Central o el Ayuntamiento de Oviedo.
Según los historiadores, los habitantes del Ciempozuelos de finales del siglo XIX querían que su pueblo tuviese un reloj que permitiese “marcar los ritmos de quienes residían en la villa”. Fue el alcalde Pascual de Oro quien promovió el desarrollo de este proyecto que terminó bautizando al edificio por el nombre con el que se le conoce en la actualidad: La Torre del Reloj.
Lugar de reuniones
La Casa del Reloj de Ciempozuelos se empleó hasta 1982 como sede consistorial y sitio de reuniones del Ayuntamiento.
Fue en los años anteriores a la Guerra Civil cuando la torre perdió sus elementos decorativos por razones que los investigadores no han podido determinar. Tras la contienda —durante la que se perdió gran parte del archivo municipal de Ciempozuelos— el edificio adquirió el aspecto que tiene hoy en día: pintado en blanco y con toques de amarillo, que taparon el rojo que en algún momento tiñó su fachada sur.
Hay elementos integrados en la Casa del Reloj que, pese a su antigüedad, aún siguen en uso como sus carpinterías de mediados del siglo XX o de finales del XIX. La gran puerta de madera que sirve de acceso principal al edificio o la balconada de hierro forja-do de la ventana central de la fachada, podrían datar incluso del siglo XVIII.
Un edificio por restaurar
En agosto de 2020, el Ayuntamiento de Ciempozuelos inició los trámites para rehabilitar la Casa del Reloj. “Hace un año y medio decidimos arrancar el proyecto de restauración del antiguo Ayuntamiento, un edificio muy emblemático para el pueblo”. Con estas palabras presentaba Raquel Jimeno, alcaldesa de Ciempozuelos, el acto histórico dedicado a la difusión de lo descubierto en las investigaciones sobre la Casa del Reloj celebrado el pasado 14 de mayo.
Pese a que en un primer momento la necesidad de hacer un estudio arqueológico del edificio trastocó los planes del Gobierno local, este proceso ha terminado siendo una experiencia enriquecedora para el municipio. Se contaban con escasos datos en el archivo municipal sobre el edificio anteriores a la Guerra Civil, por su desaparición en la contienda. “Uno de los elementos que más nos ha ayudado en el estudio han sido las fotos históricas”, explicó Enrique Daza.
Todo lo revelado por los arqueólogos va a ser indispensable para la rehabilitación que llevará a cabo el arquitecto Óscar Caselles, que será quien se encargue de las obras de mejora. En total, el Ayuntamiento invertirá alrededor de 440.000 euros para poner a punto este emblemático edificio que, una vez rehabilitado, será utilizado para oficinas o dependencias municipales, pero también incluirá una pequeña sala de conferencias o exposiciones para que los vecinos puedan visitarlo y conocer la historia que esconden los muros de la Casa del Reloj.
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