Editorial | Falta de competencias ¿o incompetencia?
Nadie duda de que, si todo consistiera en apretar un simple botón, el Gobierno salvaría a todos los vecinos de Pinto de esta catástrofe económica. Pero tanto sus palabras, y sobre todo sus actuaciones, causan sonrojo e indignación, incluso suenan a tomadura de pelo.
El terrible mazazo que la crisis del covid-19 ha supuesto para el tejido económico y empresarial de nuestro país todavía está lejos de revelar su verdadero rostro. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) solo en los primeros seis meses de pandemia 207.000 empresas se vieron obligadas a echar el cierre, al igual que otros 323.000 autónomos. El mayor golpe lo recibieron las pequeñas empresas que representaron un 92% del total de compañías destruidas.
Una realidad fácilmente constatable en Pinto donde muchos cierres no han vuelto a levantarse desde el pasado mes de marzo. A falta de cifras locales oficiales, los testimonios que recoge ZIGZAG ponen de manifiesto otra evidencia: los comercios que todavía resisten no podrán seguir adelante sin ayuda. Muchos de ellos son empresas familiares para las que las medidas puestas en marcha, como los ERTE o los créditos ICO, no suponen apoyo alguno.
En su caso, las ayudas directas y las bonificaciones fiscales suponen un buen colchón para aguantar la situación. Aquí es donde juegan un papel fundamental las administraciones locales que, como ha ocurrido en numerosos ayuntamientos de todo Madrid, han puesto en marcha este tipo de medidas. No es el caso del de Pinto que solo ha derogado parcialmente la tasa de terrazas y entregado a los establecimientos gel desinfectante y bolígrafos.
Leer las respuestas del equipo de gobierno socialista ante la crítica situación del comercio local invita a replantearse la utilidad de los 1,2 millones de euros que el Ayuntamiento de Pinto destina cada año a cargos políticos. “No tenemos competencias en comercio”, “igual que cierran comercios cierran empresas, no podemos llegar a toda la gente”, “habrá gente que no haya tenido la buena suerte de que estuviera yo dando ese material”, “¿tú crees que lo que se pueda hacer desde esta concejalía va a cambiar mucho la situación del comercio?”…
Nadie duda de que, si todo consistiera en apretar un simple botón, el Gobierno salvaría a todos los vecinos de Pinto de esta catástrofe económica. Pero tanto sus palabras, y sobre todo sus actuaciones, causan sonrojo e indignación, incluso suenan a tomadura de pelo para intentar ocultar una realidad: que este ayuntamiento ha sido incapaz de ofrecer una ayuda real y efectiva a quienes más la han necesitado estos últimos meses.
El PSOE afirma que los nuevos presupuestos -¡que siguen prorrogados desde 2015!- supondrán la llegada de ayudas. En los pasillos se habla de que su aprobación podría suponer la entrada de Ganemos Pinto y Podemos en el gobierno en pleno ecuador de la legislatura. Lo verdaderamente importante es que el Gobierno cambie de una vez sus promesas de drones y ciudades inteligentes por medidas reales y efectivas que tengan calado en la ciudadanía.
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