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El spaghetti western dejó huella en Madrid

Jueves, 19 de Noviembre de 2020 Tiempo de lectura:

Aunque pueda sorprender, muchas películas que forman parte del género “Spaghetti Western” fueron filmadas en suelo español. El género, históricamente denostado, se ha convertido con el paso de los años en un fenómeno de masas. De hecho, algunas obras maestras del género, como es el caso de "El Bueno, el Feo y el Malo" -film al que posteriormente haremos referencia- son consideradas hoy un día como algunas de las mejores de la historia del cine.

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Detrás de la producción de este tipo de películas hay historias que merece la pena que sean explicadas. La veneración actual que existe hacía algunos directores, como es el caso de Sergio Leone, ha dado pie a que se inicien proyectos de arqueología cinematográfica. Es el caso de la recuperación del cementerio de Sad Hill, ubicado en la sierra Burgos. Este proyecto cuenta con un documental llamado "Desenterrando Sad Hill", que muestra hasta qué punto la obra de Leone ha influenciado a toda una generación. De hecho, cineastas actuales, como es el caso del galardonado Quentin Tarantino, coge técnicas, planos y narrativas calcados a los del director italiano.

 

Dentro del universo western existen diversos elementos que se repiten sucesivamente dentro de las obras de ficción. El tren, la estación, el cazarrecompensas o las actividades de naipes como el blackjack, con unas reglas muy parecidas a las que usamos actualmente tanto online como físicamente. Una iconografía muy presente en el subconsciente colectivo. Género que también se ha extrapolado a otras disciplinas artísticas.

 

Pues bien, muchos de estos pasajes que parecen extraídos con el uso de máquinas del tiempo, forman parte de nuestro territorio. La Comunidad de Madrid lleva años intentando reivindicar y catalogar este tipo de espacios para convertirlos en puntos de peregrinación para los cinéfilos. Uno de los últimos intentos tuvo lugar este mismo año, cuando la consejera de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid presentó una guía con el nombre de: "Comunidad de Madrid: Territorio Far West". Lo hizo en el marco de la FITUR Screen, una sección de la feria de turismo que guarda relación con los espacios paisajísticos empleados para filmar películas. En Madrid se rodaron más de 200 películas western. El total de películas filmadas en Europa fueron medio millar, por lo tanto, nos acercamos a un 50% del total. Una cifra, 200, que acerca a Madrid a otros territorios de la Península como el Cabo de Gata, en Almería. Un espacio que por su orografía inherente emula a la perfección los paisajes típicos del lejano oeste.

 

También existe otro libro, titulado "El Cine del Oeste en la Comunidad de Madrid", escrito por Javier Ramos y Ángel Caldito Castellano, donde se enumeran algunos puntos de grabación. La obra dispone de 400 fotografías a color, donde se realiza una retrospectiva de las obras más destacadas.

 

Algunas de las películas más importantes que se grabaron en Madrid fueron, por ejemplo, "Por un puñado de dólares". La obra, que da inicio a la popular "Trilogía del dólar" de Sergio Leone, está grabada en parte del Hoyo de Manzanares. Se trata del poblado inicial que recibe el nombre ficcionado de Golden City, el primer poblado del oeste americano establecido fuera de Estados Unidos. En Hoyo de Manzanares se registró también parte de "La Muerte tenía un precio", la segunda parte de la trilogía. Y finalmente, en "El Bueno, el Feo y el Malo" podemos ver a Clint Eastwood en La Pedriza, la sierra madrileña. Tres de tres.

 

En Colmenar Viejo se registraron fragmentos de la obra “Django” (1966) de Sergio Corbucci o la “Furia de los siete magníficos” (1969) de Paul Wendkos. El máximo apogeo de grabación tuvo lugar entre 1962 y 1978, quince años frenéticos en que se registraron más de 150 películas. Una auténtica locura.

 

Las comunicaciones y la localización de Madrid, ayudó a que las producciones fueran más asequibles. Existían mejores infraestructuras, comunicaciones y empresas dedicadas a la fabricación textil. Este hecho iba en detrimento de localizaciones como Almería, que, a pesar de su paisaje genuino, no ponía tantas facilidades a los directores de cine.

 

Como curiosidad, el año 2016 se registró en la misma zona "Parada en el Inferno", obra dirigida por Víctor Matellano, un homenaje a una zona que en época pretérita había vivido la creación y el esplendor de un género inolvidable. Una ruta fantástica que se aleja de los convencionalismos típicos del turismo.

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