La amplia valla perimetral que rodea al árbol tricentenario pinteño obstaculiza la circulación peatonal y el disfrute estético de la plaza del Cristo. Así lo manifiestan vecinos de Pinto que piden a su Ayuntamiento que la retranquee. La Comunidad de Madrid dio el visto bueno al retranqueo en febrero de 2019.
![[Img #27643]](https://zigzagdigital.com/upload/images/11_2020/5122_olmo-pinto.jpg)
El olmo pinteño, enfermo de grafiosis, enfermedad que ha diezmado las olmedas que actualmente son testimoniales en nuestra comunidad, fue declarado en 2015 ‘árbol singular’ por la Comunidad de Madrid, quien lo incluyó en un catálogo especies amenazadas que requieren medidas especiales de protección.
Debido a su enfermedad, el 2 de mayo de 2016 una rama de considerables dimensiones se desplomó sin causar daños personales. Pero desató alarma en los padres de cientos de alumnos de las Teatinas que transitan diariamente por la plaza para acceder al colegio, por lo que el Ayuntamiento acordonó la zona y un año después, en junio de 2017, la Comunidad instaló una talanquera de madera alrededor del árbol.
Como, a pesar de la enfermedad, la copa del árbol floreció agrandando el volumen de sus ramas, el Ayuntamiento de Pinto decidió ampliar significativamente el perímetro de protección e instaló una nueva valla en diciembre de 2018, en este caso metálica, que abarcó un perímetro mucho mayor que la talanquera de madera anterior. Esta ampliación fue considerada excesiva por, entre otros, la Hermandad del Cristo, quien se quejó de que el nuevo vallado llegase a un palmo de la puerta principal de la ermita, impidiendo así que se pudiese sacar el Cristo en los días de procesión y ensayos.
Las protestas de la Hermandad llegaron a la Comunidad de Madrid, quien, mediante un escrito dirigido al anterior alcalde Rafael Sánchez, “sugirió” que se retranquease la nueva valla “de tal forma que ésta pase por detrás de la cruz de piedra”, con lo que “parece que quedaría cubierta la proyección de copa ante eventuales caídas de ramas”. Por su parte, el Ayuntamiento respondió a la Comunidad, encargada del mantenimiento y conservación del olmo, que procediese a “rebajar la copa del árbol” para que luego “nosotros procedamos a retranquear el vallado sin poner en riesgo la seguridad de los viandantes”.
La Comunidad, como tantas otras veces, no hizo su trabajo de rebajar la copa del olmo, por lo que el Ayuntamiento aún no ha procedido a limitar el espacio vallado. Ha tenido que ser la naturaleza, en forma de vientos huracanados traídos por la borrasca Bárbara (20 y 21 de octubre pasado), quien actuase de forma radical, arrancando de cuajo varias ramas frondosas de la copa del olmo centenario, dejándolo muy dañado. Al día siguiente, el Ayuntamiento, con el visto bueno de la Comunidad, procedió a “una poda de trasmocho para proteger al ejemplar de próximas inclemencias climáticas, evitar futuros desgarros y asegurar las mejores condiciones a medio y largo plazo para que salgan cuanto antes nuevos brotes”, como anunció la concejalía de Medio Ambiente.
Por tanto, actualmente no tiene sentido mantener una excesiva valla perimetral alrededor del olmo sin copa y sería el momento adecuado para el retranqueo que normalice la circulación en la plaza y facilite la estética del espacio formado por la ermita y su árbol tricentenario.

















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