La alumna del Colegio Lagomar asegura que la vocación y el trabajo mostrado por los sanitarios españoles durante la crisis del coronavirus fue "muy motivadora" para seguir con su sueño de estudiar Medicina.
Carolina Mongío tiene 18 años y quiere ser médica. Ha sacado una de las notas más altas de la localidad de Valdemoro en la prueba de acceso a la Universidad (EvAU), antigua selectividad, un 13,522 y su sueño está ahora más cerca. Alumna del Colegio Lagomar, tenía claro desde hacía tiempo que lo suyo era la medicina, por eso se inclinó por hacer el bachillerato de Ciencias con Biología.
A pesar de que la medicina ya rondaba su mente, los últimos meses han sido determinantes para Carolina y su vocación. “La verdad es que ver todo el trabajo que han hecho los médicos en la crisis del COVID-19 reforzó mi idea de hacer medicina. Siempre me ha gustado ayudar a los demás y con toda esta situación te das cuenta que es donde más puedes hacerlo. Ha sido muy motivador”, sostiene la joven.
Su idea es entrar en la universidad y estudiar Medicina Militar, para la que, además de exigirne una muy alta nota de corte (un 12,94 este curso) se necesita también pasar unas pruebas médicas y físicas. “Mi idea es hacerla en Madrid, pero solo hay 25 plazas, así que también he echado la matrícula para la Universidad de Granada”, explica Carolina.
Un curso complicado
Para ella, lo más complicado de este curso ha sido lo largo que se ha hecho y ver cómo poco a poco decaían las fuerzas tras tres meses dando clases del curso más decisivo de su vida de forma online. A pesar de ello, la alumna del Lagomar asegura que en su instituto la prepararon muy bien y que hicieron muchísimos exámenes ‘tipo’ de los que se encontrarían después en las pruebas de acceso a la Universidad.
En cuanto a la prueba de la EvAU, sostiene que no le pareció más complicada que las que hacía habitualmente, pero sí que notó que tuvo que invertir más tiempo en pensar qué opción era la que más la podía favorecer. “Cuando llegué y vi el examen realmente me pareció uno más de los que había hecho. Pero no creo para nada que nos regalasen las pruebas, de hecho, había mucho contenido del tercer trimestre, que era el que peor podíamos llevar”.
De cara al próximo curso, Carolina tiene muchas ganas, pero también mucha incertidumbre por cómo está evolucionando el virus. “La verdad que todavía no sabemos si las clases van a poder ser completamente presenciales y sería una pena. Es una etapa muy importante de tu vida, donde además de formarte, haces muchos amigos y si las clases son online va a ser mucho más difícil relacionarnos”.
Otro tema que le preocupa son las prácticas. Medicina es una carrera en la que la presencialidad es clave y los próximos meses todavía están por decidir cuestiones básicas en este campo. “Evidentemente no podemos saber cómo se trabaja con un pulmón a través de una pantalla”, dice Carolina .
A pesar de ello, la valdemoreña está satisfecha, orgullosa e ilusionada. Mañana mismo comienza las pruebas físicas que decidirán si puede entrar en Medicina Militar o se queda en la rama básica de este campo.
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