Sin vergüenza y con cara dura

Los ayuntamientos de Parla (128.256 habitantes y 600 millones de euros de deuda municipal) y Navalcarnero (28.305 hab. y 106 millones € deuda) son los aciagos líderes de la deuda municipal entre los 179 municipios de la Comunidad de Madrid. Deuda causada por las políticas populistas, despilfarradoras y/o corruptas de sucesivos gobiernos locales.

Parla | El caso de Parla es más conocido, sobre todo porque su antaño renombrado alcalde Tomás Gómez principal causante del desastre futuro, fue aclamado como el edil más votado de España –a la manera de D. Jesús Gil y Gil, que en la gloria esté (y sobre todo se quede ahí)– lo que es otra prueba más de que votos, honradez, valía y eficacia no siempre van de la mano. El tal Tomás Gómez llegó a escalar incluso a la cima del poder del socialismo madrileño, del que fue su secretario general. Pero en este artículo me voy a centrar en el caso de Navalcarnero, menos conocido pero, a su escala, igual de grave que el primero.

Navalcarnero | Los políticos que detentan el poder en Navalcarnero ostentan el dudoso honor de formar parte del siniestro grupo de dirigentes que utilizan la política para su enriquecimiento personal. No sólo su actual alcalde, el socialista José Luis Adell, tiene el sueldo más alto de todos los alcaldes de la Comunidad de su rango (municipios entre 20.001 y 50.000 habitantes) sino que el coste para los ciudadanos de todos los concejales y cargos de confianza es el mayor, también, de los municipios similares.

Además, estos gastos obscenos (1,3 millones de euros anuales; 5,2 millones en la legislatura) que han aprobado los políticos de un municipio pequeño como es Navalcarnero son todavía más deshonestos si tenemos en cuenta que los vecinos que deben soportar estos costes de sus mediocres élites políticas tienen rentas por debajo de la media regional. Así pues, los políticos de Navalcarnero son mucho más costosos para sus ciudadanos que los de otros municipios de su rango como Torrelodones (23.361 habitantes), Villaviciosa (27.596) o Tres cantos (46.750) que, siendo mucho más ricos que Navalcarnero, gastan menos en este apartado.

Caradura en medio de la ruina | Estos señores –los políticos– son los culpables de que el Ayuntamiento de Navalcarnero sea uno de los municipios más endeudados de España. Incluso ellos mismos han reconocido que “al igual que otros 15 municipios de toda España, Navalcarnero nunca podrá hacer frente a su deuda”. Así, con un par, reconocen que el municipio está arruinado pero ellos deciden seguir viviendo como ricos en medio de la ruina.

En plena crisis económica (paro del 26%, desahucios, corrupción de una parte de la clase política…) la gente se indignó con el despilfarro, los chanchullos y los privilegios de muchos de los cargos políticos, lo que tuvo como reacción una creciente contención en estos dispendios. Sin embargo, los políticos de Navalcarnero siguen disfrutando de la fiesta, de su fiesta, a costa de los ciudadanos que son los paganinis.

Con intención de engañar | Tras la publicación del reportaje de Zigzag sobre los sueldos de los políticos y cargos de confianza, un representante del gobierno municipal de Navalcarnero, un tal Higinio Mosteiro Reyeno (cargo de confianza, 41.866,40 €/año), ha argumentado que “la actuación del ayuntamiento [de Navalcarnero] en esta materia es absolutamente homologable con la mayoría de ayuntamientos de cualquier signo político en toda España y de similar población”.

Pero el reportaje de Zigzag, que recoge las cifras del gasto de la estructura política de los 13 municipios madrileños de entre 20.001 a 50.000 habitantes, deja bien claro que Navalcarnero es el más despilfarrador de todos ellos. Por tanto la “homologación” que cacarea el cargo del confianza no es otra cosa que la demostración del escándalo del gasto en políticos que soportan los ciudadanos de Navalcarnero.

Dado el 'nivel' argumental del tal Higinio, el Ayuntamiento de Navalcarnero podría aligerar su oneroso coste cesando a este cargo de confianza, perfectamente superfluo.

El tergiversador | También dice este insigne portavoz que la información de Zigzag “es falsa y sesgada”. Pero la base de la información de Zigzag para este asunto ha sido el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, en el que es preceptivo publicar cargos y sueldos públicos de los ayuntamientos.

Acusa también a Zigzag el prócer nombrado a dedo de “difundir [esta información] con intereses políticos”, lo que nos deja patidifusos pues no sabemos qué intereses políticos podemos tener en Navalcarnero. ¿Por qué, en vez de patrañas, el gobierno de Navalcarnero no incluye en el ‘portal de transparencia’ municipal los sueldos de todos los cargos políticos, tal como aconseja la ley 19/2013?    

Se queja Higinio de que Zigzag diga que los 58.518 € que gana su jefe (el alcalde) sean ligeramente superiores al máximo que establece la ley (58.372 €). El celo de Higinio es tal que incluso recuerda a la publicación que su jefe en la legislatura anterior cobraba sólo 49.000 €, “muy por debajo de lo estipulado legalmente”. Y es que a Higinio todo le parece poco para su líder. Lo que no dice Higinio es los 49.000 € que cobraba su jefe la legislatura pasada era uno de los sueldos más altos de toda España para los alcaldes de su rango y que los más de 58.000 € que cobra ahora es lo máximo legal posible para su rango.

Patraña |  El exceso de celo ha llevado a Higinio a violar el principio de no contradicción. “Una vez reordenada la deuda –asegura– se decidió equiparar su salario [del alcalde] al de la mayor parte de municipios con igual o menor población de toda España”. El  eufemismo de “reordenar la deuda” es propio del neolenguaje político para ocultar un drama: que este ayuntamiento debe 106 millones de euros, tres veces más que su presupuesto inflado en los ingresos, una deuda a la que, como ya señalamos más arriba, el mismo gobierno reconoce que “nunca podrá hacer frente”.

Y la segunda parte de la perorata de Higinio es una patraña. Afirmar que el salario del alcalde se “equipara al de la mayor parte de municipios” es una mentira manifiesta. La realidad es que el salario de ese alcalde es el máximo posible legalmente y solo se equipara con el aprobado por muy pocos municipios españoles y entre ellos ninguno con una situación de quiebra fáctica como la que tiene Navalcarnero.

En fin, después de todo lo dicho, a nadie le puede extrañar que Higino diga que los políticos a los que representa “no se han subido el sueldo”, sino que “se ha subido el IPC”. Que en el Ayuntamiento no hay 7 cargos de confianza como dice Zigzag, sino que “actualmente existen solo 5 cargos de confianza de los 7 previstos legalmente”. Pero el “actualmente” de Higinio se quedó obsoleto a las pocas horas de hacer esa declaración, porque resulta que el gobierno ya ha aprobado el sexto cargo de confianza. En su intento desesperado por justificar lo injustificable Higinio tergiversa, oculta y encubre la realidad. Porque lo cierto es que si se han aprobado 7 cargos de confianza, también se ha aprobado un gasto municipal para mantener en el Ayuntamiento a otros tantos higinios.

También concluye que es “falso que existan 16 liberaciones [cuando hay] 11 liberaciones a tiempo completo y 4 a media jornada”.

El descubrimiento | Pero la mayor contribución de Higinio a la teoría y práctica políticas es su construcción de la figura del cargo de confianza. ¿Por qué hay tantos cargos políticos en un ayuntamiento pequeño como Navalcarnero? He aquí la respuesta clarividente de Higinio:

“La ausencia de técnicos obliga a contratar personal especializado debido a la imposibilidad técnica de aumentar la plantilla fija del Ayuntamiento”.

Es decir, que como Hacienda no deja a este ayuntamiento en quiebra contratar personal laboral, los gobernantes contratan a cargos de confianza para ocupar esos puestos. Higinio descubre la cuadratura del círculo para apuntalar el desembarco de amiguetes en una administración pública.  

El maestro Higinio finaliza su magistral teoría con un sesudo recordatorio: ”Todos los acuerdos fueron aprobados en Pleno (…) con los informes favorables de los técnicos”. Por si alguien no sabía que en un ayuntamiento democrático el alcalde es elegido por la mayoría de los concejales y que los asuntos importantes, como las liberaciones de los ediles y cargos de confianza, deben ser aprobados por mayoría del Pleno y llevar sus correspondientes informes técnicos económicos.

Y como traca final justificativa de que “la actuación del ayuntamiento [de Navalcarnero] en esta materia [sueldos y número de cargos políticos] es absolutamente homologable con la mayoría de ayuntamientos” valga el comunicado que han publicado –supongo que obra del ínclito Higinio– en la página web de ese ayuntamiento al comparar el número de sus cargos de confianza con el de ciudades como Cádiz (116.979 habitantes), Bilbao (345.821) o Madrid (3,2 millones).

Por todo lo dicho, propongo al jefe de Higinio que le suba el sueldo al menos a 61.997,18 €, que es la cantidad anual que cobran otros tres cargos de confianza del gobierno de Navalcarnero (es decir, cobran más que el alcalde). Al fin y al cabo, qué más da que la deuda municipal sea de 106 o de 126 millones de euros si no puede afrontarse. Así que ancha es Castilla y de Madrid (o de Navalcarnero), al cielo.