Los detenidos en Pinto y Ciempozuelos como presuntos yihadistas niegan las acusaciones

El martes comenzó el segundo juicio contra los cinco detenidos en Pinto y Ciempozuelos hace tres años por su presunta relación con el terrorismo yihadista. Las dos primeras jornadas se han centrado en el líder del grupo, el marroquí con nacionalidad española Aziz Z.K., al que la Fiscalía pide siete años de prisión por colaboración con organización terrorista.

Los amigos de Aziz que han declarado en el juicio, si bien han reconocido que “tenía sueños con Bin Laden”, han asegurado que nunca les propuso sumarse al terrorismo yihadista ni cometer ningún atentado. También han afirmado que iban al gimnasio solo para practicar deporte y perder peso, y su hermano ha negado que sus padres les impartieran una educación religiosa estricta. “Si hubiera sido así él no habría estudiado en un colegio católico ni habría hecho la carrera universitaria en Estados Unidos”, declaró ayer.

El propio Aziz negó las acusaciones en su testimonio recordando que es doctor en Economía por la Universidad de California y que, en el momento de su detención, era director de marketing de una empresa ubicada en la zona madrileña de Azca. Su mujer, para la que piden un año de cárcel, también ha negado cualquier vinculación mostrando su oposición a la violencia porque “la gente no tiene por qué morir por ninguna causa”.

La otra versión | Sin embargo, dos guardias civiles afirmaron que pudieron comprobar cómo el presunto cabecilla tenía una “doble personalidad”: “Se transformaba ya en el trayecto en el tren de Madrid a Pinto adoptando rasgos salafistas como remangarse los pantalones para no pisar el suelo impuro y a veces se ponía una chilaba y un pañuelo negro apretado en la cabeza a modo de casco”.

Asimismo, los agentes aseguraron que Aziz justificaba en la privacía las acciones yihadistas en Irak y Siria, y que otros usuarios del gimnasio que regentaba creían que los entrenamientos del grupo era para “preparar algo violento ilícito”.