El Gobierno ha informado del “riesgo” que corre la celebración de los eventos después de acordar la salida de la asociación el próximo 30 de abril.
Continúa el lío causado por la nueva ordenanza de cesión de espacios públicos de Pinto y, especialmente, con las casas regionales. La decisión de Castilla La Mancha de no continuar con el actual contrato que le liga a su sede del parque Juan Carlos I ha puesto en una delicada situación a los que han sido los gestores de su restaurante durante los últimos cinco años, La arrocería de Pinto. El Ayuntamiento, a través de una nota de prensa, ha informado del “riesgo” que corren aquellas personas que contraten servicios con el restaurante: “Pueden perder el dinero de la reserva ya que podría no celebrarse el evento”.
La Casa de Castilla La Mancha abandonará su sede el próximo 30 de abril, lo que conlleva la no renovación del contrato de explotación del restaurante. “La Casa Regional nos informó en enero de que no pensaba continuar pese a que teníamos un contrato verbal desde julio”, se lamenta su administrador, José Luis Pérez. La empresa asegura que, fruto de este compromiso, ha invertido en el edificio más de 160.000 euros, la última vez el pasado verano con la reforma de los aseos por valor de 30.000 euros.
La arrocería garantiza, además, que siempre ha estado al corriente de pago, aunque desde enero está consignando judicialmente todo el dinero para reclamar una indemnización por el perjuicio económico causado. “Tiene que haber una solución, no entendemos la alarma social que ha generado el Ayuntamiento”, comenta Pérez. Con una plantilla de cinco trabajadores, que sube a quince en temporada alta, el restaurante ha pedido “clemencia” para poder permanecer en el edificio hasta que cumpla con los servicios ya contratados.
La empresa afirma que tiene cerrado desde el mes de septiembre la celebración de más de 60 comuniones. Muchos clientes, tras la recomendación del Ayuntamiento, se han puesto en contacto con la arrocería para conocer cuál es su situación real, aunque han concedido tiempo por si se soluciona el problema. “Mi única petición es poder atender a las familias que nos han contratado –afirma José Luis, que recuerda que el restaurante de la Casa de Andalucía sigue funcionando a pesar de que la cesión del espacio fue suspendida en octubre-. Sería un agravio comparativo inmenso”.
A raíz de estas declaraciones Antonio Castellano, administrador del restaurante de la Casa de Andalucía, ha querido aclarar que siempre ha estado al corriente de pago y que el restaurante cuenta con licencia de actividad desde el año 2002, y que fue renovada a su llegada diez años después con el cambio de titularidad. Castellano considera, además, que se trata de un problema que atañe únicamente al Ayuntamiento y a la casa regional.
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