Hansa

Efectivamente, encontré muchas similitudes entre esa niña de unos diez años de edad y el recuerdo que guardo de mi hija cuando la conocimos, que tendría una edad similar, a finales de 1997 y decidimos adoptarla junto con su hermana Roshní, año y medio mayor que ella. Actualmente Hansa es la única niña de Matruchhaya que tiene el pelo corto, como mis hijas cuando vivían aquí, tal vez porque ha ingresado en el orfanato hace poco tiempo. No hace más de dos meses que la policía la trajo aquí después de encontrarla en la estación de tren de Nadiad, en donde llevaba varios días mendigando, y posiblemente también robando.

Pero la semejanza va más allá del corte de pelo o del parecido físico. Su carácter se asemeja mucho al de Chandrika. Ambas son alegres, activas, cariñosas y muy enérgicas, al extremo de resultar demasiado brutas en algunas ocasiones o, si se prefiere, poco femeninas. Tal vez son dos almas gemelas y por eso, desde el primer momento, se han sentido identificadas y mutuamente atraídas. Me encanta verlas abrazarse y besarse, pero también disfruto viéndolas jugar, aunque la mayor parte de las veces Hansa me resulta excesivamente brusca y temo que se puedan hacer daño. Afortunadamente, Chandrika se ha refinado con los años.

Llevo varios días observando a Hansa. También fijo mi atención en el resto de los internos, por supuesto, pero esta niña me tiene fascinado en muchos sentidos. Resulta llamativo lo bien que se mueve a la hora de bailar. Sus movimientos resultan ágiles, graciosos y expresivos. Le gusta mucho bailar y aprende cualquier coreografía rápidamente. Pero además, dibujando y pintando es mucho más original y creativa que el resto de los niños. En su relación con los otros internos Hansa es igualmente ruda, pero a la vez me parece amigable, protectora y cariñosa con los más pequeños.

No creo que los problemas familiares que llevaron a esta niña a huir de su casa en alguna ciudad lejos de Nadiad, sin madre y con su padre alcohólico, puedan solucionarse. Tampoco creo que tenga la más mínima opción de poder ser dada en adopción por su edad, ya que hace años que los responsables de las adopciones en Gujarat marcaron como límite para permitir que un menor sea dado en adopción la edad de once años. Supongo entonces que volveremos a encontrarnos con Hansa en Matruchhaya durante las vacaciones de Diwali de los próximos años, porque sospecho que a partir de ahora este será su hogar.

Matruchhaya, a 20 de noviembre de 2015.

José Luis Gutiérrez

José Luis Gutiérrez Muñoz es Profesor Titular del Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Residente en Pinto, es el promotor de una labor humanitaria, desde 2004, en orfanatos de India, Nepal y Ecuador. Ha publicado dos libros sobre sus experiencias, "De sol y de luna", en el que relata la adopción de sus dos hijas, y "La balsa de Quingue", relatos sobre la vida de los niños y niñas de estos orfanatos. El año pasado publicó su primera novela "Por amor al arte" y este año ha publicado "Lugares del abandono".