Guijorro no quiere prensa libre
El mandato de la alcaldesa de San Martín de la Vega, Mª del
Carmen Guijorro (PP), de obligar a retirar de los edificios municipales
las publicaciones que contengan alguna publicidad cuya empresa no esté
radicada en la localidad es una barbaridad jurídica, política y moral sin
precedentes. Y la justificación que da para semejante aberración –“hacen
competencia desleal con los comercios de nuestro municipio”, afirma- es otra
barbaridad que no tiene encaje en nuestro ordenamiento jurídico. Esta mujer, en
constante pelea con la libertad de información y con la verdad, tiene ya un largo historial de
afrentas a los derechos democráticos de los ciudadanos, pero nunca como ahora
se había retratado tan nítidamente, nunca como ahora había descubierto su
populismo más rancio e incompatible con un Estado de Derecho.
Da casi vergüenza a estas alturas de siglo analizar semejante despropósito de Guijorro. Solo decir que si fuese coherente con las razones que da para su ataque a la libertad de información debería prohibir las vallas publicitarias que no sean de comercios locales y, más aún, debería prohibir Internet en todos y cada uno de los ordenadores dependientes del consistorio pues es público y notorio que contienen publicidad y ésta no es exclusivamente de comercios y empresas de San Martín.
Pero la realidad es más sencilla. Lo que se esconde tras la fascistoide decisión de la alcaldesa y presidenta del PP no es otra cosa que el intento de acallar a la prensa independiente e impedir que los ciudadanos puedan conocer otras opiniones y otras visiones de la realidad local. En fin, Guijorro, como Franco, estaría encantada con la censura previa de las publicaciones y con que todas las informaciones y opiniones se controlasen a través de su “director de comunicación” y así hacer que todas las revistas y periódicos se pareciesen al “Arriba local", es decir, a la llamada revista municipal, que en realidad no es otra cosa que un bochornoso y antiguo órgano de propaganda al servicio del PP pagado por todos los sanmartineros.
Dentro de la camarilla de su partido, Guijorro recibe
adulaciones y reverencias sin que nadie se atreva a decirle, como al rey de la fábula,
que está desnuda, tanto ética como democráticamente. Y esto que es público y notorio en el PP de San Martín -y por eso en las últimas elecciones a presidente del partido de los 210 militantes sanmartineros sólo fueron a votar 32 a la única lista encabezada por Guijorro- es necesario que
tenga consecuencias prácticas, es decir, que se aparte a esta persona de la presidencia del partido o será la muerte del PP en San Martín de la Vega para muchos
años.
Guijorro, como una garrapata de la política, lleva viviendo desde mediados de la década de los noventa del siglo pasado como portavoz liberada del PP en la oposición y luego como alcaldesa. Por ello ha perdido, como tantos políticos que viven de esto, todo contacto con la realidad. Además acaban endiosándose y cuanto más borregos son, más se endiosan. Con su vergonzoso ataque a la libertad de información y de opinión Guijorro ha mostrado su verdadero rostro a los ciudadanos. Seguramente matizará que ella no pretendía eso, que si patatín que si patatán -al fin y al cabo los políticos, hasta los más torpes, dominan como nadie el arte de la labia fácil, del engaño y de la ilusión- pero la alcaldesa ha pasado, quizás sin darse cuenta, por delante del fotomatón y la imagen que nos ha dado es incompatible con la democracia. Ni más ni menos.
sanmartinero | Miércoles, 23 de Octubre de 2013 a las 11:03:54 horas
Opino lo mismo que pili hay buena gente ahora en el partido socialista de san martin
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