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De la corrupción se habla mucho. Tanto que ya no separamos la dura de la blanda. Últimamente se habla mucho de las causas. Se dice que siempre habrá corruptos. También se dice que si no hubiera escondites, sería más fácil ver lo que hacen los delincuentes. Hablo de los paraísos fiscales. Últimamente, como ya he dicho, se habla mucho de las causas:
«Algunas instituciones poco democráticos, que hacen favores. Un sistema electoral, que hace que los partidos duren y duren. La regulación de la financiación de los partidos, que permite que se hagan aportaciones, como si fueran una inversión. Y los enchufados.»
Enumeradas las raíces del mal, hay que añadir y subrayar tres cosas: 1) Que si la administración no recauda, ni los servicios pueden mejorar, ni se puede luchar contra la pobreza, ni se puede invertir para reducir el paro. 2) Que si los ricos tienen sociedades fuera, para no pagar aquí, los pobres tienen que pagar más. 3) Que si no se persigue la gran corrupción con dureza, la población en general seguirá practicando la pequeña corrupción.
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