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Los jueces han de ser independientes. Malamente, si el juez ha de hacerle favores al gobierno que lo nombró. El gobierno ha de ser independiente. Malamente, si el partido ha de devolverle la ayuda al empresario que pagó su campaña. La prensa ha de ser independiente. Malamente, si un diario ha de silenciar los errores del ejecutivo porque lo subvenciona. La Agencia tributaria ha de ser independiente. Malamente, si por tener preferencias, tiende a perseguir a unos, y a permitir, que se alivie la presión fiscal de otros.
Resumiendo. Si de la independencia se deriva la justicia, si queremos un mundo justo, la hemos de defender. Digo esto porque leyendo la prensa he podido ver que los poderes no están siempre separados. He podido ver que no siempre se actúa con imparcialidad. He podido ver que “eso porque eres tú”, es el pan de muchos días. Digo esto también por una noticia aparecida recientemente en ElPais: “Juan Miguel Herrero, procedente de la Agencia tributaria, pone sus conocimientos al servicio de una firma encargada de aliviar la presión fiscal de sus clientes.“.
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