Sr. Director...

Antes cuando una persona se hacía muy pesada, se le decía: "Vaya plomo!. Eres más pesado que el plomo"!. Se decía esto de las personas que se adaptaban mal a su entorno. Que no acertaban en sus intervenciones. Que eran inoportunas y desagradables. (...).
Ahora también se habla del plomo. Ahora, se dice que el plomo es un contaminante peligroso. Está entre los más peligrosos. Se ha comprobado que el aire contaminado perjudica el desarrollo de los niños. Los niños que crecen en zonas contaminadas van peor en la escuela. Tienen un rendimiento más bajo.. Se ha comprobado que en memoria de trabajo y en atención dan puntuaciones más bajas.(....).
A la vista de estos datos, muchos comprendemos ahora, lo que se decía antes: "Eres más pesado que el plomo"!. (…). Podemos suponer que estas personas, cuando intervenían dentro de un grupo, como que tenían dificultades para retener los gestos y las palabras de los demás, y como que tenían también dificultades para atender, hablaban cuando no tocaba, y decían lo que no venía a cuento. Es decir, estas personas, no se adaptaban, y costaba soportarlas!.

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