Sr. Director...

YA NADA SERÁ IGUAL

Cuando Pedro Sánchez anunció la creación del Ministerio de Consumo muchos advertimos que el “divorcio” con Sanidad podría suponer un inconveniente a la hora de proteger toda una gama de derechos que hacen referencia a la salud y la seguridad de los consumidores; sin embargo aplaudimos la relevancia que cobraba el consumerismo en la agenda del Gobierno de la Nación.

La crisis sanitaria provocada por el coronavirus COVID-19 ha desvelado que la separación entre Sanidad y Consumo funciona bien a pesar de los temores iniciales. Cada cual en su parcela y coordinadamente están haciendo un trabajo titánico cuyos resultados solo podremos analizar plenamente cuando tengamos la suficiente perspectiva.

Algunas iniciativas emanadas desde el ministerio de Alberto Garzón merecen todo nuestro apoyo en esta difícil coyuntura: la vigilancia sobre algunos incrementos de precios en productos y servicios, la suspensión de plazos del derecho de desistimiento, la moratoria de hipotecas y préstamos, las ayudas al alquiler… forman parte de una panoplia de respuestas a los problemas que la pandemia va planteando a los consumidores a medida que pasan los días.

Cosa distinta es la que advertimos en el ámbito local: la respuesta a la crisis del coronavirus adolece de una lamentable falta de iniciativa e imaginación. Los ayuntamientos apenas sí plantean una ampliación de los pagos de tasas e impuestos municipales y en tramitar alguna ayuda a los emprendedores, muchas de ellas sin vinculación a la recuperación del empleo.

La estructural asfixia económica de los municipios es la excusa perfecta para esta falta de ambición en las respuestas que ofrecen a sus ciudadanos, por eso plantear una segunda descentralización y ampliar la autonomía de los ayuntamientos para ampliar sus competencias y capacidad es la gran asignatura pendiente que permitirá desengrasar el cada vez más cuestionado “estado de las autonomías”.

Ajustándonos no obstante al marco de referencia actual hay un amplio abanico de respuestas a la crisis que los ayuntamientos pueden poner en marcha para remontar sin que nadie quede atrás: la búsqueda de nuevos yacimientos de empleo en un tercer sector cada vez más tecnológico, la introducción del medioambientalismo como materia transversal en la actividad municipal, el respeto a los derechos de los consumidores y usuarios imbricado en una transparencia más real que formal o el cuidado de los servicios sanitarios y de emergencias públicos son propuestas que los gobiernos locales deberían tener encima de sus mesas sin esperar a que termine el Estado de Alarma.

Desde la Asociación de Consumidores y Usuarios de Valdemoro creemos que la recuperación tras el ‘día después’ del coronavirus, más allá de medidas fiscales cortoplacistas, debe pasar por un amplio diálogo entre los representantes políticos y la sociedad civil para potenciar el protagonismo de los municipios y reforzar la participación ciudadana como manifestación de nuestra madurez democrática.



Jesús Paniagua

Presidente de ACUSVAL