Gracias, papá

Gracias, papá:

Por darme la vida, por enseñarme a leer cuando aún no iba al colegio, aún tengo dudas de por qué la letra “a” minúscula se lee igual y es la misma que la letra “A” mayúscula, por ti amo la lectura; gracias por llevarme literalmente de la mano a ver tantas películas al cine, por ti me encanta el cine; gracias por llevarme al fútbol a los campos del Aranjuez, del Atleti y del Pinto, por ti soy de esos equipos y me entusiasma el deporte, especialmente el fútbol; gracias por comprarte una cámara de fotos y hacernos retratos, por ti soy un aficionado a la fotografía; gracias por ser tan generoso con todo el mundo, especialmente con los niñ@s, poca gente sabe que los bocadillos que les dabas al terminar el partido los hacía mamá en casa y muchos de ellos los pagabas con el escaso sueldo que llevabas a casa, muchos futbolistas del Pinto y amigos míos han comido y dormido en tu pequeña casa, donde no tenías nada, donde aún habitas; gracias por enseñarme que las normas y reglamentos importaban menos que el que los chicos y chicas participaran en cualquier deporte, tuvieran o no la licencia en regla; gracias por ser un pionero en el deporte popular, por ti muchos chicos y chicas que no jugaban bien a nada o eran algo gorditos, tenían un sitio en tus equipos y jugaban; gracias por ayudar a tanta gente sin pedir nada a cambio, por ti pude traer a Waldin y Jorge, los dos niños nicaragüenses que te adoran y preguntan siempre por ti cuando nos comunicamos por internet, por ti no tuve dudas en que mi hija, su hermana Iletse y su mami, serían bien acogidas en casa, en la tuya y en la mía. Las tres te adoran, especialmente tu nieta Ileana José Poveda López. Gracias por darme esos hermanos Felix Lopez Cuchillo y Begoña tan maravillosos y a los que tanto quiero y por querer tanto a mi madre, tu esposa y alma de esta familia que se conoce por su apellido: Cuchillo. Gracias papá, aunque ahora no recuerdes a casi nadie porque tu memoria se borra en el túnel del tiempo, pero a nosotros nos conoces todavía.