Participación: Deseo y realidad
La participación tiene un significado polisémico y diversidad de formas y métodos de ejecución que habrán de tener en cuenta el marco ideológico que la sustenta, las personas que la protagonizan, el entorno social en el que se desarrolla y las metodologías participativas.
Marco ideológico | La participación se considera uno de los pilares para abordar los problemas que afectan a las personas siendo fundamental la contribución del entramado social, formal e informal, en el diseño e inicio de los procesos participativos que se quieran emprender. Es una evidencia que el discurso institucional sobreestima la participación sin que exista, paralelamente, una correlación proporcional en la práctica que se desarrolla debido al elevado peso, arraigo y encorsetamiento que implican los procesos administrativos, frente a la lentitud y falta de arraigo metodológico de los procesos participativos.
Las personas | Cada persona tiene su propia visión de la participación y unos condicionantes personales que inciden sobre la motivación y modos de ejercer la participación. Ello provoca una visión muy heterogénea y enfoques diversos, frente a quienes pretenden presentar, desde visiones ideológicas estereotipadas, la participación como un proceso homogéneo independientemente del contexto social fluctuante, heterogéneo…
La realidad social | Condiciona la participación en su cantidad, calidad y alcance. Una realidad diversa proyecta diversidad de formas de ser agentes activos en el entramado que ha tocado vivir, de ahí la ausencia de respuestas unánimes y masivas a propuestas participativas institucionales, formales o informales. Es muy complicado recoger de forma ecléctica, en esas propuestas, las múltiples visiones que tienen sobre el hecho participativo las personas de la sociedad a las que se dirigen las propuestas participativas.
Tipos de participación y metodologías | No hay proceso eficaz sin método que lo haga posible, también en participación. Es fundamental arbitrar la propuesta metodológica adecuada que permita obtener la visión poliédrica de la realidad, que permita sacar a la luz los intereses diversos y muchas veces enfrentados, para canalizarlos. En la esencia de la participación está facilitar el empoderamiento de la ciudadanía para que sea protagonista activa de su historia, acompañando a los procesos de toma de decisiones que se adoptan desde las distintas administraciones. En participación, como en otros ámbitos de la vida, no siempre lo ideológico y/o lo políticamente deseable es correcto y funciona a nivel práctico, de ahí la importancia de estructuras flexibles que incorporen, estrategia y tácticamente, los muchos condicionantes que conforman los procesos participativos.
Juan A. Barajas Martínez es asesor de Participación del Ayuntamiento de Pinto. Licenciado en Pedagogía, Máster en Fundamentos Psicológicos de la Educación y en Gestión de entidades no lucrativas. Diploma en Coordinación y Gestión de Programa y Servicios para la Juventud.
Benozzo Gozzoli | Miércoles, 11 de Marzo de 2015 a las 21:43:59 horas
Resulta paradójico que teorice sobre la participación quien en la práctica se ha dedicado a utilizar el concepto para dividir, para politiquear, para mantener su propia supervivencia en cualquiera que sea el color del gobierno. Este señor está moralmente desautorizado por sus prácticas propias de la escuela de Richelieu y Mazzarino. Una auténtica lección sobre Maquivelo se podría ilustrar con los actos en la vida política de este sujeto. ¿Participación? JA.
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