Mástil envenenado

Generalmente el patriotismo mal entendido termina generando el efecto contrario al que se pretendía. Y esta ha sido la consecuencia de una muy mala gestión del asunto de la Bandera, llevado a cabo por una Alcaldesa que vive una realidad totalmente alejada de los vecinos a los que pretende representar en Ciempozuelos.

Actuaciones como esta de rancio y trasnochado patriotismo el que hace que pueblos como el catalán se radicalicen, los vascos se cabreen y el resto de España pase de su trapo bicolor. Porque el respeto a la bandera cada uno lo lleva en su interior, sin necesidad de hacer alharacas ni desproporcionados alardes que lo único que consiguen es provocar y herir sensibilidades de ciudadanos, que están sufriendo las más dolorosas demostraciones de antipatriotismo que puedan darse por parte de aquellos que se envuelven en la bandera o la religión, para terminar poniendo su dinero y el indebidamente apropiado de sus compatriotas a buen recaudo en paraísos fiscales, o sus industrias en países aún más explotados, hurtando con ello los impuestos que deberían servir para mantener la patria que tanto dicen defender.

Señora Alcaldesa,  por mucho que se empeñe, el problema no es que los de izquierdas, odien la bandera nacional, si no que pretenda reírse de los que no viven en su cada vez más reducido mundo de fantasía. Porque los dineros públicos, o sea de todos, no son para que de forma capricho Vd. los malgaste aludiendo a que sobran de una partida u otra de unos presupuestos que son incapaces no solo de administrar, si no de presentar en tiempo y forma. Señora Alcaldesa, está claro que el día que en clase trataron del asunto “Priorizar”, Vd. estaba ausente. Debería por tanto repetir curso, pero por favor no nos castigue más repitiendo mandato.