El lío del PP
¿Por qué Rajoy se empeñó en reformar la ley del aborto sobre la que no había demanda social ni siquiera en sus propios votantes, salvo en los sectores más conservadores? Que era una promesa que llevaba en su programa electoral con el que ganó las elecciones de 2011 no es de recibo puesto que ese programa está lleno de promesas incumplidas o, lo que aún es peor, de propuestas a las que se les ha dado la vuelta como a un calcetín para hacer lo contrario de lo que se prometió. Dice ahora Rajoy que retira la ley porque “no tiene consenso”. Otra ‘boutade’ de este oscuro político, porque en lo que va de legislatura aprobó leyes importantes -por ejemplo la nueva Ley de Educación- sin consenso de nadie.
Con su decisión de llevar adelante el polémico proyecto de ley sobre el aborto y su retirada tardía -como siempre con Rajoy- es dudoso que haya dejado contento a casi nadie. El error ha sido doble, tanto por provocar una fractura interna con una ley que no era necesaria, como por los argumentos y las formas para renunciar a ella.
Pero lo más inquietante de todo esto es que el PP se presentaba como el defensor del nasciturus, el abanderado del derecho natural a la vida “de los más desvalidos”, “de los que no tienen voz para defenderse”, argumentaban, y tras los cálculos electorales ha dado un giro copernicano y abandona esta bandera que ellos mismos habían enarbolado. Si ante algo tan importante como un “derecho inviolable a la vida del nasciturus”, como ellos lo han calificado, dan marcha atrás por estrategia electoral, ¿qué podemos esperar sobre otras promesas del PP menos trascendentes?
En cuanto a la figura
de Gallardón en su gestión ministerial, lo mejor que se puede decir es que ha
reaccionado con coherencia al dimitir ipso facto. No es que sea un gran gesto,
es lo obligado, lo normal en cualquier democracia, pero claro estamos en España
y aquí ese gesto ordinario y obligado tiene el valor de lo excepcional. Por lo
demás, el capital político que Gallardón se había labrado durante sus dos
mandatos como presidente de la Comunidad de Madrid (1995-2003) y posteriormente
en la alcaldía de la capital de España (2003-2011), siempre triunfando en las
sucesivas elecciones con mayorías absolutas, lo ha echado por tierra en sus dos
años y medio de ministro. Y no sólo por el fracaso del innecesario proyecto de
reforma de la ley sobre el aborto, sino por otros muchos jardines no resueltos
o mal resueltos que le han enfrentado con la sociedad, con los jueces, con los
fiscales y, sobre todo, por esa imposición de la ley de tasas que da una
ventaja a los que tienen dinero para pagar la justicia sobre los que tienen
menos dinero, algo que debería ser intolerable en una democracia. Gallardón pasó de ser un “verso suelto” en el
PP, como él se había definido cuando su popularidad de buen gestor era máxima,
a un verso inútil que se ha visto obligado a abandonar el escenario político
por la puerta de atrás. Requiescat in pace.
lili | Sábado, 27 de Septiembre de 2014 a las 18:44:38 horas
Primero la ley era necesaria, porque la ley Aido era, la peor ley de Europa y a cualquiera le chirría lo de las niñas de 16 años y abortos de ocho meses por malformación, que es un asesinato. Lo segundo, sin la respuesta del constitucional (que lleva tres años) es una tontería promulgarla, porque puede durar dos días vigente, que lo mismo es lo que querían sus ¿señorías?, (no son jueces). Por lo tanto no es ninguna majadería su retirada, simplemente, que no han caido en la trampa. Si a Gallardón le ha sentado mal, que le vamos hacer.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder