El pasado 25 de agosto se inundaron los trasteros de la biblioteca Javier Lapeña por una avería en la bomba de agua. A pesar de que el incidente cuenta con la suficiente relevancia como para ser tratado por el Ayuntamiento de Pinto, éste sólo se hizo público a través de los vecinos.
Del mismo modo sorprende que el consistorio no haya comunicado a través de una nota de prensa si se han producido, o no, pérdidas en el patrimonio cultural o histórico de Pinto. Más allá de que todavía estén siendo evaluados por la aseguradora, los vecinos merecían conocer algún tipo de información al respecto a través de su Ayuntamiento.
















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