Mentir desde el anonimato

Un anónimo ha escrito en la web ‘pintohoy.es’ que quien firma este artículo, o sea yo, Agustín Alfaya, “se presentará en la próxima candidatura del PP que encabezará Miriam Rabaneda”. Según este anónimo, tal candidatura “era un secreto a voces, pero nadie quería creerlo”. Tan secreta debía ser la cosa que ni yo mismo lo sabía. Pero dado que más de un amigo me ha llamado sorprendiéndose de esa ‘información’, quiero dejar claro que ES FALSO TODO LO QUE AFIRMA.

No sé quién es más responsable de esta mentira si el anónimo que la escribe o el medio que la sustenta. Lo cierto es que este tipo de ‘informaciones’ firmadas por anónimos en medios sin control ni responsabilidad, donde cada uno puede decir la barbaridad que le pete, prostituyen el objetivo de la información y el fin social de los medios de comunicación. Si los propietarios últimos de la información son los lectores, la misión de informar requiere de un mínimo de responsabilidad. Por ello un mentiroso no puede ser jamás un buen informador, ni un medio sin control sobre la veracidad de las noticias, como es el caso de ‘pintohoy.es’, puede ser una fuente de información.

Zigzag, como medio profesional de información y de opinión que es, siempre tuvo una relación dialéctica con el poder. La responsabilidad, la independencia, el pluralismo y la democracia han sido y son señas de identidad de Zigzag, reconocidas por la generalidad de los ciudadanos y premiadas con la credibilidad, algo que no surge espontáneamente sino que exige esfuerzos de honradez informativa continuos. Como editor de Zigzag que soy desde 1990, comprendo que algunas de las cosas que hemos publicado a lo largo de los últimos 24 años no le hayan gustado a algunos personajes relevantes locales ni a las personas beneficiadas por el poder que detentaban. Por ello, no es la primera vez que alguien me atribuye falsamente que soy de algún partido. Según algunos de éstos, he sido de Plataforma, del PSOE, del PP, de IU, de Juntos por Pinto… sin haber militado jamás en ninguno de ellos.

Por lo tanto, con este desmentido de que vaya a ir en alguna lista electoral ni ahora ni nunca sería suficiente, pero la ‘noticia’ del anónimo de  ‘pintohoy.es’ va mucho más allá. Afirma que un concejal del PP “liderará una posible candidatura unitaria de la franquicia española de Amanecer Dorado, los nazis griegos. Con esto sólo cabe pensar que la corrupción del PP, la derecha política pinteña, gira de manera radical hacia posiciones fascistas y totalitarias con la irrupción de personajes como Alfaya” [las correcciones ortográficas del texto entrecomillado son mías].  

Nunca hasta ahora me habían llamado en ningún medio fascista, totalitario o nazi. Estoy en las antípodas de esos sistemas políticos nefastos y nada hay en mi biografía que me acerque a esas posturas, sino más bien todo lo contrario. Considero que el anónimo y el medio se han pasado mil pueblos y han incidido en un delito de calumnias e injurias, por lo que ayer presenté una denuncia en la Guardia Civil de Pinto contra el anónimo y la Fundación Facilísimo, que es quien sustenta jurídicamente a ‘pintohoy.es’, ante la imposibilidad de conocer quién dirige este medio de Pinto. Una vez conocida la identidad del anónimo, procederé con mi abogado a tomar las medidas legales oportunas.

Creo en la prensa libre, creo en los Derechos Humanos y creo en la democracia y en el Estado de Derecho. Creo que cuando los periodistas ejercemos los derechos esenciales a la libertad de expresión y al derecho a la información estamos obligados ante la sociedad a ejercer esos derechos honradamente, porque son los lectores los propietarios últimos de la información, los periodistas sólo somos mediadores entre aquéllos y ésta.

En mi actividad profesional como periodista siempre he rechazado radicalmente la presión de cualquier persona, institución, grupo político, económico, religioso o de cualquier otra índole que tratase de poner la información al servicio de sus intereses. La independencia informativa y la objetividad han sido objetivos básicos en mis propósitos. Para ello, he procurado, con mayor o menor éxito, dotarme de unas normas de comportamiento profesional basadas en la ética del periodismo, pues pienso que difícilmente alguien puede proyectar sobre la sociedad un proyecto intelectual, político y moral sin predicar también con el ejemplo. Ya se sabe que nadie da lo que no tiene. Y así pienso seguir los años de profesión que me queden.