Desoyendo a la Defensora del Pueblo, el Partido Popular ha enviado unas directrices claras respecto a la apertura o no de comedores escolares durante el verano. A nivel nacional, la excusa oficial es que se podría generar “excesiva visibilidad” del problema de la malnutrición infantil en España y que es un “estigma” para los niños.
En San Martín de la Vega anteponen -casualmente igual que en Galicia, La Rioja, Castilla y León y la Comunidad de Madrid- la reputación de la familia a unas necesidades tangibles y a una pobreza creciente. Y si esta decisión basada en el fingimiento es ya grave y anacrónica, más preocupante es que la decisión ni siquiera haya partido del propio grupo municipal.
Representantes de los ciudadanos de San Martín, escogidos por los ciudadanos de San Martín y –en teoría- a su servicio, fagocitan la versión oficial del partido y nos la presentan, convencidos, como una decisión motivada y llena de argumentos. Una vez asimilado el discurso, tratan de vendernos que “esto es lo mejor para San Martín”. La misma versión ha sido devorada y puesta en bandeja a ciudadanos de otros tantos municipios gobernados por el PP.
En Ciempozuelos, que abre este verano el comedor del colegio Andrés Segovia, no se ha hablado de estigmatización. Han ahorrado a los vecinos esta descarada maniobra política, quizá porque el PP gobierna en minoría y, después de que la oposición solicitara y apoyara la apertura, carecía de sentido seguir con la historia oficial.
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