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Esther A. Muñoz

Podemos y no podemos

Miércoles, 04 de Junio de 2014 Tiempo de lectura:

Era un hecho anunciado cómo tras el éxito de “Podemos” en las elecciones Europeas surgirían círculos locales del partido en los municipios de nuestro entorno.

Es evidente que el Podemos europeo es ahora mismo un árbol frondoso en pleno despliegue de sus ramas y siembra de sus semillas: la seducción de la utopía frente al hastío de la actual izquierda, la ilusión por un cambio rotundo del sistema. Pero parece que los nuevos militantes del cambio necesitan del tirón de unas siglas para empezar a hacer política.

Sin duda, en lo estatal y en lo europeo, el poder de las siglas es, por desgracia, imprescindible. Sin embargo, en el ámbito local debería ser anodino. En Pinto lo vemos con MIA, en Ciempozuelos con CPCI y PIC; y en San Martín de la Vega está Izquierda Social. Partidos que se han creado por el hartazgo de militantes críticos a tener que decir siempre sí y nunca no a unas siglas con líderes corruptos, hastiados o incluso imputados y condenados. Los ciudadanos que de verdad quieren hacer política no esperan al cambio, promueven el cambio.

No sería bueno ni sensato pensar que los grupos locales que se creen bajo las siglas de Pablo Iglesias, son Pablo Iglesias. Habrá que ver quién dirige esos grupos y su capacidad. La cuenta atrás para las elecciones autonómicas y municipales es muy corta.

Si bien es cierto que la militancia de Podemos se nutre del descontento de la de otros grupos, que ven en la nueva formación un soplo de aire fresco y rebeldía, nunca se debe desdeñar el oportunismo. Podemos puede convertirse, localmente, en una fuerza perversa a cargo de personajes astutos que, gracias a una hazaña que no les pertenece, consiguen rascar votos a partidos con siglas menos populistas que tienen en sus filas gente más competente.

Veremos cómo es el vuelo de algunas de estas aves autóctonas que anidan a la sombra del árbol frondoso, que necesitan ponerse una camiseta y esperar a que otros les creen un eslogan para comenzar a hacer política.

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