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Accesibilidad en Ciempozuelos: mucho por mejorar

Ana Encinas Jueves, 24 de Abril de 2014 Tiempo de lectura:

Son muchos los vecinos de Ciempozuelos que demandan la instalación de ascensores en la estación de Cercanías. Más de 7.000 viajeros del municipio utilizan a diario la línea C-3, y varios de ellos tienen dificultades para bajar y subir las escaleras que conectan el andén con la puerta de entrada al edificio. Pero no son éstas las únicas barreras arquitectónicas, en el municipio existen otros elementos urbanísticos que dificultan la accesibilidad y que en muchos casos pasan desapercibidos, siendo sencilla su solución.

La estación de Ciempozuelos fue inaugurada el 9 de febrero de 1851 con la puesta en marcha de la línea de ferrocarril Madrid-Aranjuez y en la actualidad forma parte de la línea C-3 de Cercanías Madrid, la más antigua de España. La ausencia de un ascensor o elevador que permita la accesibilidad a personas con movilidad reducida ha motivado a la vecina de la localidad Raquel Guijarro a iniciar una recogida de firmas para presentar a los responsables de Renfe y Adif “porque  las peticiones individuales no las atienden”, expone Guijarro.

Por su parte, desde el Ayuntamiento se dirigió en septiembre una carta a Julio Gómez-Pomar, presidente de Renfe. En la misiva el concejal de Transportes, Rafael Marín, reconocía que la temprana existencia de una estación de ferrocarril en el municipio permitió a Ciempozuelos crecer demográficamente y contar con “importantes centros psiquiátricos, geriátricos y de enseñanza sanitaria de primer orden”. Pero Marín también detallaba que la estación cuenta con un paso inferior con escaleras, algo que impide que personas con movilidad reducida puedan efectuar el cambio de andén sin ayuda, que normalmente es prestada por los demás usuarios de la línea.

[Img #8341]Detrás de Aranjuez y Pinto
| Desde la Dirección de Gerencia del Área de Negocio de Viajeros, Ana C. Picher respondía más de un mes después que en la actualidad “en Renfe operadora estamos trabajando para eliminar las barreras arquitectónicas” y señalaba que la mejora de la accesibilidad en la estación de Ciempozuelos figura en el Plan de Infraestructura, Transporte y Vivienda 2012-2024 del Ministerio de Fomento. La gerente del área también afirmaba que la remodelación figura en el borrador del Plan de Accesibilidad presentado por Adif.

Sin embargo, continúa con una exposición de motivos que deja poco margen de esperanza para los vecinos de Ciempozuelos. Desde Renfe señalan que “la configuración de la estación, con un andén segundo estrecho y bordeado en su margen izquierdo por la vía general impar y en el opuesto por dos vías de apartado, complica la posibilidad de instalar ascensores” por lo que sería necesario “desplazar las dos vías impares de apartado y sus correspondientes desvíos, señales y electrificación”. Además, alegan que la intervención en la estación corresponde a Adif, gestor de la estructura ferroviaria.

Estiman que el número aproximado de viajeros que suben y bajan al tren en Ciempozuelos es de 7.178 personas/día, ocupando el sexto puesto de las nueve estaciones del tramo Atocha-Aranjuez. Pinto, con 11.692 viajeros diarios, y Aranjuez, con 9.881, tampoco tienen resueltos los problemas de accesibilidad y de la carta se desprende que ambos casos son prioritarios, al encontrarse situadas las dos ciudades por delante de Ciempozuelos en número de viajeros.

El ayuntamiento amplió el aparcamiento de la estación y habilitó una línea circular de autobús. Además, construyó una rampa que mejorase el acceso al recinto. Sin embargo, Raquel Guijarro ya señaló al inicio de la recogida de firmas que la rampa de acceso no dispone del espacio suficiente para que una silla de ruedas pueda girar.

[Img #8343]Otros de los problemas son que las puertas de metal de la entrada deberían ser automáticas, para que los usuarios con movilidad reducida no tengan que empujarlas. Además, una vez en el andén, los accesos marcados para discapacitados no se corresponden ni con las puertas adecuadas para ello ni, a veces, con otra puerta.

Ciempozuelos, ¿ciudad accesible?
| Después de peatonalizar la plaza de la Constitución, Ciempozuelos cuenta con un amplio eje accesible en el centro urbano que va desde la propia plaza de la Constitución a la plaza de Ventura Rodríguez, la plaza Mayor y el paseo de la Estación. No obstante, no todo el centro urbano está libre de obstáculos que impidan que personas en silla de ruedas, con carritos o ancianos puedan moverse fácilmente por la zona.

Sin salir de la plaza de la Constitución, encontramos que el suelo, piedra de Colmenar, es especialmente resbaladizo en días lluviosos. “La plaza resbala mucho y, además, es cara. Podrían haber puesto granito, igual que en la de Ventura Rodríguez”, cuenta Carlos, que está en silla de ruedas desde los 22 años. Sin embargo, reconoce estar de acuerdo con la peatonalización, a pesar de que fue una decisión que causó gran controversia entre los vecinos. “Hay que reconocer que ahora se puede pasear por aquí y para bajar al paseo de la estación no hay problemas. Otra cosa es que en el momento en que te sales un poco del centro puedas encontrar auténticas aberraciones”, continúa.

Al iniciar el recorrido desde la plaza advertimos el primer fallo arquitectónico: en la esquina de la calle Jerónimo del Moral con la calle Capitán Antonio de Oro hay una rampa cuya inclinación no se adapta a la normativa y que, además, va a terminar justo a una rejilla. “Si no voy con cuidado y una rueda de la silla se me queda en la rejilla tendrían que ayudarme para sacarla”, advierte Carlos.

En la misma calle Jerónimo de Moral, una de las principales del municipio, existen varios pasos de peatones que no cuentan con el rebaje necesario y que no pueden ser utilizados por personas en silla de ruedas. De hecho, muchas veces esto obliga a los discapacitados a transitar por la calzada si quieren llegar de manera eficaz a su destino.

[Img #8340]Otro problema es el que suponen los obstáculos en las aceras, como las casas que cuentan con escalones hacia la calle y que obligan a descender a la carretera, o las farolas instaladas en mitad de la acera, como sucede en Jerónimo del Moral, a la altura de la Biblioteca Municipal. Los baches en las aceras y el deterioro de las arquetas contribuyen a la imposibilidad de avanzar para quienes usan silla de ruedas. “Las calles están parcheadas. Es muy caro hacer la obra que necesita el firme, pero habría que haberlo hecho poco a poco para no llegar a esta situación”. 

Por el Pasaje del Cino es imposible transitar por la acera, pero al intentar acceder a la plaza de la Luz la rampa, aparte de no guardar la inclinación adecuada, carece de antideslizante. Esto provoca que, cuando llueve, sea especialmente resbaladiza. Sin embargo, es casi imposible que una persona con silla de ruedas pueda hacer uso de ella. Para subir necesita el impulso de otra persona y, si no baja a dos ruedas, es muy alto el riesgo de caída.

De la plaza de la Luz a la calle de la Cadena hay otra rampa. Esta vez, aparentemente, sí está ajustada a la normativa. Sin embargo, termina en un escalón de unos cinco centímetros de altura.

Un error urbanístico similar afecta a la Biblioteca Municipal. La rampa -que no se ajusta a la normativa- termina en la acera y la acera termina en otro bordillo, “cuanto lo fácil hubiera sido que la rampa terminase directamente en la calzada. Además, así reduces la inclinación”, denuncia Carlos.

[Img #8339]El acceso a edificios
| Las personas con diversidad funcional requieren de unos espacios mínimos para poder maniobrar. Esto no implica, necesariamente, una mayor superficie. Muchas veces basta con una distribución adecuada. La Ley de Integración Social del Minusválido incluye previsiones sobre la adaptación gradual de lo ya construido y obliga a los organismos públicos y a los ayuntamientos en particular a destinar un porcentaje del presupuesto a tal finalidad. Además, concreta que todos los edificios, incluso aquellos de propiedad privada cuyo uso implique la concurrencia de público, deben ser accesibles e insiste en la supresión de obstáculos en edificaciones.

No obstante, en Ciempozuelos el acceso a edificios es muy limitado para personas con movilidad reducida. Muchos de los establecimientos comerciales del municipio, sobre todo en el centro, cuentan con más de un escalón a la entrada. En otras ocasiones, aunque existe rampa no se puede utilizar con una silla de ruedas debido a una pendiente exagerada. “Prefiero un escalón a una mala rampa”, reconoce Carlos, haciendo referencia a algunos comercios que instalan rampas porque la necesitan para obtener la licencia, pero que muchas veces está hecha “de cualquier manera”.
El ayuntamiento no predica con el ejemplo. El edificio consta de dos alturas y dos escaleras, pero ningún ascensor. Tampoco lo tiene el edificio de la concejalía de urbanismo, situada frente al consistorio.

[Img #8342]El transporte adaptado
| Aunque la instalación de ascensores en la estación de Ciempozuelos es un asunto primordial, no es menos importante la adecuación de los demás sistemas de transporte. Por lo general, los autobuses de piso alto vienen equipados con una rampa automática. Así, cuando un usuario con movilidad reducida necesita subir, el conductor dispone de un mando que, enchufado, hace que se despliegue una plataforma elevadora que permite el acceso. No obstante, en la mayoría de las ocasiones la falta de mantenimiento hace que este dispositivo no funcione correctamente y que, o bien la plataforma no baje o peor aún, que no suba. Si esto sucede, el bus no puede emprender la marcha y todos los pasajeros han de esperar la llegada del siguiente.

Tal y como cuenta Carlos, es fácil bajar a la estación, “pero para qué si luego no puedo coger el tren ni volver a subir en el autobús”

[Img #8344]Baremos de accesibilidad | Las limitaciones más frecuentes que presenta una persona discapacitada son de maniobra (acceder o moverse en determinados espacios), a la hora de salvar desniveles (cambiar de nivel o superar un obstáculo dentro de un itinerario), de alcance o de control (pérdida de capacidad para realizar movimientos precisos).

Las principales barreras urbanísticas se presentan en la pavimentación (antideslizante), el saneamiento, el alcantarillado  y en la colocación del alumbrado público y el mobiliario urbano (semáforos, postes, papeleras...). Además, a la hora de establecer los itinerarios peatonales es necesario tener en cuenta una anchura mínima, el grado de inclinación de los desniveles y los bordillos. La pendiente ha de ser inferior al 12%.

Por su parte, el pavimento ha de ser duro y estable y no resultar deslizante ni en seco ni en mojado. Para evitar tropiezos, la normativa exige que no existan resaltes, bordes ni huecos y, además, debe diferenciarse en su color y en su textura.

En el diseño de una rampa, se debe tener en cuenta que la pendiente longitudinal se encuentre entre el 8 y el 12% y que la pendiente transversal sea inferior al 2%. Además, la anchura mínima será de 1,20 metros y el pavimento estará adaptado y tendrán que estar dotadas de pasamanos, antepechos, guías de ruedas, protecciones, iluminación y señalización, según la ley.

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