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Miguel Ormaetxea

Cómo tener 87 millones de visitantes únicos publicando solo 225 artículos al mes, ninguno escrito por periodistas

Los secretos de la web de más rápido crecimiento de la historia de Internet

Miércoles, 02 de Abril de 2014 Tiempo de lectura:

He escrito el titular y el antetítulo intentando imitar el estilo de Upworthy y otras webs virales de éxito, para hacer una reflexión sobre alguna de las realidades chocantes de la naciente cultura digital, que tal vez sean una enfermedad infantil de la misma. Upworthy se creó en marzo de 2012 y en noviembre pasado ya tenía 87 millones de visitantes únicos al mes. Seguramente ya han sobrepasado los 100 millones. No emplean ni un solo periodista.


Sus empleados son "ojeadores" de contenidos, videos, historias, que puedan resultar virales. Les ponen 16 titulares diferentes y les someten a un escrutinio con técnicas de Big Data. Y los prueban en las redes sociales. Así han conseguido 17 millones de contenidos compartidos en Facebook. La fórmula básica es: títulos sensacionalistas, fotos, texto simple y eficaz, desarrollado en varios puntos, etc. Es importante, porque Upworthy y BuzzFeed, entre otros, están colonizando la información digital. En España podemos ver su influencia en el líder nativo digital, El Confidencial.


Los fundadores de Upworthy argumentan que sus contenidos son serios, pero divertidos. Dicen apelar a la resonancia emotiva de un tema para abordar asuntos importantes. La réplica se la ha dado Nitsuh Abebe con un análisis en la revista "New York", que zarandea la idea de que las narrativas emocionales son la forma más eficaz  para que los seres humanos procesen la información. Eso es apelar al denominador común más bajo de la población, es una simplista manipulación emotiva, dice Abebe. Tratar a los ciudadanos como niños pequeños es en última instancia destructivo. No es una cuestión baladí, porque algunos de las movimientos políticos más dañinos de la historia han manipulado las emociones de la gente, en vez de apelar a la razón. Y no en el pasado, sino ahora mismo, en el corazón de Europa: por ejemplo, el triunfo de Marine Le Pen el pasado domingo al otro lado de los Pirineos.


Pero en la naciente cultura digital encontramos todo y su contrario. Un fenómeno interesante está en esta aparente contradicción: la gente se resiste a pagar por la información, los muros de pago que funcionan lo hacen con tarifas muy baratas. Pero la información de alta calidad, la especializada, la elitista, la privada, funciona y cada vez mejor. En EEUU, E&E Publishing, digital centrado en medio ambiente y energía, triunfa con tarifas de suscripción que van desde los 2.000 dólares a los 150.000 al año. Emplea a 75 periodistas especializados y bien pagados.


* Este articulo se publicó originalmente en el portal Media-tics. Se reproduce con autorización.

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