Miriam y su hermana son unas de los okupas que invaden las
casas que el banco BBVA tiene en la calle Nicolás Fuster. Ayer, las compañías
que suministran el agua y la luz de las viviendas cortaron el servicio a todos
los domicilios habitados de forma irregular.
Miriam, como el resto de okupas, ha intentado empalmar la luz a la comunidad, un acto que se ha resuelto con la aparición de la Guardia Civil, avisada por los vecinos, hartos de tener que convivir con sus nuevos inquilinos: “gente de lo peorcito”.
Se podrá vivir sin electricidad, pero no la hermana de Miriam. Pendiente de un trasplante de corazón, necesita conectarse unos aerosoles al cuerpo cuatro veces al día durante 15 minutos. Desde el apagón, Miriam ha acompañado a su hermana hasta el Centro Comercial Plaza Eboli, donde pueden enchufar el aparato, la máquina que la permite seguir viviendo. Dada la enfermedad, su hermana consigue llegar con mucha dificultad, le cuesta respirar y se fatiga.
La PAH de Pinto -en conocimiento del caso desde esta mañana-
horrorizado, ya se ha puesto en contacto con las dos hermanas. “Pese a que no
tenemos muchos datos -admite Fernando Oliver, portavoz de la PAH- hay cosas con
las que no se puede esperar”, declara, refiriéndose al estado de salud de la
hermana de Miriam y sus necesidades básicas.
Las dos jóvenes subsisten con una ayuda de 300 euros. Previendo que el apagón era cuestión de tiempo, acudieron a Servicios Sociales, donde les explicaron que, dada su situación de okupas, “poco se puede hacer”.
jose | Martes, 10 de Junio de 2014 a las 22:31:08 horas
PARECE INCREIBLE LA SITUACION OKUPA LOS DE LA PAH QUE LOS REALOJEN EN SUS CASAS ENTONCES VERE QUE SIRVEN PARA ALGO ES MAS TENGO UN PISO DE 80 MT Y SOMOS 4 DE FAMILIA CEDO 1 ABITACON AOKUPAS A CAMBIO DE LOS SEÑORES DE LA PAH TMBIEN Y TODOS SEREMOS FELICES A QUE SI VERDAD
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